29.6.06

Estado & medios

Cómo se reparte la torta oficial

La organización Poder Ciudadano dio a conocer el destino de los 127.462.075 pesos que el gobierno toma de los fondos públicos para sostener a los medios comerciales de comunicación. Entre los diarios, Clarín es el que más recibe y Página/12 el que más vio aumentados sus ingresos oficiales, seguidos por La Nación y Ámbito Financiero. Canal 13 (otro del grupo Clarín) lidera en televisión y la Rock & Pop entre las radios comerciales.

Una vez más la organización Poder Ciudadano dio a conocer el destino de los 127.462.075 pesos abonados con fondos públicos para sostener a los medios comerciales de comunicación. Los detalles de la pauta otorgada a cada medio fueron obtenidos por la organización luego de haber cursado un pedido a la Jefatura de Gabinete, invocando el derecho al Libre Acceso a la Información Pública reglamentado por el decreto 1172.

Estos son los beneficiados:
--> En el caso de los diarios matutinos, Página 12 registra el mayor incremento: en 2003 recibió 1.718.573 pesos mientras que en 2005 percibió 9.198.062 pesos, o sea unas 5,3 veces más. Como este medio no es auditado por el IVC, las cifras de venta fluctúan entre las informadas por el área Comercial del propio diario, que hacia mediados del año pasado era de 77.000 ejemplares de lunes a viernes, 120.000 los sábados, y 160.000 los domingos y el número que circula extraoficialmente que se acerca a la mitad de lo señalado oficialmente.
--> El diario en el que mayor publicidad oficial invirtió el Poder Ejecutivo Nacional a lo largo de todo el 2005 es Clarín, con un total de 12.986.774 pesos. Al Grupo Clarín hay que sumarle lo recibido por el diario La Razón (cuya tirada promedio de lunes a viernes fue de 96.515 ejemplares en 2005) que tuvo pautados avisos por 2.110.423 pesos; Canal 13, con 4.051.804 pesos y Radio Mitre, con 1.025.049 pesos.
--> El diario La Nación recibió 5.840.321. Ambito Financiero se mantiene en el cuarto puesto entre los receptores gráficos de publicidad oficial, por un monto de 2.897.270 pesos.
--> InfoBAE recibio 988.66 pesos y el diario universitario gratuito La U, 785.969 pesos cuya tirada promedio de lunes a viernes fue de 31.451 ejemplares en 2005. Luego aparece El Cronista que con 653.847 pesos, que sobrepasó a Crónica con sus 566.307 pesos. Más atrás vienen La Prensa con 550.825 pesos y The Buenos Aires Herald, 302.760 pesos.
--> En cuanto a las revistas políticas, la destinataria de la mayor pauta del gobierno continúa siendo Revista Veintitrés, por un monto de 632.595 pesos, con una tirada promedio para todo el 2005 de 17.280 ejemplares.
--> Le siguen Debate –dirigida por un funcionario del gobierno argentino con 190.250 pesos y la desaparecida revista Poder con 144.675 pesos.
--> Editorial Atlántida ha recibido el año pasado 577.389 pesos por publicidad oficial, aunque en este caso no se encuentra discriminado a cuál de sus publicaciones (entre otras Gente, Paparazzi, Billiken, Para Ti) fue dirigida específicamente.
--> La Revista Noticias, en cambio, con una venta promedio de 42.168 ejemplares semanales en 2005, no ha recibido según la información obtenida, ningún tipo de publicidad oficial a lo largo de todo el año pasado.

--> El destinatario de la mayor pauta oficial en televisión es Canal 13, segundo en el rating, con 4.051.804 pesos, seguido por Telefé (el canal más visto) con 3.864.809. En tercer lugar se ubica Canal 9, tercero en televidentes, con 3.420.470 pesos; en cuarto lugar, al igual que su rating, aparece América con 2.673.949 pesos y cierra la nómina Canal 7, con 1.941.606 pesos.

--> En el caso de la inversión publicitaria del Poder Ejecutivo en las radios, el mayor porcentaje de la torta, al igual que en 2004, se lo llevó Nacional con 1.603.520 pesos.
--> Entre las radios comerciales el primer lugar es ocupado por Rock & Pop / AM 990 / Splendid con 1.088.028 pesos.
--> La tercera radio destinataria de la publicidad oficial con 1.025.049 pesos, es Mitre que ocupaba el segundo lugar entre las más escuchadas.
--> En el cuarto puesto aparece Radio Del Plata con una inversión de 833.684 pesos, que ocupaba el quinto lugar entre los oyentes.
--> En el quinto lugar aparece Radio 10 y FM La Mega con 809.308 pesos.
--> El sexto puesto es ubicado por América (incluyendo su FM Aspen y FM Aspen Classic Pinamar) con una pauta de 794.131 pesos. La radio que pertenece al grupo mexicano CIE se ubicaba en el octavo puesto del rating.
--> En el séptimo puesto se encuentra Rivadavia con 624.216 pesos, emisora que no es medida por IBOPE. Octava La Red AM 910 con 583.676 pesos (cuarta en audiencia en 2005) y novena Continental con 491.559 (tercera en oyentes el año pasado). Luego aparecen Blue 100.7, también perteneciente al Grupo CIE, con 354.537; Radio El Mundo 209.255 pesos; FM La Isla 228.368 pesos y Ciudad 105.023.

El total del dinero destinado por el Poder Ejecutivo a difundir la gestión gubernamental para todo el 2005 ascendió a 127.462.075 pesos. Si bien la cifra dispuesta inicialmente para este fin era de 88.626.043 pesos, el Gobierno dispuso un aumento de 38.836.032 pesos, haciendo uso de las facultades extraordinarias otorgadas por el Congreso al Jefe de Gabinete.

Se advierte un sostenido incremento en el monto total de la pauta publicitaria, que en 2005 casi triplica la dispuesta en 2003. En 2002, el presupuesto de la secretaría de Medios era de 15.371.785 pesos.

27.6.06

Un nuevo libro recopila las notas "más censuradas" en EE.UU.

Desde 1999, un grupo
de periodistas e investigadores recopila las 25 noticias que más procesos tuvieron que sortear para ser publicadas. La última edición, que incluye muertes en Irak y la cobertura de las elecciones presidenciales, ya está disponible en el mercado europeo.

Censura, que se edita anualmente desde hace siete años en los EE.UU., ya fue un éxito en Italia y a partir de hoy esta en venta en el mercado español. "Son noticias incómodas que la prensa no publica y que tienen interés general", aseguró la editora Laura Malucelli, directora de la editorial italiana Nuovi Mondi Media, que ha llevado ahora a España esta propuesta. ¿Cuáles fueron las noticias censuradas en 2005?
El libro menciona: el asesinato de inocentes en Faluya (Irak) por parte de los soldados estadounidenses, la situación de los niños palestinos detenidos, la cobertura de las elecciones presidenciales o los experimentos sobre el SIDA en bebés practicados en algunos hospitales pediátricos del país son algunos de los muchos asuntos que aparecen en el libro.

Según Malucelli, la intención de los autores no es tanto "demostrar la verdad", que permanece siempre oculta, sino establecer una serie de "preguntas con fundamento que los periodistas deben hacer" y que conforman "las noticias que muchos periódicos no se han atrevido a publicar", dijo.
La información proviene de fuentes como The Guardian y BBC; Reporteros Sin Fronteras o Al Jazeera, y son calificadas por los autores del libro de noticias "incómodas, que atemorizan a editores porque están involucrados los poderes políticos y las multinacionales". El texto elabora también un mapa de la censura en el que se recogen las violaciones a la libertad de expresión que se producen cada año y denuncia la proliferación de las 'noticias basura'.
El libro es obra del
Project Censored, un grupo fundado en 1976 por el profesor emérito de Comunicación de la Universidad de Sonoma (California) Carl Jensen y formado por más de 200 estudiantes que se dedican a analizar unas 800 noticias al año –ya empezó la búsqueda de 2006- y a seleccionar las más importantes. Publican un anuario desde 1999 y cuentan con la colaboración de expertos independientes como Noam Chomsky, Susan Faludi o Norman Solomon.

Fuente: EFE

18.6.06

AUTOPERCEPCIÓN EN EL PERIODISMO ARGENTINO

Dependencia, falta de ética y pobreza profesional

Producto de un estudio realizado entre junio y noviembre de 2005, periodistas de Buenos Aires y 17 provincias del país revelaron sus principales preocupaciones y problemas a la hora de ejercer la profesión. Los resultados expresan una dura autocrítica y los condicionamientos que hoy limitan la libertad de expresión.

