29.11.07

El grito silencioso



Por Juan Gelman


Hay más bajas de veteranos de Irak y Afganistán en EE.UU. que en Irak y Afganistán. Se suicidaron al volver. Una investigación de CBS News reveló que en el 2005, en 45 de los 50 estados de la Unión se quitaron la vida 6256 efectivos que habían participado en esas guerras (
www.cbsnews.com, 13-11-07). Un promedio de 120 por semana, siete cada día, en sólo un año, casi el doble de los caídos en más de cuatro de conflicto. Padecían lo que hoy se llama “desórdenes por estrés postraumático” (PTSD, por sus siglas en inglés), una generalidad que oculta muchas cosas: horrores del combate, crímenes cometidos o vistos cometer, desilusiones de “la libertad y la democracia” que iban a llevar a esos países, angustias, pesadillas, remordimientos y a saber cuánto más. Son cifras escalofriantes: cada unidad del total corresponde sobre todo a un joven.
La investigación duró cinco meses y reunió información de fuentes oficiales de los estados, del departamento de cuestiones atinentes a los veteranos de guerra y de la Oficina de Censos de EE.UU. Se consultó a especialistas y se comparó la tasa de suicidios de los veteranos con la del resto de la población. Los datos para el 2004 revelan que la primera duplicó con creces a la última: del 17,5 al 21,8 por cien mil contra el 9,4 por cien mil. Para el 2005, fueron del 18,7 al 20,8 y el 8,9 por cien mil, respectivamente. El número de suicidas varones triplica al de las mujeres. Y la tasa más alta se dio entre los veteranos de 20 a 24 años: es de tres a cuatro veces superior a la del mismo grupo etario de quienes no fueron a la guerra. Son estadísticas que el Pentágono no suele difundir. Explica que se trata de “problemas personales”.
Más del 25 por ciento de efectivos en actividad y el 50 por ciento de los reservistas que regresaron a su casa presentan síntomas de trastornos mentales (Reuters, 13-11-07). Cuando el presidente Bush dice que los terroristas suicidas “no son como nosotros; no valoran la vida como lo hacemos nosotros” incurre en una tremenda ironía, tomando en cuenta los miles de soldados y veteranos estadounidenses que se quitan la vida. No eran fieles del Islam ni árabes que W. desprecia, sino –con excepción de los psicópatas de siempre– personas que se alistaron por pobreza o buscando oportunidades de carrera y no porque querían matar civiles.
“Sentí cómo ese silencio gritaba dentro mío”, expresó Jessica Harrell cuando vio a su hermano, de regreso de Irak, muerto de mano propia. Hubo quienes se pegaron un tiro, otros se ahorcaron. Pero esto poco importa a la Casa Blanca. Son material desechable o ingresan al rubro “daños colaterales”. Todavía se suicidan veteranos de otras guerras. Y hay mujeres invisibles: por ejemplo, las viudas de Vietnam.
Penny Coleman era una de ellas y vivió largos años con la carga del suicidio de su esposo Daniel. Fotógrafa de profesión, decidió entrevistar a decenas de mujeres que habían atravesado idéntica tragedia y reunió sus historias de vida en el libro Flashback - Posttraumatic Stress Disorder, Suicide and the Lessons of War (Beacon Press, Boston, 2006). Cuenta Penny Coleman: “Durante décadas viví agobiada por la culpa y la vergüenza que experimentan casi todos los sobrevivientes de un suicidio... hasta que a en los ’80 los medios empezaron a publicar artículos sobre la frecuencia del suicidio entre los veteranos de Vietnam. Comencé a preguntarme qué papel habían tenido en la muerte de Daniel sus experiencias de la guerra” (www.flashbackhome.com). Comprendió que había vivido “una parte de la historia que fue completamente borrada de las versiones oficiales”. Sigue borrada.
Encontró en todas las entrevistadas los mismos sentimientos provocados por una sociedad que estigmatiza y culpa al sobreviviente del suicidio del otro y considera que el soldado que no cae en combate es un débil o un cobarde. Advirtió que sus viejas preguntas –“¿amé lo suficiente?, ¿lo cuidé, me cegó la negligencia?”– no tenían otra respuesta que los trastornos causados por la guerra. Ahora habla muy claro.
Penny Coleman señala en un artículo que difunde el Independent Media Institute, organismo que apoya al periodismo independiente (
www.alternet.org, 26-11-7): “Hay algo de superioridad tan jactanciosa en la manera con que hablamos de los atacantes suicidas y de las culturas que los producen. Y asoma un pensamiento inquietante. En 2005, 6256 veteranos estadounidenses se quitaron la vida. Ese mismo año, hubo alrededor de 150 muertes documentadas de atacantes suicidas en Irak. Hagan la cuenta. La proporción es de 40 a 1. ¿Quién se muestra más eficaz entonces en la creación de una cultura de suicidio y de martirio? Si George Bush tiene razón (cuando dice) que es la desesperación, la desidia y la pobreza las que empujan a la gente a cometer tales actos, ¿no vale la pena subrayar que estamos haciendo en la materia un trabajo mucho mejor?”.

