31.12.09

Y UN DÍA LA MENTE YA NO NECESITÓ DEL CUERPO

Por Yésica De Santo


Parece ficción, pero no lo es. Un grupo de investigadores de la facultades de Ingeniería de las Universidades de Entre Ríos y de La Plata lograron crear un software que permite realizar los movimientos que dicta el cerebro, sin necesidad de usar la fuerza motriz.


La creación se trata de una silla de ruedas rebotica que se conecta a una PC y a la cabeza de la persona mediante electrodos. La silla se mueve mediante la estimulación visual que el cerebro envía a través de unas ondas llamadas P300. El ordenador las recibe, analiza y convierte en movimientos.


Más allá de ser un invento inédito en la Argentina y Latinoamérica, es su objetivo lo que lo hace espectacular: "Las personas con esclerosis lateral amio-trófica, lesión medular o daño cerebral podrán controlar una prótesis o una silla de ruedas directamente desde modulaciones en su actividad cerebral", asegura Gerardo Gentiletti, coordinador del proyecto en la Universidad de Entre Ríos, donde el año pasado se realizó el encuentro internacional de investigadores sobre la Interface Cerebro-Computadora (ICC). El experto explica que los trabajos con ICC basada en la electroencefalografía, una técnica no invasiva, se estudian desde hace 20 años, "lo novedoso es que se logró programar un simulador activado en tiempo real".


El lenguaje de la mente. El proceso comienza a partir de que la persona realiza una actividad mental (por ejemplo, imaginar un movimiento, u observar ciertos estímulos) mientras una computadora moni-torea esa actividad cerebral. De esta forma, la mente emite las ondas P300 que son componentes electro-fisiológicos en respuesta a estímulos infrecuentes o raros. Ante las ondas, en la computadora se iluminan una serie de opciones. Al llegar a la que desea, el cerebro emite la orden que llega al ordenador en 300 milisegundos. La persona sentada en la silla de ruedas debe llevar un gorro que lee las señales del cerebro, que son transmitidas por la electroencefalografía a la silla y luego analizadas por el programa. El sistema permite girar a la izquierda, a la derecha o avance de manera instantánea.


"Una interface cerebro computadora basada en medidas de P300 puede llegar a detectar respuestas simples como si/no, prender o apagar artefactos o incluso generar algunos códigos con principios comunicativos o para generar movimientos en un miembro robot", afirma el doctor Agustín Ibáñez, Director del Laboratorio de Psicología Experimental y Neu-rociencias Cognitivas del Instituto de Neurología Cognitiva (Ineco).


Las investigaciones con ondas P300 arrancaron en los '60, pero fue en los '80 cuando comenzaron a aplicarse a una ICC, y ahora países como Suiza, Austria y Estados Unidos también las estudian. Recientemente Toyota presentó on proyecto de silla robóti-ca que pretende bajar a 125 milisegundos la velocidad de respuesta de la máquina a las ondas cerebrales. El equipo de argentinos que diseñó la silla robó-tica y el software trabaja en el proyecto desde el 2006. Ellos junto con un conjunto de profesionales chilenos integran un grupo sudamericano que intercambia información con la Universidad de París para mejorar la detección de las ondas P300.


Sin embargo, los científicos son cautos y aseguran que sólo son un grupo multidisciplinario que presentan una alternativa, pero que no son la solución directa al problema, "hay que contar con una empresa para desarrollar esa tecnología", afirma Gentiletti.Lo que falta para que se haga realidad. Los investigadores precisan que la silla presenta algunos inconvenientes: "Los ingenieros y médicos tienen que estar todo el tiempo con el paciente para controlar que los electrodos -similares a los que se usan para un electroencefalograma- estén bien adheridos a la cabeza, ya que de otra manera se pierde la señal que llega al ordenador", destaca Rubén Acevedo, presidente de la Jornadas Argentinas sobre Interfaces Cerebro Computadora de Entre Ríos (Jaicc 2009).


Especialistas del Laboratorio de Ingeniería en Rehabilitación e Investigaciones Neuromusculares y Sensoriales (Lirins) de la Universidad de Entre Ríos, aseguran que, si bien cuentan con los conocimientos técnicos necesarios, aún faltan recursos para tener la tecnología final. Un ejemplo de esto es la escasez de electrodos especiales que llevan un gel conductor para no perder la señal y lograr que sea más práctico. Acevedo agrega que el próximo paso es buscar la forma de dar practicidad al proyecto, para lo cual tendrán entrevistas con neurólogos del Instituto Fleni de Buenos Aires.

30.12.09

Las matemáticas de la vida



Por Fernando Neira

Según coinciden algunos de los economistas más importantes y creíbles del mundo, con el 10 por ciento del presupuesto que Estados Unidos destina para la guerra, se podrían solucionar los problemas de hambre y pobreza de toda la comunidad.

Ahora bien cabe preguntarse, ya que el presidente afroamericano, Barack Obama, fue galardonado con el premio Nobel de la paz, ¿hará algo al respecto para equilibrar la balanza, e intercambiar balas por pan?.

Este ejercicio es una buena medida para poder juzgar si la mención recibida en Noruega es bien merecida para el primer mandatario o es sólo un buen gesto.