La mitad de los periodistas consultados para un estudio nacional considera que los principales problemas de su profesión son la dependencia de la publicidad oficial y la falta de profesionalización. Así lo indica un trabajo encargado por FOPEA y realizado por Jorge Giacobbe y Asociados a 282 periodistas de la Ciudad de Buenos Aires y 17 provincias del país.
Los objetivos del estudio fueron impulsar un debate que una organización no puede dar en soledad y servir de disparador sobre los principales problemas de la profesión: abordar el reclamo de autocrítica desde dentro y fuera del periodismo, la autoconciencia de los periodistas sobre sus debilidades para enfrentar un escenario que plantea nuevas complejidades, la libertad de expresión.
De los resultados se desprende una fuerte autocrítica de los periodistas, que admiten que de 1 a 10 el nivel ético promedio está por debajo de los 5 puntos (más del 95 por ciento ha tenido conocimiento directo de actitudes no éticas de sus colegas) y el rigor profesional apenas supera esa calificación. Reconocen de manera casi unánime la necesidad de profundizar la formación académica y admiten su propia necesidad de mayor capacitación. Si bien el 45 por ciento asegura que su principal motivación es la vocación periodística y el 43 por ciento siente placer al practicarla, el mismo porcentaje se reparte sensaciones de contradicción y frustración.
Parece plasmarse, en ese sentido, un correlato con el nivel de independencia en la profesión. Por un lado, los encuestados miden su autonomía en casi 7 puntos. Sin embargo, el 60 por ciento califica al periodismo argentino como “condicionado” y casi el 30 lo considera “complaciente”. Siete de cada 10 periodistas perciben influencias del departamento comercial en la redacción de sus medios.
El 18 por ciento sostiene que en la empresa periodística en la que trabaja no hay libertad para publicar todo tipo de noticias y más del 47 por ciento señala que esa libertad es parcial. El 52 por ciento asegura haber recibido llamadas coercitivas de parte de funcionarios públicos: en el 48 por ciento de esos casos, el medio siguió adelante con la publicación, pero en la misma proporción la nota se levantó o fue modificada, o el periodista sufrió represalias a nivel laboral o personal. Casi el 39 por ciento de los encuestados respondió que la gestión presidencial en la que hubo mayor presión coercitiva oficial hacia el periodismo es la actual de Néstor Kirchner, mientras un 25 por ciento consideró que fue igual en todas las gestiones desde 1983.
La visión de los periodistas sobre el futuro de la profesión parece sombría. Sólo el 39 por ciento considera que mejorará, el 36 que seguirá igual y el 21 que será peor.
Disparar el debate, no cerrarlo
“Si queremos mejorar la calidad del periodismo desde el debate, la capacitación y la elevación de los estándares éticos necesitamos conocer los datos de la realidad en la profesión”, explicó Daniel Santoro, presidente de FOPEA. “Por eso propusimos a través de esta encuesta enviada a 400 periodistas en ejercicio del todo el país, una automirada, que dio como resultado un crudo diagnóstico sobre la realidad del periodismo en Argentina y su relación con el poder. La crudeza de este diagnóstico revela la necesidad de organizarse para enfrentarlo”, enfatizó el periodista durante la conferencia de prensa realizada en el auditorio de la Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales.
Jorge Giacobbe, titular de la empresa que realizó el estudio, explicó que la modalidad de consulta fue a sobre cerrado y sin identificación para garantizar al encuestado la confidencialidad de sus opiniones. “El 70 por ciento de los cuestionarios entregados fue respondido. Cifra que destaca la confianza depositada en FOPEA y en el uso que se iba a hacer de información realmente comprometida, como lo muestran los resultados”, destacó el investigador.
Santoro completó aclarando que se privilegió un contacto personal, lento y paulatino con los encuestados, sin urgencia y dando lugar a la reflexión. "Se buscó lograr un trabajo de carácter no coyuntural y por ello se decidió realizarla a lo largo de cinco meses y presentarla con posterioridad a las elecciones del 23 de Octubre", confió.
Giacobbe recorrió el cuestionario haciendo aclaraciones técnicas y deteniéndose en datos que tal vez no fuera perceptibles en la lectura fría de los números. En cuanto a la preguntas sobre el nivel de rigurosidad y de ética entre los periodistas, destacó que ninguno de los 282 consultados le asignó calificación superior a 8. Cuando se les preguntó sobre la formación de los futuros periodistas, las calificaciones fueron llamativamente bajas, “un llamado de atención a las instituciones educativas”.
Santoro explicó que el trabajo es fruto de una coincidencia de intereses con Giacobbe y Asociados, que realizó la pesquisa bajo su propio costo. “FOPEA planteó las áreas temáticas y la consultora aportó su experiencia en la constitución del cuestionario y su procesamiento”, comentó.
“Este trabajo es un punto de partida. No es el cierre de nada, sino que apuntamos a que sea disparador de un debate que debemos y nos debemos los periodistas desde hace muchos años. En FOPEA trabajamos para que esta discusión no se abandone y nos guíe a consensuar algunas referencias que sirvan para hacer un periodismo acorde a las complejidades que plantea nuestra realidad”.

17.6.06

RADIO Y TV

LANZAN UNA PRODUCTORA DE CONTENIDOS SIN FINES DE LUCRO. PROMUEVE CONDUCTAS MÁS RESPONSABLES Y SOLIDARIAS.

IMPULSA TAMBIÉN EL ENCUENTRO Y COMPROMISO SOCIAL DE PRODUCTORES Y PUBLICITARIOS.

El interés por la difusión de auténticos valores a través de los medios de comunicación llevó a un grupo de empresarios a crear una productora de contenidos para radio, televisión y gráfica que promuevan el ejercicio de conductas más responsables, comprometidas y solidarias que contribuyan al desarrollo de una sociedad mejor.
Se trata de la productora "Voces y Ecos", concebida como una asociación civil sin fines de lucro que hizo su presentación formal en sociedad durante una cena en el hipódromo de San Isidro, que reunió a más de 600 hombres de negocios, profesionales de la comunicación y dirigentes de organizaciones sociales.
Participaron de la velada, en la que se recaudaron fondos, como los animadores Julián Weich y Raúl Portal, la periodista Canela, la actriz China Zorrilla y el cantante Diego Torres quienes, en persona o a través de un video, alentaron la iniciativa y comprometieron su decidido apoyo.
"Estamos muy contentos por la respuesta a la convocatoria porque esto muestra que hay mucha gente interesada en los medios", dijo el presidente de la productora, José Orlando. Añadió que con los aportes que los asistentes hi cieron o se comprometieron a hacer de modo sostenido en el tiempo "podremos apuntalar nuestro objetivo de generar contenidos creativos y entretenidos que transmitan valores".
Entre otras iniciativas, la entidad trabaja en la propuesta de programas constructivos y mensajes cortos para radio y televisión, promueve el encuentro y compromiso de productores y publicitarios y elabora, junto a especialistas, un estudio de medición del impacto social de la televisión.
Entre los asistentes, se contaron por los empresarios el presidente de Telefónica, Amadeo Vázquez; el director de Daimler-Chryler, Enrique Federico, y Guillermo Lipera, del Estudio Bulló; el vocero del cardenal Jorge Bergoglio, presbítero Guillermo Marcó, y el presidente de la Red Solidaria, Juan Carr.
Durante la cena, se realizó una encuesta sobre los valores que más deben ejercitarse en los medios y el más votado fue el respeto.
La dirección de la productora en Internet es www.vocesyecos.com.ar

15.6.06

Polémica olímpica

Por Fernando Horowitz (*)

Nadie ignora el inmenso poder que los grandes medios de comunicación ejercen sobre el deporte. Esta vez le llegó el turno a la natación ya que la cadena de televisión estadounidense NBC lleva adelante una campaña destinada a que todas las finales de natación de los Juegos Olímpicos de Beijing 2008 se realicen durante la mañana para coincidir con los horarios de mayor audiencia del público norteamericano.

De acuerdo a la información publicada en el diario digital SwinNews, habría una alta posibilidad que se modifique el tradicional cronograma de esta competencia para disputar la fase eliminatoria por la tarde y la carrera decisiva en el turno matutino.

Gigante de las comunicaciones a nivel mundial, la NBC desembolsó 3.550 millones de dólares para adquirir los derechos exclusivos para transmitir estos Juegos, más otros recientes 2.200 para los Juegos de Invierno de Vancouver 2010 y Londres 2012.

Por su parte, la directora de prensa del Comité Olímpico Internacional (COI), Giselle Davies, reconoció las gestiones del canal. “No es algo inusual, es una de las tantas propuestas que debemos considerar antes de tomar una decisión”, afirmó a la agencia de noticias Reuter.

Este tema se inserta en la rivalidad deportiva que enfrenta a las dos grandes potencias de la natación actual, los Estados Unidos –liderados por su máxima figura, Michael Phelps- y Australia, cuyo técnico, Alan Thompson, se mostró muy crítico de una eventual modificación de los horarios de competencia.

"No se debe vender la integridad del deporte, hay que pensar en alcanzar los mejores rendimientos posibles y estar por encima de los intereses comerciales", aseguró el entrenador del plantel aussie que incluye al plusmarquista Ian Thorpe.

(*) Editor del sitio www.eldepornauta.com.ar

Campamento de pueblos originarios en Resistencia, Chaco

“Hemos sufrido todo y queremos que el Estado pare esta situación"

Se cumple una semana del acampe indígena frente a la Casa de Gobierno con el objetivo de que el mandatario Roy Nikisch (UCR) reciba a los delegados de las comunidades. El martes pasado dos mil wichís, tobas y mocovíes arribaron a Resistencia provenientes de todo el interior provincial para reclamar la destitución del intendente de Villa Río Bermejito, la restitución de millones de tierras fiscales adjudicadas a terceros de forma ilegal y mayor presupuesto para el Instituto del Aborigen Chaqueño (IDACh), entre otros puntos.
Si bien el gobernador había anunciado que recibiría a los aborígenes, no aceptó dialogar con los delegados de base de las comunidades y exigió reunirse sólo con el directorio del IDACh, organismo autárquico cuya dirección es elegida de forma directa por los aborígenes. La condición fue rechazada por una masiva asamblea en la plaza 25 de Mayo, frente a la sede oficial, que decidió montar un campamento hasta obtener una respuesta positiva. En tanto, se espera la llegada de nuevos contingentes de las comunidades para reforzar la protesta.
“Se escucha por ahí que el gobernador busca el desgaste de los indígenas. Nosotros estamos en nuestro territorio ancestral, nada más la diferencia que se llama ciudad de Resistencia pero esto es territorio indígena, así que no nos vamos a desgastar porque estamos en nuestra casa. Aquí vamos a permanecer hasta las últimas consecuencias”, declaró el dirigente toba Egidio García, secretario general del IDACh.
Seis semanas de conflicto
La mayor protesta aborigen de las últimas décadas en Chaco comenzó un mes y medio atrás en Villa Río Bermejito con denuncias contra el intendente Lorenzo Heffner (UCR) por no distribuir la ayuda enviada por Nación para los afectados de la inundación del interfluvio Teuco Bermejito. La crecida de esos ríos golpeó a las localidades de Fuerte Esperanza, El Sauzalito, El Pintado, Comandancia Frías y Villa Río Bermejito, obligando a evacuar a 1300 pobladores y afectando a 50 mil en todo El Impenetrable.
"Sabemos que la municipalidad está recibiendo cosas y no se está repartiendo como se tiene que repartir", señalaba el 3 de mayo Seferino Pérez, poblador del paraje Pozo del Bayo, quien caminó decenas de kilómetros junto a cientos de aborígenes de la zona rural para protestar frente al edificio municipal. "Hoy vimos un depósito lleno de cosas, hermano. Yo no sé este intendente. Encima ayer nadie nos atendió. Encontramos la municipalidad rodeada de policías", denunciaba al programa La Señal de la Paloma (Aire Libre Radio Comunitaria) de Rosario.