26.11.07

Certezas y Patti

Por Eduardo Aliverti

Al cabo de una semana como la última se imponen muchas más certezas que preguntas, pero la más grande de las preguntas es, quizá, más fuerte que las certezas.
En orden cronológico va primero el histórico papelón de los diarios más importantes del país, que le adjudicaron al próximo ministro de Economía declaraciones que pertenecían a otra persona y que elevaron al rango de plan de gobierno. Sensacional. No interesa cómo se produjo yerro semejante, porque cualquiera sea la excusa es irrefutable que no chequearon la información. Aunque hay algo todavía peor que eso: no podía caber en ninguna cabeza políticamente experimentada que un funcionario recién designado, bajo la lógica de una administración como la kirchnerista, se lanzase a marcar territorio. Si es por repercusión popular, de todas maneras, el bochorno no fue registrado o no le interesó mayormente a nadie. Más aún, es dudoso que la mayoría de la sociedad sepa quién es el nuevo ministro de Economía y, mucho menos, cómo se escribe su apellido. Todo un dato, en torno de que esa misma mayoría juzga como determinante que las riendas queden en manos del matrimonio conductor y que el resto es sólo eso: el resto. Para relevo de la prueba, es más dudoso todavía que el pueblo cite sin dudas el nombre del ministro actual. Y así, puesto en esos términos de papelón periodístico con capacidad registrable para el “gran público”, más vale entonces reparar en los titulares rimbombantes que dieron por hecho el pase de Ramón Díaz a River. Al margen de que el entrenador es un bicho muy vivo, o más bien por eso mismo y por la cantidad y calidad de presiones, cifras y personajes en juego, una cuota elemental de prudencia profesional debió haber llevado a manejarse con cautela. Resultó que no. Resultó que la enfermedad por impactar y llegar antes, no importa si mal, es más fuerte que cualquier obligación y reparo. Una ansiedad que tanto vale para falsear declaraciones sobre el rumbo de planes económicos, como al efecto de quién se sienta en el banco de uno de los equipos de fútbol más populares. La patología de la primicia, y del vértigo, cueste lo que cueste. La certeza es que el periodismo argentino está cada día peor. La pregunta es si le importa a alguien o si la sociedad ya aceptó y se acostumbró a que las cosas funcionen así y que al rato o al otro día, porque se escorió un crucero en aguas heladas o porque un pibe mató al padre, a la madrastra y al bebé de ambos, todo sigue dando igual. Sin embargo, la pregunta no elimina la certeza.
Certeza es también que el escándalo por el denunciado intento de soborno de las empresas ticketeras no promovió debate alguno sobre lo que significan los vales en la distribución del ingreso, y en la desfinanciación de las arcas del Estado. Parece que no conviene hurgar allí.
Certeza es que un espía-titular del servicio de Inteligencia del Ejército es tan buen espía que le pinchan el celular, y que es muy profundo el olor a que fue desde los propios despachos oficiales de donde salió la data para que los diarios se ocupasen del tema en primera plana y marcar, de paso, gestualidad progre a días de la asunción de la presidente o presidenta. No se sabe qué es más gracioso, a lo sumo: si que el jefe de Inteligencia hable por teléfono con toda comodidad de asuntos internos que involucran a funcionarios gubernamentales, en caso de que ésa sea la explicación fidedigna; o si es cierto que van a discutir sobre la legalidad de pinchar los teléfonos.
Certeza es que Julio De Vido fue agasajado por Hugo Moyano & Cía., gracias al mérito de seguir como administrador de la caja estatal de obras públicas y vecindades. Somos todos compañeros y el hecho, digamos que por ahora en potencial, consistiría en que el kirchnerismo se recuesta definitivamente, o casi, en las estructuras del PJ; y que el otorgamiento de la personería gremial a la CTA pasa a mejor vida. Esto es, un “pacto social”, Cristina dixit, que nace más rengo que derecho. Junto con la ya certeza de que el oficialismo le ofreció el tercer puesto del Senado al menemista salteño Juan Carlos Romero, que como orgánico del éxito no tiene problemas en pasar de aquí para allá como si tal cosa.
Y vaya si no es certeza que, por más que su estilo no guste en palacio y que los últimos mimos hayan sido con Lula, quien sigue asistiendo financieramente a la Argentina es Hugo Chávez. Análisis concreto de la situación concreta. Lo demás, como los ringtones del “por qué no te callas” del monarca-lobbista español, cabe aceptar que es buen entretenimiento para la gilada.
Quedarían como certeza el subrayado papel patético de la ¿oposición? encarnada por Carrió, ya desgajada antes de asumir su rol parlamentario gracias a esa habilidad para destruir todo lo que construye; y los superpoderes solicitados por Macri a la Legislatura porteña, símiles de los conferidos a Cristina en la aprobación del Presupuesto 2008 (en el que continúa en papel relevante la aplicación indiscriminada del IVA). Situación de gran dinamismo, en síntesis, que compele a extremar los recaudos para detectar dónde se está parado, en medio de un Gobierno que es más lo que parece que lo que es y de una oposición que es más lo que quiere parecer que lo que termina siendo.
Para el final, subyace Patti preso por siete secuestros y delitos varios en la dictadura. Torturas y crímenes que lo tuvieron como protagonista en la zona norte del Gran Buenos Aires y en el área del Instituto de Comandos Militares. Eso dice el juez, que tiene unos pocos días para resolver si convierte el arresto en prisión preventiva. Empero, decida lo que decida, ya no hay marcha atrás con la reinstalación de quién es la figura a la que cientos de miles de bonaerenses le dieron su voto acá, a la vuelta de la esquina. Además de un fracasado que designó la rata para pesquisar el asesinato de María Soledad Morales, y después para acabar con las mafias del Mercado Central, repugna a toda conciencia honesta que quien zafó como torturador sólo por razones de procedimiento burocrático haya permanecido en la consideración popular. Le fue muy mal en las últimas elecciones, como a sus pares Sobisch y Blumberg. Pero la temperatura electoral no significa que sujetos de esa calaña no reaparezcan bajo otros nombres, con nuevas posibilidades.
Y ahí no hay certezas, sino la gran pregunta de si la evidencia histórica permanente, recurrente, le sirve de lección a quienes se recuestan en bestias para intentar corregir bestialidades.

24.11.07

CRISTINA FERNÁNDEZ, PRESIDENTA



Por José Pablo Feinmann



Pálida suerte tienen las mujeres cuando el periodismo elige nombrarlas. O les pone ese nombre que llamamos “de pila” (el primero) o les pone el apellido de sus maridos. Recordemos a la olvidada María Julia Alsogaray. Se la llamó siempre “María Julia”. Acaso fuera porque el “Alsogaray” le pertenecía a su padre. “María Julia” aceptó esa modalidad, gozosa. Siempre la recuerdo junto a otra señora que también la aceptó y luchó por imponerla: “Susana”. Aún las veo: son los comienzos de la década del noventa, el menemismo ya ha impuesto su estilo frívolo, su farandulismo, su “todo vale” ético y ellas, “María Julia” y “Susana”, se han ido juntas a algún lugar exquisito para hacer deportes de invierno. Salen en las revistas de la pavada. Se ríen, juegan en la nieve, tropiezan entre carcajadas, hasta se caen y son como niñas retozonas, diablillas incontenibles entregadas a su alegría sin límites. Después estaba “Adelina”. Que era “de Viola” a veces. Pero se ganó su “libertad”: fue ella, fue “Adelina”. Recuerdo otra foto: “Adelina” y “María Julia” cruzadas las piernas y muy sonrientes: vean qué piernas, chicos, no le falta con qué caminar al neoliberalismo ucedeísta. El papá de “María Julia” –apodado también el “Ingeniero” o, en los setenta (esa época irrespetuosa), “el chanchito de los yanquis”– se dedicaba a decir que él no era peronista pero apoyaba “el proyecto Menem”. De “Adelina” tampoco se sabe nada durante los últimos tiempos. La señora que almuerza es “Mirtha”. La señora que veranea es “Lilita”. Y creo que hay una a la que llaman “Moria”. Ninguna tiene apellido. O, sin duda, a ninguna la llaman por él. Cuando se les concede el apellido es porque son de alguien. De sus maridos. Cada vez me sorprende más esa atadura, esa absurda cadena de pertenencia que las mujeres del siglo XXI todavía toleran llevar. Se sabe que abuso de la primera persona o recurro a situaciones individuales para abordar ciertos temas. No veo el problema: lo único que nos va quedando por defender –ante tanta basura que nos arrojan cotidianamente sobre nuestra castigada subjetividad– es nuestro refugio inexpugnable, nuestro “yo” indelegable, nuestra individualidad. Desde ella podemos llegar hasta los otros auténticamente. Sólo desde ella. Tenerla es una conquista cotidiana. Porque el gran tema de nuestro tiempo es: ¿Qué diálogo puede establecer con sí mismo el hombre, la mujer de hoy sometido a la tecnología de los medios? ¿Puede haber un “sí mismo”, una interioridad libre en que el hombre se encuentre y pueda decidir a partir de sí dónde está el bien y dónde el mal?Retorno a mi tema: ese “de” que se les aplica a las mujeres casadas es una injuria a su individualidad. No acepto que mi mujer sea “de Feinmann”. ¿Cómo? Yo no quiero a mi lado a una mujer que sea “mía”. “Mía” es mi computer. “Mío” es mi sacapuntas a pilas y que nadie se atreva a robármelo. “Mío”, a veces, soy yo. Pero mi compañera es “de ella”. Tiene su nombre. Tiene su densidad ontológica. Sólo así puede ser mi compañera. Sólo no siendo mi posesión. Ese “de” que se les aplica a las mujeres cuando pierden, al casarse, su apellido es una vejatoria conquista de la vieja burguesía machista que amasó entre brutalidades históricas su perenne poder. Nadie es “de” nadie. El esclavo es “de” su amo. Pero toda mujer es libre: lo quiera o no. Cierto es que son muchas las que quieren ser “de” alguien. Está lleno de mujeres que se comportan como los hombres quieren y necesitan que lo hagan. Lleno de mujeres que actúan en contra de las mujeres. Lleno de mujeres que quieren ser “de” alguien para vivir tranquilas y que el tipo las mantenga y criar a sus hijos o hijas y preparar la comida y ver algo o mucho de tele y ser para siempre absolutas tontas, irrecuperables idiotas. Escuché a una, desafiante, decir: “Y bueno, qué hay, soy así: clase media, tarada y cobarde”. Lo dijo luego de justificar y reclamar policías, muchos policías por todas partes para controlar la inseguridad. Porque si consiguió la seguridad de ser “de” alguien no va a aceptar que se la arruinen esos “negros de mierda” que andan afanando a los triunfadores de la vida. Están esas minas que trabajan en la tele de ratoneadoras profesionales. Ya sabemos: las del caño del muchacho que sonríe y le grita a un micrófono. (Digresión: ¿no es increíble sostener un micrófono y gritar? Uno grita si no tiene un micrófono. Si lo tiene, no grita. Porque un micrófono es un aparato que amplifica el sonido. Si a la amplificación del sonido le añadimos el grito, ¿qué es lo que resulta? La sordera, el aturdimiento del receptor. Bien, eso quiere la TVVómito: receptores aturdidos, conciencias sordas.) Volvamos: las chicas del caño. ¿Qué hacen estas señoritas? ¿Tienen nombre? No. ¿Apellido? No. O, en todo caso, a nadie le interesa. Tienen un culo. Son, todo ellas, un culo. Y son felices por serlo. Han aprendido a sacarlo hacia atrás, exhibiéndolo. Uno ve la tele, ve las revistas de los kioscos, las propagandas de ropa interior y no hay caso, no puede zafar: lo invaden los culos. El mundo de la culocracia es el de la mujer sin rostro. Ni nombre, ni apellido, ni cara, nada. Sólo culo. Los hombres han conseguido en el siglo XXI lo que nadie consiguió en toda la historia humana. La creatividad de los diseñadores de moda (todos o casi todos hombres) ha creado su obra maestra: la mujer culo. Esa obra maestra se ve en los llamados desfiles de moda (que son, en verdad, desfiles de culos flacos), en las playas, en los caños del joven que grita y sonríe, millonario y poderoso hasta la náusea porque encarna el sentido profundo de la historia que vivimos y el papel que en ella los hombres les han asignado a las mujeres: o son “de” alguien o son vigorosos, circulares, anónimos culos para excitar a la gilada.Todo esto para decir que yo no le voy a decir “Cristina” a “Cristina”. Lo aclaro tempranamente (no bien acaba de ser elegida “presidenta”), porque sin duda habré de nombrarla en varios textos que vendrán. Además “Cristina” no merece ser “Cristina”. Tampoco merece ser “de” Kirchner. Todos conocemos a Cristina Fernández antes que a Néstor Kirchner. Cristina Fernández era senadora y Néstor Kirchner gobernaba una provincia lejana de los “centros urbanos”, de moda hoy en día. Cristina Fernández fue militante de la izquierda peronista en su juventud y de ahí le viene buena parte de su formación política. No se hizo de la noche a la mañana. Fue una militante política que se construyó a sí misma a través de los años. Yo, a Cristina Fernández, le voy a decir “Cristina Fernández”. Tampoco le voy a decir CFK –como se intenta ya imponer– porque la “K” implica el “de” Kirchner. Y también remite al JFK de Ke-nnedy. O al JPF que –quienes reciben mis mails lo saben– uso, con atroz inmodestia, yo. Tampoco le voy a decir “presidente”. Ni loco. Decirle “presidente” a una mujer conlleva la soberbia machista de usar la fórmula masculina de la palabra como “universal”. A todos los presidentes se les dice “presidente”. ¿Y por qué no “presidenta”? O sea, para mí, Cristina Fernández será la “presidenta” y no el “presidente” de este país. Porque será a ella, a Cristina Fernández, la presidenta argentina, a quien le voy a pedir, a riesgo de importunarla o ponerla, a veces, de malhumor o francamente encolerizada, que trabaje por la posibilidad imposible de un capitalismo nacional o más humanitario, que haga una reforma impositiva para redistribuir el ingreso, que bajen las tasas de los bancos para que los créditos no sumerjan o esclavicen a quienes los toman, que dialogue con la oposición y hasta que colabore para que esa oposición (que es un mamarracho patético) exista porque la democracia la necesita, que mejore la salud, la educación, la vivienda, que no prorrogue (no, por favor) las licencias de los medios de comunicación letrinógenos, que no se dé por contenta con el monocultivo de la soja porque el monocultivo condenó a la Argentina a ser siempre una factoría del imperio de turno, que frene la inflación del único modo posible: frenando la gula del empresariado oligopólico, extranjerizado, que la gente sencilla de este país, a la que sobre todo deberá llegar, la va a entender mejor si dice “mujer” en lugar de “género”, si dice “sociedad” en lugar de “tejido social”, que se oponga al ALCA, que se maneje bien con Evo, con Lula y (con cierta cautela) con Chávez, que sepa, que no olvide ni un solo día de que en este país rico hay hambrientos sin retorno, enfermos que mueren y podrían curarse, chicos sin escuela, chicos sin infancia, chicos perdedores, todo esto, en suma, le voy a pedir a ella, porque ella es ella, tiene su nombre y su apellido, no es “de” nadie y –si algo es– es lo que este país le encargó que sea: su presidenta.