El movimiento generó la solidaridad de otras comunidades y organizaciones de la provincia, en particular la del IDACh. Mientras el gobierno quitaba méritos a las denuncias y Roy Nikisch viajaba por España, una asamblea realizada en Las Palmas con 250 delegados indígenas de Colonia Aborigen Chaco, Río Bermejito, Villa Angela, Sáenz Peña, Pampa del Indio y General San Martín, aprobó el 13 de mayo un plan de lucha para provincializar el reclamo. Y dos días después comenzaron los cortes de ruta en demanda de una audiencia con el gobernador.

Remate de tierras fiscales

En este marco de protesta también cobraron mayor fuerza las escandalosas denuncias sobre adjudicaciones irregulares de tierras fiscales durante la última década. El 17 de mayo en la Legislatura, dirigentes tobas, wichís, mocovíes y criollos denunciaron decenas de entregas ilegales, en tanto Raúl Vallejos, empleado del Instituto de Colonización, aportó documentación de operaciones de compra de grandes extensiones de tierras por monedas que luego fueron vendidas a gente de otras provincias por cifras millonarias.
“Acá no hay errores, acá hay una política deliberada y planificada, acá hay una asociación ilícita calificada que está perfectamente aceitada”, expresó Vallejos, y fue más lejos: “Esto es genocidio. Y hay que decirlo con todas sus letras, porque a los hermanos se los usa cuando hay elecciones, se los usa para homenajearlos con lágrimas de cocodrilos el día de aborigen chaqueño, incluso el 12 de octubre. Esta es la política de Estado de los hipócritas”.
Según las denuncias, la provincia pasó de 3.900.000 hectáreas de tierras fiscales en 1995 a 1.598.000 en el 2003 y 650.000 en el 2005. El festival de transferencias - como lo calificó el Diario Norte de Chaco - hizo que en un día de 2003 se firmaran 161 adjudicaciones de predios, es decir, a un ritmo de una adjudicación cada tres minutos, en promedio, teniendo en cuenta la extensión de la jornada laboral en la administración pública. Tras el escándalo el gobierno provincial suspendió por 180 días la recepción de pedidos de adjudicación.
Semanas atrás la Fiscalía de Investigaciones Administrativas de la provincia había exhortado al gobierno local a anular las apropiaciones de campos por parte de particulares y empresas de otros distritos, realizar un “saneamiento” del Instituto de Colonización y suspender todas adjudicaciones en trámite.

14.6.06

20 años sin Jorge Luis Borges

Una misteriosa lealtad

Por Guillermo Martínez

Hay dos reacciones típicas, y sólo en apariencia opuestas, que permiten dar medida de la grandeza de un autor después de muerto. La primera es el intento de apropiación de su figura por corrientes estéticas (o ideológicas) contradictorias entre sí, o por las que el autor nunca en vida se hubiera inclinado, una torsión de textos y argumentos en el afán de todos de tener al "nombre" de su lado. La segunda es el ataque empecinado, los sucesivos intentos de erosionar su figura o destronarla. Al erigir a un autor como blanco predilecto, o al oponer contra él, como si la literatura fuera un ring, contendiente tras contendiente, no se hace más que confirmar su dimensión y su peso.
Borges, en estos años, tuvo el privilegio de correr las dos suertes. Los intentos de apropiación no esperaron ni un minuto después de su muerte: Vlady Kociancich recuerda en su reciente libro La raza de los nerviosos la sorpresa que les deparó, a quienes "en la intimidad y en público lo oímos repetir cortésmente pero con firmeza, su convicción de ateo", el solemne funeral religioso con que se lo enterró, con dos sacerdotes, uno por la Iglesia Católica, otro por la Protestante, "como si un solo delegado del otro mundo no bastara para convencernos de que Borges conseguirá alojamiento en algún Paraíso".
Más fundada, más establecida, aunque también discutible, es la postulación de Borges como un representante tempranísimo (y desprevenido) en las filas del posmodernismo. Las citas apócrifas, la permanente evocación de otros textos, los diálogos intertextuales, la idea de que toda escritura es reescritura, la ironía, y aun el hecho de que no escribiera novelas y prefiriera las formas breves, se han tomado como evidencias suficientes. Pero apenas uno se detiene a examinar los procedimientos narrativos de Borges, aparecen otras explicaciones tanto o más razonables.
Es cierto que cuando Borges escribe típicamente acumula ejemplos, analogías, historias afines, variaciones de lo que se propone contar. En "El Aleph" enumera otras versiones posibles de la esferita que contiene a todas las imágenes del universo: el espejo de Merlín, la lanza de Júpiter o una columna de piedra en una mezquita de El Cairo, que encerraría en sí "el atareado rumor" del universo. En "Funes el memorioso" hay también una lista de los casos históricos o legendarios de memoria prodigiosa. Y el cuento "Historia de dos reyes y dos laberintos" estaba precedido, en su primera versión, por un ensayo tres veces más largo sobre los laberintos más famosos de la historia.
Pero en todos estos casos y en cada ocasión en que Borges se rodea de otros textos, los ejemplos que prodiga no son cualesquiera, sino que tienen siempre la misma intención: son ejemplos prestigiosos de alguna tradición universal, están elegidos dentro de una estrategia de inserción de sus textos en lo universal.
Ricardo Piglia, en su ensayo "¿Existe la novela Argentina?" expresa muy bien el dilema común a Borges y a Gombrowicz cuando se pregunta: "¿Qué pasa cuando uno escribe en una lengua marginal? ¿Cómo llegar a ser universal en este suburbio del mundo? ¿Cómo zafarse del nacionalismo sin dejar de ser ´argentino (o ´polaco )?".
De algún modo, siempre se percibe ese complejo que acompaña a Borges: se resigna a escribir sobre los suburbios porteños y sobre compadritos, pero se preocupa por demostrar, a veces con ironía (llama por ejemplo a su Irineo Funes un "Zarathustra cimarrón y vernáculo"), que su "destino sudamericano" es un avatar legítimo de cualquier universalidad. Así, lejos de proponerse, como en los afanes posmodernos, desmantelar la idea de lo universal, de las jerarquías literarias, de tal o cual tradición clásica, hay más bien en Borges un anhelo de pertenencia, de añadirse como un par entre los nombres y obras que más admira. También, y más elemental: Borges siempre se ha definido ante todo como un lector. "Que otros se jacten de los libros que han escrito", ha dicho famosamente, "yo prefiero enorgullecerme de los que he leído". Como a todo lector de suficientes bibliotecas, muy posiblemente lo acometiera a partir de un momento la sensación creciente de que ya no había dónde dejar una marca, de que toda bifurcación del jardín ya había sido transitada. Y por cada idea que se le ocurría, de lo "ya escrito" sin duda acudían a su mente mil resonancias.
Borges dio el paso quizá novedoso, pero no necesariamente "posmoderno", de registrar y exhibir en su escritura estas variaciones en vez de ocultarlas. Todavía una posibilidad más, para mí la más verosímil: Borges tenía una mente poderosamente analítica, con una tendencia a lo clasificatorio, como se deja ver en sus ensayos, y un modo de concebir la tensión entre lo genérico y lo concreto cercano a lo científico. Escribe en Historia de la eternidad : "No quiero despedirme del platonismo (que parece glacial) sin comunicar esta observación con la esperanza de que la prosigan y justifiquen: lo genérico puede ser más intenso que lo concreto .
Casos ilustrativos no faltan. De chico, veraneando en el norte de la provincia, la llanura redonda y los hombres que mateaban en la cocina me interesaron, pero mi felicidad fue terrible cuando supe que ese redondel era "pampa" y esos varones "gauchos". Lo genérico prima sobre los rasgos individuales". Borges convierte esta observación en método narrativo: al rodear su historia de ejemplos afines, la ficción propia que desarrolla es a la vez particular y genérica, y sus textos resuenan como si el ejemplo particular llevara en sí y aludiera permanentemente a una forma universal. Como se ve, basta rotar un poco el caleidoscopio de citas para tener un Borges posmoderno, uno clásico, uno científico, uno cabalista, uno vegetariano Y el caleidoscopio sin duda ha girado y girado en estos años.
En cuanto a los ataques, se han inscripto en general en esa ley del rencor que ya enunció Ricardo Piglia: "Todo gran escritor tiene en Argentina los días contados". En lo que parece una imposibilidad crónica de parte de nuestro mundo intelectual para pensar más allá de las deprimentes oposiciones del tipo Boca-River, o de concebir la literatura nacional como un parnaso de único trono, se han querido librar los desafíos Borges versus Walsh, Borges versus Puig, o, más recientemente Borges versus Aira.
No hace falta decir lo extraños y patéticos que resultan estos "juegos de guerra" a los lectores que pueden sostener en la mente dos ideas distintas y que nunca encontraron problemas en valorar talentos literarios diferentes entre sí. Sin embargo, la razón profunda de oposiciones más recientes a Borges debe buscarse en otro lado. Borges, más que cualquier otro autor contemporáneo, plantea la cuestión, difícil de abordar para la crítica, del genio literario (hasta tal punto que la crítica académica hasta el 65 -cuando ya estaba escrita casi toda su obra- seguía ignorando su nombre). Borges es, a la vez, el modelo de un tipo de literatura precisa, o más aún, eximia, libresca, que se inspira en las tradiciones literarias y tiene ambición universal.
Uno por uno, todos estos rasgos provocan aversión o fastidio en algunos de los nuevos grupos literarios. Enrolados en la teoría del "rendimiento decreciente", según la cual, como es cada vez más difícil escribir grandes obras, mejor ni siquiera intentarlo, o bien en la también novísima y consoladora idea de que escribir "mal" está bien y escribir bien está mal, la figura de Borges es un recordatorio molesto de que el talento no sea quizá, como suponen, tan democrático, ni una cuestión de lobbies académicos que pueden a discreción alzar o bajar pulgares. Para algunos irritación, para otros estímulo, Borges nos recuerda en cada relectura que el genio literario existe y pudo hablar en argentino. ¿Quiere decir esto que a Borges no se lo puede criticar? Muy por el contrario. La contracara de estas lecturas enconadas y mezquinas es lo que Saer ha dado en llamar el fenómeno de "religiosidad popular" en torno a Borges, en que se lee su obra como los cabalistas leen la Biblia, creyendo que todas las perfecciones están allí, y que si no las vemos es porque no hemos pensado lo suficiente, o no tenemos el grado de fe necesario. Que nada sobra, que nada falta, que todo tiene una razón de ser.
Que no puede haber error y que estamos ante la summa literaria. Borges ha escrito en su famoso ensayo "Sobre los clásicos" que clásico es aquel autor que los pueblos o naciones "han decidido leer con previo fervor y una misteriosa lealtad". Veinte años después él mismo se ha convertido en clásico. Quizá llegue ahora el turno de que se lo lea sin previo fervor, sin previo rencor. Sólo con lealtad.