20.11.07

Diálogo con Chávez

Por Fidel Castro

Hice referencia el pasado día 15 de noviembre a una tercera reflexión sobre la Cumbre Iberoamericana; dije textualmente “que por ahora no publico”. Me parece, sin embargo, más conveniente hacerlo antes del referéndum del 2 de diciembre.
Señalaba en aquella reflexión, escrita el día 13, lo siguiente:
Ayer nuestra población pudo escuchar a Chávez en el programa de la Mesa Redonda. Lo llamé cuando afirmó que Fidel era un hombre de otro mundo, que el 11 de abril de 2002 habló con él, cuando sus comunicaciones oficiales estaban interceptadas, a través de un teléfono ubicado en la cocina.
Yo estaba reunido el día del golpe con el presidente del gobierno del País Vasco. Los hechos se sucedían uno tras otro. Aquella fatídica tarde, por esa misma vía habían llamado para despedirse varios de los que allí estaban dispuestos a morir junto a Chávez. Recuerdo con exactitud lo que le dije ya de noche cuando le pedí que no se inmolara: que Allende no disponía de un solo soldado para resistir y él en cambio contaba con miles.
En nuestro diálogo telefónico durante el acto de la Cumbre de los Pueblos, traté de añadirle que morir para no caer prisionero –como me ocurrió una vez y estuve a punto de serlo nuevamente antes de llegar a las montañas– era una forma de morir con dignidad. Yo había afirmado lo mismo que él dijo: que Allende murió combatiendo.
De un balazo en la barbilla, dirigido al cráneo, sobrevivió uno de los generales más gloriosos de nuestras guerras de independencia, Calixto García Iñíguez. Su madre, que no creía la noticia de que su hijo estuviera prisionero, al conocer toda la verdad, exclamó con orgullo: ¡ése sí es mi hijo! Tal idea quise transmitirle por el teléfono celular sin amplificador, que esta vez portaba Lage, secretario del Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros de Cuba. Chávez apenas podía oír mis palabras, como ocurrió también con la orden de callarse que le espetó el rey de España. En ese instante del acto llegó Evo, genuino indio aymara, que también habló, como lo hizo Daniel, en cuyo rostro Chávez observó, con razón, rasgos mayas.
Estoy de acuerdo con él cuando afirmó que soy una extraña mezcla de razas. Tengo sangre taína, canaria, celta y quién sabe cuántas más.
Estaba impaciente por escucharlos de nuevo a los tres. Antes dije: ¡Vivan los miles de chilenos que murieron combatiendo contra la tiranía impuesta por el imperialismo! Y concluí proclamando junto a Chávez la consigna bolivariana, guevarista y cubana de: “Patria, Socialismo o Muerte”. ¡Venceremos!
Ayer, lunes 12, escuché a través de una conocida emisora privada de televisión venezolana, al servicio del imperio, una declaración y un discurso elaborados de punta a cabo por la Embajada de Estados Unidos. ¡Qué hueco y ridículo sonaba todo frente al discurso vibrante de Chávez en el debate!

¡Gloria al Bravo Pueblo que el yugo lanzó!

¡Viva Hugo Rafael Chávez!