Otra vuelta de tuerca

Por Horacio Salas

Se había anticipado en exceso: diecisiete años. En el verso final de su "Elogio de la sombra ", de 1969, pese a su declarado agnosticismo, escribió: "Pronto sabré quién soy". Acaso lo supo a las siete y cuarenta y siete de esa mañana del sábado catorce de junio de 1986 en su departamento, cerca del sitio donde había transcurrido su adolescencia, en el barrio antiguo de Ginebra.
Un edificio cuyo vestíbulo de entrada -paradojas del destino- se encuentra tapizado por aquellos espejos que tanto horror le infundieron desde los días de su infancia. ("Dios ha creado las noches que se arman/ de sueños y las formas del espejo/ para que el hombre sienta que es reflejo/ y vanidad. Por eso nos alarman." ) El fin le había llegado, lejos del macabro show mediático que -con razón- imaginaba habría de producirse en Buenos Aires alrededor de su agonía y su muerte, tan distante de la discreción y pudores que había practicado a lo largo de su vida.
Lo acompañaban María Kodama y Héctor Bianciotti, quien se encargó de traducir esos últimos momentos. "Murió muy lentamente y en silencio, como un reloj de arena que se vaciara" definió en Como la huella del pájaro en el aire. Hasta dos días antes, la conversación del agonizante había girado -como siempre- en torno a la literatura, el monotema que había encendido su charla a lo largo de esa vida que pocas semanas más tarde habría llegado a los ochenta y siete años.
La dilatada biografía había tenido su inicio el 24 de agosto de 1899 (los partos entonces se efectuaban en el domicilio) en una casa del centro de la ciudad, ubicada en Tucumán 840, que había cobijado hasta seis esclavos "y tenía, como todas, dos ventanas con su reja de hierro, el zaguán, la puerta cancel y dos patios. En el primero, que era de mármol blanco y negro, estaba el aljibe, con una tortuga en el fondo para purificar el agua", según evocó el propio Borges.
El niño era hijo del matrimonio de Jorge Guillermo y de Leonor Acevedo, y fue bautizado con el nombre de Jorge Francisco Isidoro Luis Borges. Entre las dos fechas: aquella fresca jornada de agosto al finalizar el siglo XIX en Buenos Aires, y el caluroso día de su muerte en el cantón suizo de Ginebra, Borges trazó una obra cuya luminosidad, en la práctica, sólo ha conocido detractores y retaceos en su propia patria, en general por razones extraliterarias.
Fuera de las fronteras, estos rechazos sorprenden, desconciertan. Varios nombres mayores de la literatura se han reconocido, se reconocen, deudores borgeanos. Los ejemplos son múltiples e interminables: a manera de muestra se puede recordar que Michel Foucault, para sus tesis de Las palabras y las cosas , parte de una frase tomada de un cuento de Borges; Umberto Eco, en su novela El nombre de la rosa burila permanentes guiños de homenaje al creador de "El Aleph": uno de los protagonistas es un bibliotecario ciego, cuyas iniciales son J. B., quien administra un tesoro bibliográfico protegido por un laberinto; el mexicano Carlos Fuentes fue contundente: "sin la prosa de Borges -dijo a fines de los años sesenta- no habría, simplemente, moderna novela hispanoamericana"; por su parte, Augusto Roa Bastos aseguró que pese a las acusaciones recibidas, Borges es el único autor latinoamericano realmente revolucionario, "porque su revolución del lenguaje ha sido la única irreversible y transformadora que se ha dado en el continente".
En 1965, el novelista norteamericano John Updike ( Corre conejo), introductor de la obra borgeana en los Estados Unidos, se interrogaba sobre si el acceso a la obra de Borges no llegaría a producir un giro entre los escritores de su país, que pudiera ser "como una guía para salir del estancado narcisismo y del estado de lamentable desperdicio en que se encuentra la narrativa norteamericana actual".
Por su lado, el crítico francés Jean Ricardou aseguró que la influencia del autor de Ficciones resultó decisiva entre los creadores del nouveau roman, como Robbe-Grillet, Michel Butor y Claude Simon. En la Argentina, pese a que Borges carece de discípulos, (porque cualquier intento de emularlo sólo ha tenido -y tiene-, por su estilo inimitable, destino de caricatura) su influencia en las generaciones posteriores resulta imposible de negar. Incluso muchos le han calcado vocablos, giros y adjetivaciones, hasta para denostarlo.
En las postrimerías de los años cincuenta surgió en el país una generación de poetas, narradores, cineastas, dramaturgos y plásticos, que con criterio cronológico la historia cultural ha designado Generación del 60, para la cual Borges representaba un paradigma estético, aunque no compartiesen su postura política. Esa huella se advierte en el cuidado estilístico de muchos jóvenes narradores y en el coloquialismo de buena parte de los poetas que publicaron por entonces sus primeros libros.
Ciertos desplantes reaccionarios ni siquiera provocaban demasiada indignación (esperable en un contexto tan politizado): se conocía su espíritu irónico y hasta el golpe de 1976, se le dejaban pasar como exageraciones o juegos sus elogios a la censura o su culto por los entorchados y las hazañas bélicas.
En tanto, se aguardaba cada nueva publicación con renovada expectativa, algunos porque esperaban un tropezón ideológico que permeara sobre su obra, otros porque intuían un enriquecimiento, una mirada original sobre algún tema remanido, una idea iluminadora, un destello destinado a zonas privilegiadas de la memoria.
A partir de la obtención del Premio Formentor, que compartió con Samuel Beckett, en 1961, el nombre de Borges produjo primero curiosidad y luego, como corolario, trascendencia internacional. Hasta ese momento, fuera de traducciones francesas y una antología de cuentos vertidos al italiano, era poco lo que se sabía de su obra. Pero con motivo del galardón, aparecieron en pocos meses versiones al inglés y al alemán. Fue el comienzo de una cadena de reconocimientos: se multiplicaron ensayos sobre su obra, incontables tesis universitarias se centraron en minucias de su literatura, se reiteraban los doctorados honoris causa , su nombre aparecía una y otra vez entre los candidatos al Nobel. La fama lo había alcanzado. Sin embargo, esos oropeles que rodeaban "al otro Borges", no le alcanzaban al Borges real, el hombre, para orillar cierta mínima felicidad. "Al otro Borges es a quien le ocurren las cosas [ ] Sería exagerado afirmar que nuestra relación es hostil; yo vivo, yo me dejo vivir, para que Borges pueda tramar su literatura y esa literatura me justifica", escribió hacia 1960.
Doce años después ya era despiadado con su doble: "Minuciosamente lo odio. Advierto con fruición que casi no ve", definió en El oro de los tigres . Porque más allá de su humor, de sus frecuentes ironías, de los lujos de su conversación, de sus brillantes conferencias, de su implacable memoria, de sus desplantes ideológicos, en el territorio de la poesía, allí donde no caben mentiras ni disfraces, en ese mundo de repliegues siempre autobiográficos, Borges elaboraba máscaras para esconder sus frustraciones amorosas, su dolorosa resignación ante la ceguera, su profunda soledad.
Para estas confesiones eligió los rostros de otros escritores (reales o apócrifos) como un instrumento para encubrir sus "humillaciones y fracasos", los verdaderos rasgos de su alma: su timidez, su temor al rechazo o lo que él juzgaba sus torpezas sentimentales. Ya en uno de los poemas de El hacedor (1960), escribía tras un seudónimo ( Abulcásim el Hadramí) : El círculo del cielo mide mi gloria, las bibliotecas de Oriente se disputan mis versos, los emires me buscan para llenarme de oro la boca, los ángeles ya saben de memoria mi último zéjel.
Mis instrumentos de trabajo son la humillación y la angustia, ojalá yo hubiera nacido muerto. Parecería no haber demasiada diferencia con el soneto escrito a dos días de la muerte de su madre, en 1975: "He cometido el peor de los pecados/ que un hombre puede cometer. No he sido/ Feliz [ ] No me abandona. Siempre está a mi lado/ La sombra de haber sido un desdichado".
Más de una vez, Borges abominó de este poema ("El remordimiento") por considerarlo sentimental. Parecía avergonzarse de haber dejado traslucir sentimientos: más cómodo le resultaba buscar nombres literariamente prestigiosos para utilizarlos como disimulados alter egos: Spinoza, Gracián, Whitman, Emerson. Su escepticismo ante el posible número de lectores de poesía lo llevaba a pensar que serían muy pocos los que llegarían a descubrirlo. Tras la muralla de datos reales de las biografías de los retratados, Borges deslizaba, en los intersticios, fragmentos de su propia imagen.
Se había acostumbrado desde muy joven al manejo sutil de la metáfora y el símbolo y ahora echaba mano a una nueva relación con el revés de las palabras, con sus brillos ocultos: la máscara. La máscara no le era nueva: años antes, a exactamente un mes del golpe militar de 1943, que él suponía el triunfo del nazi fascismo, publicó en LA NACION su "Poema conjetural". Utilizando el recurso del poeta inglés Robert Browning en sus Dramatis personae (1864), Borges imagina el monólogo de su ancestro Francisco Narciso de Laprida, que en 1816 había presidido el Congreso de Tucumán, en el momento en que iba a ser degollado por las tropas federales de Félix Aldao. El suceso, estrictamente histórico, le brindó la posibilidad de traducir el contexto que le tocaba vivir en el marco de sus propios temores, para trazar una obra maestra donde desliza su propia circunstancia: "Vencen los bárbaros, los gauchos vencen". Y agrega: "Al fin me encuentro/ con mi destino sudamericano".
Al respecto se ha escrito largamente y nuevos ensayos arrimarán en el futuro otros abordajes al poema, pero con respecto a la aceptación del destino que le había tocado en esta parte del mundo, se pude agregar que a lo largo de toda su vida Borges pudo haberlo eludido; otros escritores contemporáneos eligieron París, más tarde Londres, Barcelona, Nueva York. El autor de Historia de la noche optó por ejercer su "destino sudamericano" y demostró que era posible escribir en argentino, sin prejuicios ni sentimientos de inferioridad, y estructurar una mitología sobre la base de un tema aparentemente menor, como el de los cuchilleros que a fines del siglo XIX habitaban las orillas de Buenos Aires.
"Una mitología ensangrentada/ que ahora es el ayer. La sabia historia/ de las aulas no es menos ilusoria / que esa mitología de la nada./ El pasado es arcilla que el presente/ labra a su antojo. Interminablemente", según definió Borges en uno de los poemas de cierre de su último libro, Los conjurados (1985).
Desde principios de la historia, el hombre inventó la poesía como una forma de homenaje, alivio, catarsis o traducción de ideas y sentimientos, como instrumento de exorcismo y de lucha contra la muerte. También como una máscara autobiográfica. Borges llevó este autoocultamiento a buena parte de su obra; acaso no imaginó que en el futuro un aluvión de chismosos eruditos dedicarían sus afanes a descubrir sus más recónditas entretelas y pudores, o las secretas u ostensibles destinatarias de sus textos.
Existe otra posibilidad: acaso el método constituía sólo otro guiño de un tímido que jugaba una vez más con sus posibles lectores, incluso con aquellos que aún no habían nacido, y de paso daba trabajo al creciente ejército de críticos de todo el mundo dedicados a diseccionar su obra. Mi última visita Nunca fui su amigo. Me hubiera gustado. En cambio, lo entrevisté unas catorce o quince veces en función periodística. Su extremada cortesía siempre permitió el desmedido asedio de los medios y yo no fui la excepción. Borges se encargaba de facilitar el diálogo, en especial si la conversación se centraba en la literatura. Una memoria implacable sorprendía al interlocutor: no titubeaba al citar un texto. Parecía estar leyendo en ese momento las frases de libros que había recorrido hacía décadas. (Debe tenerse en cuenta que desde fines de 1954 su ceguera le impedía leer.)
Su personaje Funes, el memorioso, daba la impresión de ser uno de sus tantos reflejos autobiográficos. Mi última charla en su departamento de la esquina de Maipú y Marcelo T. de Alvear se produjo hacia mediados de 1985. Concluida la grabación televisiva, cuando se fueron los técnicos, me sugirió que me quedase a conversar.
Parecía evidente que no quería estar solo. Bromeó sobre ciertos malos versos de Lugones, al que por otra parte admiraba. ("Son horrorosos", lapidó.) Evocó las calles del Palermo de su infancia, y cuando le conté que yo vivía frente al zoológico, recordó: "La gente entonces lo llamaba Las fieras" , y pareció trazar un recorrido por las viejas jaulas, brindándome una ubicación minuciosa de sus animales preferidos. Le pregunté si era cierto que hacia 1932 había pretendido suicidarse, según le había confesado alguna vez al crítico Donald Yates. Desde la grabación de aquel día, hoy su voz me confirma: "Estoy a punto de cumplir 85 años, lo cual es una exageración. Cuando yo era joven pensaba en el suicidio, pero ahora no tiene sentido, en cualquier momento sucede sin que yo intervenga". Reiteró que le parecía absurdo que se juzgase a un escritor por sus ideas políticas. "No puedo entenderlo", se lamentó.
En los últimos tramos de la charla, próximo a despedirme, me invitó a conocer el dormitorio de su madre y me mostró un retrato en tonos de verde. "Todos dicen que está igual", explicó. Acaso para no desilusionarlo, nadie había querido decirle que la imagen carecía de cualquier parecido con su madre, muerta una década atrás.
Anochecía. Cuidadoso de los modos, me acompañó hasta el ascensor, estrechó mi mano, me pareció que la retenía y mientras cerraba la puerta preguntó: "Yo soy un hombre ético ¿no? ¿Usted qué piensa?" Lo dijo como si no existiera interlocutor, parecía hablar consigo mismo. Meses después viajó a Suiza. No volví a verlo.

10.6.06

A 30 AÑOS DE SU MUERTE, UNA DE LAS ULTIMAS ENTREVISTAS A RINGO BONAVENA

"Dios me hizo boxeador"

El 22 de mayo de 1976 murió asesinado en Estados Unidos el boxeador Oscar “Ringo” Bonavena. Fue uno de los personajes más pintorescos generados por este país, un pibe de barrio que llegó al estrellato mundial. En este reportaje publicado en Uruguay en los momentos finales de carrera, las pinceladas esenciales de Ringo: el Once, su vieja, las siete milanesas y el perro boxer.

Por María Esther Gilio

“Yo le gano a ése. A ése y a cien como él”, dijo Ringo; y miró hacia la cámara con expresión desafiante. Pero enseguida sonrió y guiñó un ojo. “Ringo ahora saluda”, explicó el locutor, como si los televidentes fueran ciegos. “¿A quién está dedicado ese saludo, Ringo?” “A los pibes de mi barrio. A los pibes de Boedo que me están mirando”, dijo; y volvió a sonreír sin saber muy bien hacia qué cámara dirigir la mirada.
Dos días después se entrenaba en el Luna Park. Un portero guardaba fervorosamente la entrada del gimnasio. Cualquiera podía creer que detrás de esa puerta se encontraba el jardín de las Hespérides. Tan celoso era su cuidado, tan ansiosas las miradas de los que quedaban fuera. Cuando Ringo, después de dos horas, apareció distribuyendo sonrisas de héroe cansado, una ola de excitación recorrió a los chiquilines que también desde hacía dos horas husmeaban la entrada y conjeturaban sobre entrenamientos, campeonatos, zurdazos y dólares. Ringo se dejó palmear por uno, simuló tirar un puñetazo a otro y girando rápidamente me emplazó con su índice. “¿Usted es la uruguaya? ¿Así que quiere hacerme un reportaje en casa de mi vieja? ¿Sabe una cosa? Eso fue lo que más me gustó. Eso... que quiera conocer a la vieja. Venga, tengo la cachila afuera.”
La cachila, un Mercedes sport blanco tapizado en cuero negro, sin desmedro, podía integrar las ensoñaciones del emir de Kuwait. Ringo se acercó y le palmeó el capot con aire tierno. “Seis millones”, dijo. “¿De dólares?” pregunté distraída. “¡Ah, no! Pero usted está loca...” y acercándose con mirada interrogante: “Digame, ¿es buena periodista usted?”.
–¿Por qué? ¿Solamente se entrega a los buenos? –pregunté.
–No... pero como además es mujer... Suba.
–Quédese tranquilo... mis amigas dicen que soy buena.
–Mis amigos también, pero yo tengo...
–Sí, muchas copas y medallas para demostrarlo.
–Eso es. Y empresarios que me pagan cualquier plata.
–Un millón.
–¿Un millón? Por un millón no levanto este dedo. Quizá veinte millones por una pelea. Hace poco gané en una noche veintiséis millones –dijo. Y se quedó mirando la cara que yo ponía. Para no decepcionarlo abrí la boca extasiada.
–¡Ah!...
–¿Vio? –dijo, y pegó un frenazo que me tiró contra el parabrisas.
–Ringo... no se olvide que aquí adentro hay un campeón.
Sonrió.
–Yo manejo rápido. ¿Tiene miedo? Este auto da más de doscientos. ¿Por qué no empieza con las preguntas?
–¿Qué cree que estuve haciendo hasta ahora?
Volvió a mirarme con expresión desconfiada.
–¿Será buena periodista usted?
–Soy mala... pero muy honesta.
Soltó una carcajada.
–Ahí me hace acordar a la vieja que siempre quería hacerme entrar con alguna muchacha fea pero muy trabajadora.
Estábamos rodeando Plaza de Mayo. Ringo había aminorado la marcha del auto y miraba atentamente hacia un grupo de chicos y palomas.
–¿También usted venía aquí de niño, a dar de comer a las palomas?
–De pibe venía, sí... y ahora también vendría... uno siempre tiene algo de pibe. Yo veo a los chiquilines pateando una pelota o remontando un barrilete, y se me van las manos. Uno siempre tiene dentro algo de cuando era chico... y eso es lo mejor. Mire esos pibes con las palomas. ¿Usted se cree que a mí no me gustaría estar allí con todas las palomas alrededor?Que alguna se me viniera arriba... bien confiada... y cuando menos se lo espera ¡chácate!, dejarla dormida de un manotazo.
–¿Qué?
–Mire, yo tengo un 28, un 22 y un Winchester, pero me gusta la honda. ¡Qué me vienen a mí con la caza mayor! No hay como la honda.
–¿Era muy peleador de chico?
–Me peleo ahora, ¿no me iba a pelear cuando era pibe? Vea ese idiota; ése, allí adelante, que no me deja pasar... (Gritando.) ¡Cara de mandarina! (Riendo.) Le digo eso porque estoy con usted, si no...
–¿Nunca llega a las manos?
–¿Usted está mal? Está prohibido, un boxeador no puede. Pero de chico me saqué las ganas. Peleaba en todas partes, en las canchas, en la escuela.
–¿Cómo le surgió la idea de hacerse boxeador?
–(Se tapa la cara.) Yo cuando era chico tenía la misma cara que ahora. Todos me decían: ¿Vos sos boxeador, pibe? y la vieja siempre me disfrazaba de boxeador. Dios me hizo boxeador. Bueno... yo digo Dios como puedo decir mi mamá.
–Dios y su madre... más o menos lo mismo.
–A Dios no lo conozco, a mi vieja sí. Es lo más grande que hay. (Y quedó por algunos minutos totalmente ausente.)
–Se quedó muy abstraído, Ringo, ¿en qué estaba pensando?
–Estoy pensando que si mi hija nace el mismo día que yo es un fenómeno.
–Aunque no nazca el mismo día, igual es un fenómeno.
–¿Vio? ¿Lo va a decir?
–Seguro.
Habíamos dejado el centro y atravesábamos el Once. El grito de “chau Ringo” se hizo entonces tan frecuente que casi no hablábamos.
–Por aquí lo conoce todo el mundo.
–Estoy entrando en mis barrios, aquí soy un ídolo.
–Las mujeres lo deben volver loco.
–Nooo... además, yo a las mujeres... poca bolilla. (Se llevó el pelo hacia atrás con los dedos entreabiertos.) Mire para enfrente. ¿Ve esa casa? Me la acabo de comprar. Ahora le estoy haciendo pileta. Es barrio berreta pero estoy cerca de la casa de la vieja, me río del mundo.
Dos cuadras más adelante detuvo el auto, señaló hacia la derecha y dijo: “Aquí vive la vieja”. Tenía el aire de estar diciendo: “Aunque parezca mentira todavía existen los milagros, mi madre vive allí, en esa casa que parece igual a todas”. Bajamos y, sin golpear, entramos. Dos señoras y un boxer nos salieron al encuentro dando grandes muestras de contento. “¡Tití! –decía una de las señoras– ¡sólo tengo milanesas!” Me como siete –dijo Ringo, sin ánimo de broma. Pasamos a la cocina. Todo se agitaba alrededor del campeón. Eran las tres de la tarde pero la cocina volvió a encenderse y la heladera a abrirse y cerrarse. Aparecieron las milanesas, pero también ensaladas, quesos, choclos, papas, buñuelos, sopa, vino (por supuesto con soda), y ante mí, que había aceptado un café, un tazón colosal rebosando café negro. Ringo comía, toreaba alternadamente a la madre y al perro, y respondía a mis preguntas.
–Cuénteme su primera pelea.