18.11.07

EL GABINETE DE CRISTINA KIRCHNER


El cambio que no cambia


Por Nelson Castro



La columna del domingo pasado, haciendo referencia a las primeras decisiones de Cristina Fernández de Kirchner, cerraba así: “¿Será –como lo afirmó en campaña– el cambio que no cambia? Esa es la pregunta, Hamlet dixit”. Pues bien, a juzgar por el anuncio de la conformación de su gabinete, la pregunta ya tiene una respuesta y hay que decir, en honor a la verdad, que CFK ha cumplido con su palabra. El nuevo gabinete, más allá de la designación del contador Florencio Aníbal Randazzo como ministro del Interior (atención Scioli), la de Martín Lousteau como ministro de Economía y la acertada creación del Ministerio de Ciencia, que estará a cargo de Lino Barañao, un científico de prestigio, demuestra que la presidenta electa ha cumplido su promesa de ser el cambio que no cambia. Primera nota al pie: no se incluye al profesor Juan Carlos Tedesco como ministro de Educación, otro buen nombramiento, porque ya se venía desempeñando como segundo del licenciado Daniel Filmus en el Ministerio. El nuevo gabinete se definió en medio de una trama de intrigas y operaciones políticas que obligaron al matrimonio presidencial a apurar los anuncios. Nótese, a todo esto, la total falta de protagonismo del vicepresidente electo. Al respecto de Julio Cobos –que de él se trata– sobrevuela entre los radicales K un estado de desasosiego y malhumor creciente. Las malas lenguas del Senado, que son muchas y muy malas, andan difundiendo a los cuatro vientos que, al recibir a Cobos en una reunión, algunos senadores kirchneristas le recordaron que tuviera en cuenta que no era un senador sino más bien un invitado. Segunda nota al pie: por las dudas, es conveniente recordarle al ingeniero Cobos el acotado número de tareas que le fija la Constitución Nacional al vicepresidente. Son dos, que quedan establecidas en dos artículos: el 57 y el 88, según se lee: Artículo 57: El vicepresidente será presidente del Senado; pero no tendrá voto sino en el caso que haya empate (situación, hoy día, inimaginable de acuerdo con la composición que tendrá la Cámara alta a partir del 10 de diciembre próximo). Artículo 88: En caso de enfermedad, ausencia de la Capital, muerte, renuncia o destitución del presidente, el Poder Ejecutivo será ejercido por el vicepresidente de la Nación. La presidenta, afortunadamente, goza de buena salud y se sabe que, salvo el caso de Cámpora, los presidentes peronistas nunca renuncian. La realidad de Cobos en el Senado va a ser muy particular. Poco querido por muchos de los que integran el Frente para la Victoria, menos querido, aún, por sus ex correligionarios radicales y el resto de la oposición, y habiendo anunciado, a su vez, la conformación de un bloque de legisladores K, su situación va a ser compleja. Hay que decir, en honor a la verdad, que, hasta aquí, tanto el Presidente como la presidenta electa han tenido, para con el todavía gobernador de Mendoza, la generosidad de la nada, lo que es injusto ya que los hechos demuestran que el aporte de votos que trajeron Cobos y el resto de radicales K fue vital para permitir que CFK pudiera superar el porcentaje del 45% en la elección del 28 de octubre, según lo confirmó el escrutinio definitivo en la semana que pasó. Recordemos que el 45% es número mágico en la reformada Constitución del ’94 ya que, a partir de ahí, no hay segunda vuelta sea cual fuere la diferencia entre el primero y el segundo. Pero volvamos al matrimonio presidencial y a sus designaciones ministeriales. El centro de la atención se posó sobre el ministro de Economía, Martín Lousteau. Antes de focalizar nuestra mirada sobre él, cabe hacerse, una vez más, estas preguntas: ¿Por qué se fue Miguel Peirano quien, hasta unos días antes del domingo pasado, era número puesto? ¿Fue el problema de salud que aqueja a su madre, y que naturalmente le preocupa, la causa real o fue una excusa? ¿Cuánto pesó en la decisión de los Kirchner de deshacerse de él la disputa por sus desacuerdos con las formas y con el fondo del señor Moreno? Aquí las respuestas. El problema personal de Peirano existió así como también existió la pelea con Moreno. Y esa pelea lo dejó muy expuesto y desacreditado por partida doble. Quedó desacreditado frente a la gente del INDEK, ya que tuvo que reconocer que no pudo revertir la decisión de Moreno de echar a los trece despedidos, a los que se les había asegurado su continuidad en el Instituto; y quedó descolocado frente a Néstor Kirchner y a Cristina, que es Kirchner, al no comprender que Moreno también es Kirchner. Hablando de Moreno: es evidente que, por ahora, “Lassie” goza de buena salud. Su suerte podría estar definiéndose en estas horas en Olivos. Como dijo alguien desde las entrañas del poder: “Los días de este señor están contados. Eso sí, esos días pueden ser 21, 100, 400 o 1.461 o vaya a saberse cuántos”. Se sabe que Néstor Kirchner lo defiende a capa y espada y que Cristina es más crítica. Sin embargo, el final está abierto. De todos modos, que desde hace varios días la discusión gire alrededor de una persona que es un funcionario de segunda línea –al fin y al cabo, Moreno no es un ministro sino tan sólo un secretario– es una clara muestra del poder que representa y que es, obviamente, el de Kirchner. Un párrafo aparte merece la actitud de ciertos sectores del poder económico que clamaban por la continuidad de Peirano. Cuando supieron que se iba, expresaron, siempre por lo bajo, su disconformidad. Algunos dicen haber recibido un mensaje de parte del ministro saliente: apoyen a mi sucesor. En este universo de sobreactuaciones que genera el kichnerismo, ya hay quienes han salido a hablar de Lousteau como si fuera un candidato al Premio Nobel. Martín Lousteau es un economista con una muy buena formación y respetado en su ámbito profesional. En estas horas ha recibido elogios de sus colegas Ricardo López Murphy, Alfonso De Prat-Gay y Roberto Lavagna. No es poca cosa. Una de las primeras consecuencias de su nombramiento se ha visto reflejada en el mundo editorial ya que en la tarde del viernes pasado, durante una recorrida por varias e importantes librerías de la calle Florida, fue imposible conseguir su libro Sin atajos que, ante la súbita demanda producida a partir del jueves a media mañana, se agotó. Tercera nota al pie: hasta el jueves y ante su total fracaso de ventas, el libro se devolvía a la editorial de a cajas. No lo compraba nadie. En cambio, para mañana lunes, algunas de esas mismas librerías tienen encargados 400 ejemplares. Hay que reconocer que Sin atajos es un “ladrillo”. Pero, subidos a la “ola” de su lectura, rescatamos algunos párrafos (hay otros que se publican en distintas secciones del diario). Son los que se refieren a la inflación y dicen así: “… La verdadera receta ortodoxa para combatir la inflación no es de naturaleza cambiaria, sino múltiple: fiscal, evitando los déficits excesivos; monetaria, a través de un Banco Central que no genere expansión monetaria sino demanda; y regulatoria, con una apertura razonable al comercio internacional y una adecuada desregulación de los mercados internos que garantice la competencia. ”… La inflación actual también se explica por un defecto de falta de oferta. Es por ello que entre las principales medidas a tomar se cuenta el incentivo a la inversión. ”A mediano plazo, nada puede ser más efectivo que las empresas que están en los sectores recalentados inviertan para ampliar la capacidad instalada… Algunas de estas empresas no invertían en los años anteriores porque previamente tenían que reestructurar sus pasivos en dólares, y otras, extranjeras en su mayoría, porque el país se encontraba en default. ”... Hoy estas trabas prácticamente se han eliminado. Sin embargo, algunas de ellas tienen temores con respecto a la cuestión energética, clave en los sectores productores de materias primas industriales. ”Nadie quiere tener plantas inactivas por escasez de energía a precios competitivos, por lo que resulta prioritario despejar esta incógnita. Los acuerdos de precios sirven en el corto plazo pero no como imposición sino como parte de un esquema más amplio. ”Si el gobierno facilitara a ciertos sectores las herramientas necesarias para invertir podría exigir, a cambio, moderación con los precios en el corto plazo.” “En lugar de reaccionar intempestivamente, el combate contra la inflación requiere un diagnóstico y un rumbo claros. Despotricar e intentar imponer por la fuerza lo que a la larga resulta inconsistente con la realidad no resulta una buena política y crea una serie de psicosis colectivas, injustificadas en vista de las condiciones macroeconómicas imperantes. “En lugar de ello, sería mejor que el Gobierno hiciera pública su lectura de la situación en el corto, mediano, y largo plazo y que comunicase las medidas a tomar para cumplir con sus objetivos. ”Así podrá comunicar que la suba de precios es lógica luego de una crisis estructural como la vivida y dado el ritmo de crecimiento actual (pág. 64).” Como se desprende de este texto, queda claro que Lousteau reconoce la existencia de una crisis energética y señala que el manejo de la inflación con medidas intempestivas –es decir a lo Moreno, que es Kirchner– es algo que no comparte. Por lo tanto, surgen aquí varios interrogantes, a saber: ¿Qué pasará si sigue el señor Moreno y su método de la “imposición”? ¿Podrá lograr la normalización del INDEK? ¿Qué papel tendrá en el anunciado acuerdo social? Vista su justificada preocupación por el tema energético, ¿cómo será su relación con el señor Julio De Vido, el poderoso ministro cuyo plan de obras de infraestructura forma parte del “mañana que nunca llega” quien, a su vez, niega los apagones que muchos empresarios, temerosos de denunciarlos, sufren en sus fábricas? En fin, como verá el lector, la columna se ha acabado y estoy otra vez aquí, como en el comienzo, invadido por las preguntas. Buen momento para seguir leyendo Hamlet.

11.11.07

UN ESTUDIO SOBRE USOS PERIODÍSTICOS REVELA QUE EL 83% DE LAS NOTICIAS DE RADIO Y TELEVISIÓN PROCEDEN DE UNA ÚNICA FUENTE INTERESADA
El 83% de las noticias difundidas en radio y tv proceden de una sola fuente interesada, según el estudio 'El uso periodístico de las fuentes en radio y televisión' realizado por alumnos de la facultad de Ciencias de Comunicación de la Universidad Camilo José Cela, presentado en la sede de la Asociación de Prensa de Madrid.
La investigación, promovida por los profesores Emilio Pérez Prado, y coordinada el profesor Javier Mayoral Sánchez, ha analizado 270 informativos de televisión y 300 de radio. Una de sus principales conclusiones es que ambos medios de comunicación emplean información no contrastada en sus noticias, con un promedio de 0,71 fuentes por pieza en ambas.
Según señaló Javier Mayoral, "es frecuente, tanto en radio como en televisión, que se empleen fuentes falsas" que aportan más percepciones subjetivas a la noticia. "Un tipo de fuentes", añadió, "que representan el 20% de las empleadas en televisión".
El 83% de las fuentes citadas ofrece una versión que no encuentra la réplica de otras fuentes y casi el "65% de las ocasiones el periodista asume la fuente como propia", afirmó Mayoral, que también trabaja como reportero en los informativos de Telemadrid.Según asegura el estudio, la mayor parte de las fuentes (el 70%) remiten a organismos oficiales (un 72% en televisión y 65% en radio),siendo los actos declarativos el lugar principal donde la información es recogida. Además, en ocho de cada diez ocasiones la fuente aporta información interesada.
Las agencias de comunicación son una de las fuentes menos citadas, sin llegar a alcanzar el 2%. El estudio, que incluye una encuesta realizada a cien periodistas de los diez medios analizados, demuestra que exite una gran concienciación en torno a la importancia de las fuentes, aunque según Mayoral el estudio revela contradicciones "entre lo que los periodistas afirman que hacen y lo que realmente hacen".
La historia se repite