–¿Te acordás vieja? Yo era un pibe, tenía diecisiete años. (Quedó en suspenso, con el tenedor a medio camino hacia la boca, creo que enternecido por su propia imagen de nueve años atrás.) Un pibe con unas ganas locas de pelear. Tiré piñas por todos lados... No veía, le pegué hasta al referí. A mi manager no le pegué porque me agarró la mano a tiempo –dijo y volvió a concentrarse en la comida.
–No se olvide, diga que mi perro es un boxer.
–Bueno.
–Mírele la cara. Tiene cara de boxeador como yo.
–Tiene. ¿Cuál fue su mejor enemigo?
Ringo levantó la cara y volvió a mirarme con las cejas juntas. Creo que por tercera vez quería preguntarme: “¿Será buena periodista, usted?” Le sonreí. Desfrunció las cejas, y balanceando la cabeza en un gesto de “hay que tener paciencia, es mujer”, se dispuso a contestarme.
–Un peleador no piensa en eso. El termina la pelea y chau, mejor dicho, al otro día va a cobrar y chau.
–Es decir, que una pelea nunca da origen a una especial relación entre los que intervienen, ya sea de amistad o enemistad.
–¿Quiere decir si alguna vez me hice amigo del que peleó conmigo?
–Sí.
–De José Georgetti. Era un gordo fenómeno. Andaba en la mala, no acertaba una. Peleamos y a mí me descalificaron, decían: “Le ganó a Ringo”. Con eso repuntó bien, le volvieron a dar buenas peleas. En la casa colgó un retrato mío. Cuando yo peleo viene a verme y me dice: “A ése tenés que darle con la zurda” o “no le des mucho al principio, cansalo”... y todo por esa pelea.
–Mientras pelea, ¿oye lo que el público le grita?
–Cuando recién empecé oía como quien oye llover. Tenía menos responsabilidad, me quedaba tranquilo. Ahora es distinto.
–¿Y qué le gritan?
–¡Vieja! Vení, oí, mirá si le voy a decir lo que me gritan.
La madre se acercó y dijo: “A veces se acuerdan de mí”.
–Eso sí que me da rabia. Pero lo que más me gritan es: “Dale, maricón, anda a dormir a tu casa...”
–¿Cuáles son las condiciones más importantes para un boxeador?
–Que sea guapo y que sepa crear arriba del ring.
–¿Qué quiere decir eso?
–Sí, no debe esperar lo que le diga el manager. El manager le dice: “Pegale al hígado, al estómago”. Hay algunos boxeadores que oyen, y le meten nomás al hígado, y eso está mal. Hay que pegar por otro lado, más arriba... y cuando el tipo se descuida, chau, darle al hígado.
–Usted tiene fama de fanfarrón.
–Soy muy fanfarrón.
–¿Nunca tuvo miedo?
–¿Arriba del ring? No.
–¿De verdad?
–¡Arriba del ring no! –y luego riéndose a carcajadas–: Tengo miedo arriba del avión. Si tuviera ese miedo cuando peleo no podría pelear.
–Vamos a pensar que usted sube al ring. Al tipo con el que va a pelear nunca lo vio antes o lo vio de lejos. En cuanto lo ve, ¿tiene ganas de pegarle o las ganas le van viniendo de a poco?
–No, no, yo trato de tenerle rabia para poder pegarle con ganas. Por ejemplo que en el diario o en la radio haya dicho “A Ringo yo lo mato” o algo así.
–¿Habla mientras pelea?
–Yo no soy de hablar mucho.
–¿Otros boxeadores, sí? ¿Qué dicen?
–Y... pueden decir “mientras vos estás aquí ¿sabés con quién está (disculpe) acostada tu novia?” o cosas por el estilo.
–Cuando termina una pelea, ¿qué tiene ganas de hacer? ¿Qué hace?
Ringo se da vuelta y mira a la madre que no ha dejado de trajinar a su alrededor llevando y trayendo platos. “El Tití siempre viene para casa después de las peleas”, dice la madre. Y luego Ringo: “¿Vio?” “Sí –añade la madre–, ¿pero quién hizo el sacrificio para formar ese cuerpo?”
Yo no entendí bien y quedé mirándola. A su vez Ringo quedó mirándome a mí. Por fin dijo:
–Pero mire que usted es buenas noches... La vieja le quiere decir que este cuerpo lo hizo ella. Estos noventa y tres kilos a la sombra. ¡Toque!¡Toque aquí! –y se acercó con el brazo doblado– ¡Pero toque bien que no muerde!
–¡Fantástico!
–Dijo bien. Fantástico.
Volvió a sentarse y comenzó a comer la fruta.
–Cuénteme cómo fue la pelea con el campeón mundial, en Estados Unidos.
–Qué quiere que le cuente, si no vi nada. Me dio cada piña que no sabía ni cómo me llamaba. Mala noche, malísima –dijo y con el sifón echó un chorro de soda al perro que ladró sorprendido–. ¿Sabe cómo se llama mi perro? Se llama Ringo como yo.
–¿Y usted cómo se llama?
–Oscar Natalio Bonavena.
–¿Conoció a Cassius Clay en Norteamérica?
–Sí, pero de lejos en un gimnasio. Yo le grité: “A vos te mato”.
–¿En español?
–No, en inglés: “I Kill You”.
–¿Sabe inglés?
–¿Usted está mal? Hace un rato... ¿le quedan muchas preguntas? Porque pájaro que comió, voló.
–Ya termino. Hace un rato hablábamos del momento en que usted se enfrenta con el otro, arriba del ring. Supongamos que están peleando y el otro ya medio grogui se cae al menor golpe. Usted sabe que lo que correspondería sería que el manager tirara la toalla y la pelea terminara, que el otro ya no es nada. ¿Qué siente en ese momento?
–Una vez estaba peleando con un tipo que estaba así como dice usted, lo tocaba y se caía. De golpe me di vuelta y le tiré un trompazo que si lo agarro hay que hacerle la estética.
–¿Al pobre tipo?
–¡Al manager! Me lo tuvieron que sacar... quería matarlo. Hay cada criminal. Otras veces uno está tan caliente que no se da cuenta de cómo está el otro y puede deshacerlo sin querer.
–Seguro... supongamos que la pelea termina en este momento, usted ganó, el juez le levanta el brazo, ahí en el suelo fuera de combate está el otro. ¿Siente lástima?
–Yo gané, el juez me levanta el brazo y enseguida empiezo a ver la gente que grita, las luces de los fotógrafos. Levanto la cabeza y me olvido del otro. No tengo nada más que ver con ese tipo. Si después me lo encuentro abajo le digo: “Estuviste bien, guapeaste”, para alentarlo, ¿me entiende?
–En ese momento se siente muy feliz.
–Sí. Pero no porque lo rompí todo al otro, de él no me acuerdo más. Venga que le voy a mostrar la casa que le regalé a mi vieja.
Me la enseñó paciente y ordenadamente, explicando las mejoras, los arreglos, los costos. La madre nos seguía ensimismada a ambos –la casa y Ringo– mientras sonriendo, asentía con la cabeza. Ringo se detuvo de pronto, y señalando con aire severo un saco que ésta llevaba puesto dijo: “¡Mamá!, ¿no te dije que ese saco lo tiraras? ¡Dámelo!” Con el gesto de estar partiendo una hoja de papel lo abrió de lado a lado y riendo se lo puso al perro de bufanda. “No –dijo la madre– es lindo porque con la calor...”
–¡Vieja! ¡No se dice “la calor”! El calor, el calor. No me haga pasar vergüenza delante de la uruguaya.
Ninguna vergüenza campeón, ilustre imagen de antiesnobismo, seguro huésped al Reino de los Cielos.