Atentan contra una muestra de la revista Barcelona en San Luis



Un grupo de militantes católicos hizo desaparecer tres obras de la muestra “Contratapa’s”, de la revista Barcelona, luego de que los organizadores, es decir las autoridades de la Universidad Nacional de San Luis, se negaran a censurar la exposición que, según los desaparecedores, “ofende la religión”.Los activistas se reunieron a rezar en una de las escalinatas de ingreso a la universidad y poblaron las paredes aledañas con leyendas como “UNSL=dictadura del relativismo”, “¡Viva Cristo Rey!” y “ni 30.000 ni inocentes”.


El viernes 9 de noviembre, durante la charla de inauguración de la muestra, un grupo de activistas católicos que se identificaron como estudiantes de la universidad increpó a los organizadores y a dos miembros del staff de Barcelona, exigiéndoles que se retiren tres de las 22 contratapas expuestas “porque insultan y se burlan de la religión”. Tras la discusión, uno de los jóvenes descolgó una de las contratapas cuestionadas y se la llevó. El sábado 10 por la mañana, en momentos en que se generó una fuerte discusión entre quienes apoyan la presencia de la muestra y los militantes católicos, otras dos obras fueron robadas.Los organizadores de la muestra realizaron la denuncia policial y se comprometieron a mantener la muestra hasta el día 23 de noviembre, tal cual estaba previsto, pero ahora sin las tres contratapas robadas.


Barcelona exige la pronta aparición de sus contratapas desaparecidas y espera que alguna autoridad puntana (o al menos algún representante del planeta Xilium, o la actriz Esther Goris) tome las riendas del caso para dar con los responsables de este robo. Asimismo, como ya sucedió con el atentado municipal contra la misma muestra ocurrido en Tucumán, Barcelona celebra que el fanatismo (en este caso, el fundamentalismo religioso) haya evolucionado favorablemente en las últimas tres décadas, al punto que hoy sus militantes se dediquen a secuestrar y hacer desaparecer paneles de vinilo en lugar de seres humanos.



Revista Barcelona(15) 5334-5081

8.11.07

Reforma Constitucional y Partido revolucionario de masas



Salto al futuro


Por Luis Bilbao

Delimitación: completada la propuesta de Reforma Constitucional luego de dos meses durante los cuales desde la ciudadanía se recibieron más de seis mil propuestas, transformadas en 34 artículos sumados al texto original de Hugo Chávez, Venezuela vuelve a polarizarse. Conciente de que es un golpe mortal a su hegemonía, la oposición ha vuelto a conspirar y lanzó una ofensiva destinada a desestabilizar al gobierno antes del referéndum del 2 de diciembre próximo. Mientras tanto, la creación del Psuv sumada a la magnitud del salto propuesto por Chávez marca más nítidamente la delimitación entre quienes están resueltos a llevar a las últimas instancias la política revolucionaria, quienes vacilan y aquellos que en la encrucijada han optado por sumarse francamente a la oposición golpista.

Fiel a su estilo, el presidente Hugo Chávez anunció que para el año próximo apronta otra “revolución dentro de la revolución”. De manera que quienes vayan a votar Sí o No en el referéndum por la reforma constitucional el próximo 2 de diciembre, lo harán con plena conciencia del significado de su voto. “Trabajo en la preparación del Plan Revolución dentro de la Revolución 2008, que se desarrollará una vez se apruebe la Reforma Constitucional. No adelantaré nada, quiero que sepan que trabajo en ese plan, que impulsará el Poder Popular”.
No era necesaria la advertencia de Chávez para poner en pie de guerra a la oposición. Ya con los 33 artículos de reforma en su propuesta del 15 de agosto (convertidos en 67 por la Asamblea Nacional tras dos meses de difusión y debate en innumerables sesiones de “parlamentarismo de calle”), la burguesía venezolana y, sobre todo, el Departamento de Estado estadounidense, tenían suficientemente claro el dato decisivo de la coyuntura. Con la organización de un partido político de masas y el respaldo de un nuevo marco institucional, Venezuela se apresta a dar un salto al futuro. Tras cortar las amarras con el imperialismo, la Revolución Bolivariana transpone el límite que separa la acumulación de cambios en la distribución de la riqueza, la mayor participación de las mayorías en la vida política, de la aniquilación del Estado capitalista, la transformación de la estructura de propiedad en la producción y la transferencia del poder a manos de las masas.
En la ciencia lógica se denomina “salto cualitativo” al momento en que la acumulación de cantidades produce una transformación en la calidad de un fenómeno. En política, es el asalto al cielo. Sólo que en la Venezuela de hoy no tiene el halo heroico y la forma dramática de otras revoluciones que han marcado la historia humana: hasta ahora, y pese a que no han faltado episodios sangrientos, la virtud sobresaliente de esta revolución es su carácter pacífico.
Ninguna virtud, como se sabe, está exenta de vicios. Y en este caso, la singularidad de la Revolución Bolivariana, que además de su plena institucionalidad democrática incluye costados de ineficiencia, ambigüedad y bolsones de corrupción, produce un resultado asombroso: buena parte de los protagonistas de este momento histórico no acaba de comprender que está en medio de una revolución y, en consecuencia, de asumir qué es, de verdad, una revolución.

La reacción

Con excepción de limitados círculos, tanto en las filas gubernamentales como en la oposición, no parece primar la conciencia sobre la magnitud de la colisión histórica en curso. Algo así como una venganza de la teoría clásica contra el contorno palpable de la revolución viva.
Como quiera que sea, el núcleo de poder en jaque no se equivoca. Sus escasísimas fuerzas están desplegadas en una ofensiva que, excepto por su ausencia de respaldo social, se parece como dos gotas de agua a la escalada que desembocó en el fugaz golpe de Estado del 11 de abril de 2002. Abrir un diario o sintonizar un canal de televisión por estos días produce el efecto de esos olores capaces de transportar a un individuo a través del tiempo: la beligerancia brutal, el descaro para mentir sin parámetros, la concomitancia de conflictos prefabricados, remite a 2002, cuando con el golpe primero y el sabotaje petrolero después, la burguesía creyó estar en el umbral del derrocamiento de Chávez.
Nada es semejante, sin embargo. El pasado martes 23 de octubre fue elegido como momento decisivo para la escalada golpista: un paro de transporte, una movilización estudiantil y numerosos comandos dispuestos a provocar disturbios violentos en el momento indicado, debían transformar en lucha de calles la declaración de guerra que tres días antes había emitido la conferencia episcopal venezolana (ver Misil púrpura), amplificada hasta el paroxismo por la televisión comercial. En la mañana del 23, desde las páginas del diario El Nacional la proclama golpista tomaba forma de remitido (solicitada, o desplegado, según las costumbres en cada país), a toda página y con letra tamaño catástrofe, firmada por un ex revolucionario devenido ariete del golpismo. “Vamos a tumbar la reforma”, es el título del remitido. Pero una reforma no se “tumba”; se impide ganando el referéndum. El verbo revela sin subterfugios los planes opositores: tumbar a Chávez. Semejante consigna corona una edición que, excepto aquellos espacios destinados a publicidad, no tiene otro objetivo que “tumbar la reforma”. Los demás diarios y la televisión como vanguardia agitativa, también apostaron todo a la movilización del 23.
No podía esperarse un fiasco mayor: no hubo paro de transporte, la marcha estudiantil se reveló tan exigua que ni siquiera fue necesaria la transmisión de imágenes aéreas, oportunamente tomadas por el canal oficial, que la mostraba reducida a menos de dos mil personas; las actitudes violentas de destacamentos incrustados en la marcha acabaron con el tinte pacifista y democrático que se intentó darle a este movimiento estudiantil antes de que se desinflara en junio pasado. Al anochecer del 23, reflejando la frustración de los jóvenes marchistas por la evidencia de desmovilización de aquel movimiento que arrancó con ímpetu en abril, las facciones dirigentes transformaron su balance de la jornada en una batalla campal que ahondó las ya profundas grietas que lo fragmentan.
Todavía más elocuente es lo ocurrido al otro lado de la barricada: trabajadores y pequeños empresarios del transporte vieron, en sus respectivos gremios, el fortalecimiento de una corriente alineada con la revolución, mientras el fracaso de la dirigencia golpista pulveriza las estructuras burocráticas asociadas al pasado. Pero sobre todo resaltó el papel del nuevo movimiento estudiantil, alineado con la reforma constitucional, es decir, con la revolución, que desafió al otro movimiento estudiantil en la disputa por la calle y logró una segunda gran victoria ante las masas, cuando la dirección opositora, al ser recibida por autoridades de la Asamblea Nacional, rehuyó nuevamente una confrontación ideológico-política ante las cámaras de televisión y por segunda vez en poco tiempo apareció desvalida frente al ala revolucionario del movimiento estudiantil.
No sorprende la conducta huidiza de la dirección universitaria golpista: el documento que entregaron a la Asamblea Nacional explica su oposición a la reforma del artículo 109 porque… le da derecho a voto a los trabajadores no docentes para elegir el gobierno en las universidades!

Confusión

Tanta abrumadora victoria fortalece extraordinariamente al gobierno –es más preciso decir Chávez– pero tiene el paradojal efecto de confundir a franjas dirigentes. A unos porque les hace creer que, desde posiciones de semejante prevalencia, es fácil pactar acuerdos favorables con la oposición; a otros porque les desdibuja la fuerza y los verdaderos planes del enemigo.
Difícil percibir en este clima la simultaneidad del pujo golpista en Venezuela con los atentados terroristas en Bolivia, el discurso de George Bush amenazando a Cuba (ver Análisis de la Noticia), la decisión de destinar 500 millones de dólares para emplazar en el Caribe una réplica del Plan Colombia (obviamente apuntado contra La Habana y Caracas) y, entre otras mil acciones menos visibles, la embestida del ministro de Defensa de Colombia –de visita en Washington– contra el papel de Hugo Chávez en el canje humanitario de prisioneros.
La percepción o no de lo que está implícito en esa panoplia, pero tal vez sobre todo la diferente óptica acerca de cómo afronta una revolución tales amenazas, marca diferencias en las propias filas chavistas. Y éstas se suman a las ya reveladas con nitidez en lo que va del año, que arrastraron a la dirigencia del partido Podemos (“No Pudimos”, lo rebautizó el Presidente) a posiciones idénticas a las de la oposición golpista.

Reforma Constitucional

De tal manera, pareciera que para buena parte de los actores dirigentes (no para el pueblo raso, que vibra en otra frecuencia), el referéndum se limitaría a perfeccionar o no una cantidad de artículos. Pero lo que está en juego es votar o no un cuadro institucional para afrontar un salto cualitativo de la Revolución Bolivariana, un escalón notoriamente más alto para la transición, un marco jurídico compatible con el desafío planteado por el imperialismo y sus peones locales en el tablero hemisférico.
Desde esta perspectiva, la creación del Psuv es inseparable de la reforma constitucional, y viceversa. Suena lógico, por tanto, que quienes por incomprensión o consciente oposición se negaron a la tarea de construir un partido revolucionario de masas por el socialismo, vacilen o se opongan ahora a la reforma constitucional.
Se trata de un salto de tal magnitud que necesariamente produce una conmoción en la conciencia de innumerables cuadros. No sólo por el hecho obvio de que tanto la propuesta original de Chávez como los 34 artículos que sumó la Comisión Mixta de legisladores –tras recoger opiniones de las bases y consideraciones de dirigentes– apuntan al corazón del sistema capitalista. Dos factores concurren además para complicar y eventualmente trabar el proceso de afirmación de antiguos y nuevos cuadros revolucionarios. Uno, la drástica radicalidad –acorde exactamente con las exigencias– de algunos ítems de la reforma. El otro, la inexistencia no ya en Venezuela, sino en América Latina y el mundo, de instrumentos de información, estudio y verdadero debate, que permitan desmenuzar y tratar a fondo temas de una extraordinaria complejidad, sobre todo cuando se trata de remontar una derrota de alcances mundiales en el terreno de la teoría y la política.