Esta entrevista que ya tiene como 35 años, o más, sigue intacta y es en sí misma un curso completo de periodismo, y un ejemplo de que es a través de la sencillez cómo se llega a la belleza en este negocio.

9.6.06

Humor:

Sobre clavos...

Un prospero fabricante de clavos, tratando de ampliar su negocio, decide armar una estrategia publicitaria a nivel internacional. Luego de recorrer varias agencias, decide encargarsela a una agencia publicitaria de Galicia, por ser la mas barata. "Mire, amigo, mi empresa se dedica a la fabricacion y venta de clavos, quiero una publicidad para los medios televisivos, que destaque y haga hincapie en la calidad de mis clavos." "No se preocupe", le contesta el gallego, "para la semana que viene se la tengo lista."
A la semana siguiente, el empresario vuelve a la agencia, y el gallego le presenta una muestra de un aviso televisivo que, con medio minuto de duracion, muestra una escena de la crucifixion de Jesucristo. La Virgen Maria aparece llorando a los pies de su hijo, los soldados romanos burlandose y Jesus clavado en la cruz.En lo alto de la cruz, donde generalmente aparece la inscripcion "INRI", aparece la leyenda: CLAVOS "GONZALEZ".
El empresario al verlo se pone como loco y le grita furioso al gallego: "Pero que hizo, animal!!!!? Usted de veras pretende poner este aviso en los mejores medios del mundo!!!? La tercera parte de la poblacion mundial es Cristiana: ¡no me va a comprar clavos nadie!!!" El gallego, asustado, le contesta: "Disculpe, entonces que clase de aviso quiere??" "Uno que destaque la calidad de mis clavos, hagalo como quiera pero ni en pedo ponga a Cristo clavado con mis clavos!!!", grita el hombre y se va.
A la semana siguiente, el tipo vuelve a la agencia y el gallego le dice:"Mire, ya le tengo el nuevo aviso, como usted lo queria." Y le proyecta el nuevo aviso. En el mismo aparece Jesus, semidesnudo corriendo por las calles, huyendo de una horda de soldados romanos que lo persiguen. Al final del aviso, mientras corren tras Jesus, uno de los soldados le dice al que corre a su lado:
"Te dije, boludo, te dije que usaramos Clavos "Gonzalez"!!!

6.6.06

Ya salió América XXI

Desde Venezuela para todo el continente
Director Luis Bilbao


En esta edición:

Desde Bolivia: Mueve Sur
Cuba, Bolivia y Venezuela dieron pasos gigantescos a favor de la integración en el marco del Alba. Estados Unidos no logra recuperar la iniciativa y sufre nuevas derrotas.
Por Luis Bilbao

Poner en caja a las multinacionales
Por Eduardo Paz Rada

Informe especial: La democracia del hambre
América Latina es productora por excelencia de alimentos, pero 9 millones de niños y 55 millones de adultos están desnutridos. El modelo neoliberal es incompatible con la democracia social y, por ello, con la democracia política.
Por Manrique Salvarrey

Batalla cultural en Irak
Quema de libros, museos, ciudades y muerte son sólo algunas de las formas que emplea Estados Unidos para aniquilar a la nación iraquí. Violencia, censura y vaciamiento cultural conforman la brutal realidad de una sociedad entre ruinas.

América Latina: Estados Unidos manda más espías

Venezuela:
La opción del Alba
Por Jorge Arreaza

Guerra mediática
Por Vanessa Davies

Nueva Ley de Minería
Por el ministro Víctor Álvarez

Entrevista a Jorge Giordani

Argentina:
Primero de Mayo con definiciones

Por Fernando Leyria

Puja entre dos modelos de universidad pública
Por Flabian Nievas

Negocio inconmensurable

Por Federico Schuster

México: El voto miedo en escena
Por Carlos Fazio

Puerto Rico: Quiebra del Estado colonial

Historia - Teoría - Debate:
Acuerdo entre Bolivia, Cuba y Venezuela

Mundo: Muros contra los inmigrantes
Por María Celeste González

Cultura: Nuevas producciones y actividades literarias / Batalla cultural en Irak

Análisis de la noticia: Recado a Europa
Por Luis Bilbao


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4.6.06

Cultura ROCK, mucho más que música
Los lunes a las 23 por radio FM Flores 90.7 Mhz o www.radiofmflores.net , escuchá las anécdotas, mitos, canciones, datos e historias de estas primeras cuatro décadas del rock argentino.

Fernando Horowitz; Leandro de la Torre Divano y Fernando Neira te contarán la actualidad con tres notas que cantan la justa.
Tres periodistas especializados te darán información -con opinión- sobre el género musical más popular de la historia.
Informes:
culturarock@radiofmflores.net
(15) 4578-1143, (15) 4179-2559 o (011) 4781-9094
MATEMATICAS Y FUTBOL POR TV

La vera historia del fixture

Un problema de programación aparentemente insoluble. Un matemático que se queda pensando ante la complejidad del asunto y, luego, ante lo complicado de la solución. Y un final que es una historia que no tuvo el crédito que merecía.

Por Adrián Paenza

Lo que sigue es la historia de cómo un matemático argentino resolvió un problema ligado con el fútbol y la televisión. No sé si usted prestó atención alguna vez a un fixture de fútbol. Es decir, a la programación anual de todos los partidos que se juegan en el año.

Confeccionarlo no debería ser una tarea difícil, sin embargo lo invito a que lo intente. Se tienen 20 equipos, que tienen que jugar, naturalmente, todos contra todos. Pero, como es fácil imaginar, hay algunas restricciones que respetar. Algunas son obvias. De hecho, un equipo no puede jugar todos sus partidos de local. Otras, no tanto (por ejemplo, que Racing e Independiente no jueguen de local en la misma fecha, o lo mismo con R. Central y Newell’s, o Estudiantes y Gimnasia). Sin embargo, todas estas dificultades fueron solucionadas sin problemas desde que se juega al fútbol en la Argentina. Y eso sucede hace más de un siglo.

Pero la televisión cambió todo. Cuando los partidos se jugaban todos el día domingo (sí, aunque parezca mentira, antes, todos los partidos se jugaban los domingos a la misma hora, pero eso correspondía a otra generación de argentinos), decía que en ese momento todo era muy sencillo. Pero después, con la aparición de Torneos y Competencias y la televisación en directo, había que seleccionar un partido para poder televisarlo los días viernes. Pero no cualquiera. Tenía que ser un partido que enfrentara a un equipo de los denominados “grandes” (River, Boca, Racing, Independiente y San Lorenzo) para que jugara en la Capital, con uno de los denominados “chicos” (éstos van variando de acuerdo con el campeonato, pero creo que se entiende la idea).

Después, se agregó un partido para televisar los sábados, pero con la condición de que tenía que ser una transmisión originada en el interior del país (Córdoba, Rosario, La Plata, Santa Fe, Mendoza en su momento, Corrientes, etc.) y debía involucrar a un equipo de los “grandes” (grupo al cual se permitía añadir a Vélez). La solución, entonces, ya no es tan sencilla. Encima, se agregó un partido para televisar los días lunes entre dos clubes “chicos”. Y para complicar más las cosas, aparecieron los codificados. Y después, El Clásico del Domingo. Y había que dejar algún partido atractivo para que se pudiera ver por Fútbol de Primera a la noche. ¿Qué hacer? En ese momento, enero del ’95 (hace más de 11 años), la gente de Torneos y Competencias me derivó el problema para ver si algún matemático (como yo sostenía) era capaz de presentar un programa de partidos a la AFA (Asociación del Fútbol Argentino) que contemplara todas las restricciones que había.