Nace un partido original

Contra toda expectativa, violando sin pudor las reglas y concepciones de la lógica formal, haciendo camino al andar, el Psuv avanza hacia su consumación como instrumento político de masas para la revolución. En octubre quedó completado el proceso de elección de los delegados al Congreso Fundacional; en noviembre comienzan a sesionar los 1.675 delegados, elegidos en otras tantas Circunscripciones Socialistas (CS), a su vez compuestas por entre 8 y 12 Batallones Socialistas, los cuales a su turno eligieron siete miembros (vocero, suplente y cinco comisionados) para la CS. Las sesiones se prolongarán durante seis meses. Pausa mediante para acometer las tareas planteadas por el referéndum del 2 de diciembre, el Congreso deberá concluir sus deliberaciones el 4 de febrero de 2008, 16 años después de la sublevación comandada por Chávez en 1992. Aunque la realización es dificultosa, el objetivo es que estas tres instancias actúen simultáneamente, en proceso también inédito de intercambio entre bases y delegados para debatir y resolver los documentos esenciales puestos a consideración del Congreso: Declaración de Principios, Programa y Estatutos. Mediante una adecuada combinación de plenario de congresales, reuniones de estos por regiones, e informe y debate del delegado en su circunscripción correspondiente, más el funcionamiento simultáneo de los Batallones Socialistas, se intentará alcanzar en el máximo nivel posible la participación democrática del conjunto. Las más modernas tecnologías de la comunicación coadyuvarán al objetivo de poner la información a disposición de todos y encaminar los debates en ambos sentidos: desde las bases a los delegados y viceversa, quienes podrán apelar a una página en internet, el correo electrónico y la telefonía celular.
Ningún recurso técnico podrá evitar que se haga sentir la ausencia del movimiento obrero como fuerza organizada, gravitando y poniendo su impronta de clase en el funcionamiento de ese conjunto masivo. Del mismo modo, nada puede sortear la ausencia de tradición en organización revolucionaria de masas, a lo que debe sumarse una tradición contraria: la de Acción Democrática, que durante décadas sembró conciencia a través de una metodología al servicio del capital, arraigada estructura política.
El hecho crucial de que el impulso para la construcción del Psuv haya provenido de Chávez, para luego articularse mediante funcionarios de diferentes ámbitos del gobierno, también pesará de manera ambivalente en este parto histórico. Hasta ahora, sin embargo, ha prevalecido la dialéctica establecida entre Chávez y los millares de promotores primero, los millones de aspirantes luego y el conjunto de bases y cuadros medios finalmente. Todo eso entrará en ebullición con la realización del Congreso. Y sean cuales sean las falencias del resultado que corporice en febrero, los trabajadores, el conjunto del pueblo –y muy especialmente las juventudes es decir el país todo, habrán dado un inmenso salto adelante. La reivindicación en palabra y acto de la noción de Partido, a comienzos del siglo XXI y después del traumático derrumbe de aparatos políticos que alguna vez fueron partidos para luego metamorfosearse para su adaptación al sistema capitalista mundial, es probablemente la contribución más trascendente que ha producido hasta el momento la Revolución Bolivariana.

4.11.07

Ya salió América XXI de Noviembre



En esta edición:

Bitácora

Nota de tapa: Salto al futuro



Completada la propuesta de reforma constitucional luego de dos meses durante los cuales desde la ciudadanía se recibieron más de seis mil propuestas, Venezuela vuelve a polarizarse. Conscientes de que es un golpe mortal a su hegemonía, la oposición ha vuelto a conspirar y lanzó una ofensiva destinada a desestabilizar al gobierno antes del referéndum del 2 de diciembre próximo.
Por Luis Bilbao


Reforma y nuevo modelo productivo socialista
Por Víctor Álvarez

Venezuela
Marulanda en Calabozo
Por Ernesto Villegas



Ecuador


Nueva fase de la revolución ciudadana
Por Napoleón Saltos Galarza


Cuba
Elección con fervor y réplica a la amenaza de Bush


Argentina
El mensaje de las urnas


XXII Encuentro Nacional de Mujeres
Por Cristina Camusso


Uruguay
Balances y perspectivas a mitad de camino
Por Ignacio Cirio


Bolivia
Momentos decisivos para el gobierno de Evo Morales
Por Eduardo Paz Rada


Centro América

Tensión en Costa Rica tras el referéndum
Por Ricardo Martínez Martínez


Internacional
Aprestos y dudas en torno a la invasión a Irán
Por Juan Carlos Díaz Guerrero


Los Veintisiete llegaron a un acuerdo en Lisboa
Por Carolina Escudero


Pridnestrovie, nuevo Estado, antiguas convicciones
Por Inés Hayes


Breves
Historia- Teoría- Debate
Mentiras deliberadas, muertes extrañas y agresión a la economía mundial
Por Fidel Castro


Cultura
Radionovelas comunitarias en México
Por Patricio Féminis


Libros
Análisis de la noticia


Amenaza
Por Luis Bilbao




Redacción Central: (00-54-11) 4382-6200. Hipólito Yrigoyen 1427, 2º - A - CP 1089 - Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

2.11.07

Un fenómeno que se extiende en Rusia

Hartos del lujo, millonarios pagan por vivir como linyeras

Cansados de la monotonía y la previsibilidad de sus vidas, los rusos más ricos eligen abandonar sus mansiones en busca de placeres "exóticos": disfrazarse de linyeras en Italia o hacerse pasar por músicos callejeros en París.

Por Marina Lapenkova

Cansados del lujo cotidiano, los millonarios rusos buscan placeres más "exóticos": hacer un show desde un escenario, ir tras las huellas de Alejandro Magno en Afganistán o disfrazarse de linyeras en Italia son algunas de las actividades que eligen. A Alexander Sokorin, presidente de la sociedad "Planeta Bowling", le gusta festejar sus cumpleaños a 200 kilómetros por hora en su motocicleta. Pero para su próximo aniversario, quiere seguir los pasos de Genghis Khan en el desierto de Gobi, a caballo. "Ya lo he hecho todo, salto en paracaídas, heliski (ski descendiendo de un helicóptero). Es difícil encontrar algo que me excite, pero seguir las huellas de Genghis Khan me pareció divertido", dijo. " El lujo no es el brillo de los diamantes, sino los momentos inolvidables que vivimos", agregó. Olvidar el estrés saltando atado a un elástico o yéndose como marino en un barco es demasiado banal, y pagar medio millón de dólares para traer en avión a 150 invitados a una fiesta en un lugar remoto ya no lo emociona, dijo por su parte Mijail Gorchijin, director de la Russian Event Company.
Ahora, para encontrar sensaciones más fuertes, los ricos prefieren disfrazarse de pobres o jugar a la guerra. Empresarios, diputados, altos funcionarios y sus mujeres gastan hasta 10 mil dólares por persona para pasar una noche en Moscú como meseros, choferes de taxi, vagabundos o prostitutas, afirmó Serguei Kniasev, presidente del Club Lúdico.
Estos juegos, organizados con una discreción absoluta, pero con una gran cantidad de recursos para garantizar la seguridad de sus clientes y crear una apariencia verosímil, " tienen mucha demanda", explicó Kniasev.
Decenas de clientes adinerados de su Club Lúdico han paseado "disfrazados de vagabundos en París, de músicos callejeros en Venecia o han subido como controladores a un autobús de pasajeros en Ginebra", contó Kniasev, aclarando que estas personas quieren, por encima de todo, mantener oculta su identidad.

Se fue un tipo extraordinario

Su documento de identidad decía que mi viejo nació un 25 de agosto de 1933, aunque en realidad su cumpleaños era el 23 de agosto, se ve que ...