Me reuní con Carlos Avila, quien es un gran intuitivo y que entendió que lo mejor era consultar a alguien que supiera. Bien. Pero, ¿quién sabría? “Mirá –le dije–, en la Facultad de Ciencias Exactas de la UBA hay matemáticos a quienes yo les podría plantear el problema. Son los candidatos naturales para resolverlo.” “Dale para adelante.” Y le di. En realidad, le di el problema al Dr. Eduardo Dubuc, profesor titular del Departamento de Matemáticas desde hace años, y uno de los más prestigiosos que tiene el país. Su vida circuló por distintas ciudades de Estados Unidos, Francia y Canadá. Desde hace algunos años está en la Argentina. Le llevé el problema cuando él estaba por ir como profesor invitado a la Universidad Nacional del Sur durante cuatro meses. Me hizo las preguntas lógicas para alguien que sigue el fútbol sólo como aficionado. Cerró la carpeta en donde estaban los datos, se sacó los anteojos que usa siempre, me miró en silencio durante un rato, y me preguntó: “¿Vos estás seguro de que este problema tiene solución?” “No sé, pero seguro que si la tiene, vos sos la persona para encontrarla.” Obviamente me pidió tiempo. Y se fue.

Un mes después me llamó por teléfono. Yo estaba entusiasmado, pero hubo algo que me desconcertó: “Dame señal de fax. El problema está resuelto de la mejor manera posible”.“Eduardo: ¿qué significa la mejor manera posible? Necesitamos que sea la mejor y no la mejor posible.”“Es que el problema planteado con todas las restricciones que me diste, no tiene solución.”“¿Cómo que no tiene solución? Al fútbol se está jugando ahora, y se ha jugado durante casi un siglo. ¿De qué me hablás?”“Como te lo advertí el día que me lo planteaste, si vos querés un fixture que contemple todas las condiciones que me diste, no hay. Y te lo hago fácil. Equipos de los que vos llamás ‘chicos’ hay (había, en ese momento) sólo seis (eran, Dep. Español, Argentinos Jrs., Ferro, Platense, Lanús y Banfield). Entre ellos, en todo el campeonato, jugarán 15 partidos. Aunque logremos hacerlos jugar a todos en fechas diferentes, igualmente habrá cuatro semanas en las que va a faltar un partido para los días lunes.”

Una obviedad. Sin embargo, eso ponía en peligro todo. Si ya había una dificultad irresoluble, ¿qué quedaría para el resto? ¿Es que no habría manera de poder ordenar todo el caos que había siempre con el programa de los partidos? Sonaba a fracaso. Sin embargo Eduardo me insistió:“Dale. Dame señal de fax y leé mis apuntes” (nota: observe también que en aquella época no había correo electrónico y el método para enviar información más rápida era a través del fax). Y los leí. Digo, leí sus apuntes. Eduardo escribió que hay en total (y lea con cuidado)
2 432 902 008 176 640 000 fixtures posibles. Es decir, es un número que llega casi a los dos trillones y medio, y que se obtiene multiplicando los primeros veinte números: 20 x 19 x 18 x 17 x(...) x 5 x 4 x 3 x 2 x 1Claro, si hubiera sólo seis equipos, habría 720 posibles fixtures y ese número se obtendría multiplicando los primeros seis números: 6 x 5 x 4 x 3 x 2 x 1 = 720(pero el argumento que explica esto será motivo de otra nota). El número que resulta de multiplicar los primeros 20 números se conoce con el nombre de factorial de veinte (¡vamos!, es sólo un nombre), y se escribe agregándole al número 20 un signo de admiración: 20! = 20 x 19 x 18 x 17 x (...) x 3 x 2 x 1De la misma forma,6! = 6 x 5 x 4 x 3 x 2 x 1 = 720

Vuelvo al tema de los fixtures. Eduardo me agregó en sus notas: a) hay fixtures supuestamente distintos que son equivalentes en la práctica. Por ejemplo, los equipos “grandes” que formaban una pareja (porque no podían jugar de local el mismo día, como por ejemplo River-Boca, o Newell’s-Central) podían intercambiarse entre sí y el resultado no variaría (lo invito a que piense este argumento, claro). b) Lo mismo valía para los equipos “chicos”, o los que formaban “pareja” en el interior (como Colón y Unión, o Talleres e Instituto, en Córdoba).Teniendo en cuenta estas observaciones, entonces, el número total de fixtures diferentes es de1 055 947 052 160 000 que son casi 1,056 billones de fixtures. ¡Una barbaridad! Surgía inmediatamente una pregunta: ¿quién los revisa a todos para saber cuál o cuáles son los que sirven? Y un tema clave, muy importante: ¿cuánto tiempo tardaría en examinarlos a todos? A razón de investigar ¡500 fixtures por segundo! (piense bien lo que leyó, dice quinientos fixtures por segundo) llevaría casi 100.000 (cien mil) años para hacerlo.

Entonces, Dubuc tuvo una idea (genial). Calificó los fixtures. ¿Qué quiere decir esto? Si uno toma un fixture cualquiera, lo más probable es que no cumpla la mayoría de los requisitos que se necesitan. Entonces, uno les pone una multa. Sí, una penalidad. Claro, hay penalidades más grandes que otras, más graves. Por ejemplo, si en el fixture que uno eligió, un equipo juega de local todos los partidos de la primera rueda, ese fixture tiene una penalidad muy alta, en la medida en que el problema que presenta no es aceptable. Uno podía convivir con que en una semana no hubiera partido entre dos equipos “chicos”, y por eso, si un fixture tenía ese problema la penalidad era baja. Y así, se ocupó en graduar las penas, de acuerdo con el grado de incumplimiento que tuvieran *.

En definitiva, cuanto mayor era la multa que tenía un fixture, peor era. Como se advierte entonces, y le pido que lo piense solo/a por un ratito, el objetivo de Eduardo era encontrar el o los fixtures que tuvieran multa cero. Es decir, aquellos programas de partidos que no infringieran ninguna de las normas pedidas. ¿Existirían? ¿Habría de esos fixtures? Esas son algunas de las preguntas que se hacen los matemáticos. ¿Tendría solución el problema?

Como el proceso de revisar a todos y encontrar a los que tengan multa cero estaba (y está) fuera de las posibilidades ya que involucraría más de cien mil años de análisis para las computadoras más potentes, entonces, Eduardo (Dubuc) apeló a un proceso, que en matemática se conoce con el nombre del “recocido-simulado”. E ideó una forma para hacerlo. Quiero aclarar acá que quienes usan o usaron el “recocido-simulado” nunca deben haber imaginado que podría ser utilizado para resolver un problema de estas características. Pero allí también reside la capacidad de un matemático, en saber que hay una herramienta, que en principio no parece haber sido construida para esta ocasión en particular, sin embargo, con una adaptación, no sólo se transformó en útil, sino que permitió encontrar la solución. A grandes rasgos el sistema funciona así. Imagine que todos los fixtures posibles (los más de mil billones) están escritos cada uno en una hoja de papel y metidos dentro de una pieza. (Por supuesto, éste es un camino imaginario y de fantasía, pero lo/a invito a que lo recorramos juntos.) Uno entra a la pieza repleta de fixtures con un pinche en la mano, como si se tratara de recoger las hojas en una plaza. ¿Me sigue? En cada hoja que hay dentro de la pieza, no sólo hay un fixture, sino que cada uno de ellos tiene agregada la multa que le corresponde, dependiendo del grado de incumplimiento a las restricciones pedidas.Entonces, uno procede así: no bien entra pincha un fixture cualquiera y se fija en la multa que tiene asignada. Por supuesto, si uno tuviera la suerte de que no bien empieza encuentra el que tiene multa cero, detiene el proceso allí mismo y sale rápido a comprar un billete de lotería y a jugar en el casino. Sigo. Cuando uno pincha el fixture y se fija en la multa que tiene, decide caminar en alguna dirección, y pincha alguno de los vecinos. Si la multa aumentó, entonces no avanza en esa dirección. Si, en cambio, la multa disminuye con el nuevo que usted pinchó, entonces se encamina por ese lugar, seleccionando los que va encontrando en ese trayecto en la medida en que siempre vaya disminuyendo la multa.

Si en algún momento usted llega a un lugar, en donde independientemente del camino que elija la multa aumenta siempre, entonces usted llegó (imagíneselo así) a un mínimo, o, si usted prefiere, a un cráter. Como si estuviera caminando por un camino montañoso, y de pronto llegó a un lugar en donde no importe para qué lado elija avanzar, para todas partes usted sube. En los términos en los que estábamos hablando respecto de los fixtures, lo que esto indica es que usted encontró un fixture que tiene la mínima multa posible alrededor de ese lugar.

Como usted advierte, el problema se reduce entonces a encontrar mínimos, empezando en distintos lugares. Pero lo curioso es que eligiendo al azar en cuál empezar (es decir, usted, cuando entra en la pieza, elige un fixture cualquiera con el que empieza), después de revisar entre 500.000 y un millón de fixtures en alrededor de 20 minutos, el programa que diseñó Eduardo encontraba siempre el mismo fixture.

Esto lo hizo conjeturar que el que había encontrado era el único. O sea, hay ¡un solo fixture que resuelve el problema! ¡Y el método lo encuentra! Pero, como él ya sabía de antemano, la multa no iba a ser cero (porque ya sabíamos que el fixture ideal NO existía), pero lo que encuentra el programa es el fixture con la mínima multa posible. La AFA implementó su uso a partir del campeonato Apertura de 1995 (que fue el torneo en el que Maradona produjo su retorno a Boca después que volvió de jugar en Europa). Y también desde entonces, la matemática de alta complejidad permitió resolver un problema que hasta ese momento tenía enloquecidos a todos.El Dr. Eduardo Dubuc no tuvo nunca el reconocimiento por lo que hizo. Ni tampoco lo buscó. Sólo que sin su aporte, hasta hoy estarían pujando por encontrar “a mano”, en forma infructuosa, una solución que en términos ideales, no existe.

* En el lenguaje matemático, Eduardo definió la función multa, que tiene como dominio todos los posibles fixtures y como codominio todos los números enteros positivos y el cero. Lo que trataba de hacer era encontrar mínimos absolutos de esta función.

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