9.12.09

"Los peces no piden autógrafos"


Por Ezequiel Fernández Moores


¿Por qué pasa usted tanto tiempo a bordo de su yate?", le preguntaron una vez a Tiger Woods.
Y Woods, que venía de un descanso largo en su barco "Privacy" (Privacidad), respondió: "Porque los peces no piden autógrafos".


Tiger debutó ante las cámaras de la CBS cuando tenía apenas tres años.
Papá Earl, un ex combatiente que le puso a su hijo el apodo de un ex militar vietnamita, llevó a Tiger al Mike Douglas Show para que mostrara sus habilidades en el golf. Cinco años después, le designó un psicólogo deportivo que premiaba con monedas sus aciertos. Así empezó una de las carreras más exitosas en la historia del deporte mundial. Alimentada además por una imagen de pura pulcritud. Esa imagen hoy está en crisis tras revelarse supuestas y repetidas infidelidades matrimoniales. La prensa sensacionalista ya le detectó hasta diez supuestas amantes. Son medios que suelen pagar a cambio de información. Pero el resto de la prensa también se subió al carro. El célebre show Saturday Night Live emitió este sábado una sátira patética en la que Woods es "golpeado" por su esposa, la modelo sueca Elin Nordegren. Y ayer mismo la prensa volvió a sacudirse. Una mujer rubia fue sacada en ambulancia de la casa de Tiger. Los boletines aturdían. Hasta que se supo que era la suegra, con un problema estomacal. El deportista "perfecto", el hombre que había puesto un muro a su intimidad, tiene hoy a toda la prensa husmeando sobre su vida. "Mejor que no sea perfecto, el problema es que la IMG nos lo vendió así", criticó el periodista Dan Wetzel.


IMG, su agente comercial, convirtió este año a Tiger en el primer deportista de la historia que supera los 1000 millones de dólares de ganancias. El noventa por ciento de esa suma fue pagada por los patrocinadores. "Todavía hay canchas en los Estados Unidos en las que no puedo jugar por el color de mi piel", decía Tiger en su primer comercial de TV, un anuncio que Nike trasmitió en 1996 por ESPN. Tiger tenía 20 años y era su primera semana como profesional. Provocador sí, pero los 90 no eran los duros 50, cuando Charlie Sifford, el primer gran golfista afroamericano, tenía que sacar los excrementos que racistas fanáticos le ponían en los hoyos. El periodista James Glassman, de The Washington Post, desafió a Woods y a Nike a que encontraran una cancha que le prohibiera su ingreso por su color de piel. Ambos tuvieron que rectificarse. Tiempo después, Tiger se negó a responder cuando le preguntaron si adhería a un boicot de las hermanas Venus y Serena Williams a jugar en Carolina del Sur, porque en ese estado flameaba aún la vieja bandera racista de la Confederación. "Sólo recuerdas que eres negro para los comerciales", lo criticó la periodista Christin Brennan, del USA Today.


En 1997, IMG acordó una entrevista especial con la revista GQ. La intención era agrandar la cartera de patrocinadores. Tiger tenía 21 años. En limusina, camino a la sesión de fotos, Tiger contó chistes infantiles y de mal gusto sobre los negros y las lesbianas. "Esto no es para publicar", advirtió al cronista. "Tarde", le respondió Charles Pierce. El periodista recordó también en ese artículo las declaraciones que papá Earl había hecho poco antes a la revista Sports Illustrated, orgulloso porque su hijo, con sangre tailandesa, china, africana, indoamericana y europea, era "un puente" entre Oriente y Occidente. "Tiger –dijo Earl, fallecido en 2006– hará más que cualquier hombre para cambiar la historia de la humanidad. Puede unir a todo el mundo. Es el niño universal". Pierce, que pasó varios días con la familia Woods, cerró su artículo diciendo: "No creo que Tiger Woods cambie a la humanidad más de lo que lo hizo Chuck Berry. Creo más en el Tiger Woods que se insulta a sí mismo contando chistes sobre negros que en el redentor del golf, de los Estados Unidos y del resto del mundo". Cuentan que Woods quedó horrorizado. Y que por eso en los últimos doce años sólo concedió ocasionales entrevistas para la TV, seguramente bajo condiciones previamente acordadas, con un selecto número de periodistas. Su vida se convirtió en modelo.


El programa del Tiger Woods Learning Center, un instituto de educación que abrió la Fundación Tiger Woods y por el que ya pasaron unos 10 millones de niños de menores recursos, recurre al libro Start Something (Empezar Algo), donde Earl Woods cuenta la educación que dio a su hijo.
"Tiger está orgulloso de que lo llamen modelo a seguir, no porque gane torneos de golf, sino porque se esfuerza mucho para aportar algo a la comunidad, defender todo aquello en lo que cree y ayudar a los demás a ser lo mejores que puedan", escribió papá Earl en el capítulo "Sé un héroe cotidiano". Y agrega más adelante: "Nunca oirás a Tiger decir a la gente lo que tiene que hacer o cómo vivir su vida, pero él lo muestra a diario en su forma de comportarse, con clase, dignidad y respeto hacia los demás". La Savanna High School, que forma parte del programa, debió apelar estos días a personal de seguridad para expulsar a los periodistas que querían preguntarle a los niños de la escuela qué opinaban de los últimos episodios ocurridos en la vida privada de Tiger Woods.


Los patrocinadores le dieron pleno apoyo. Tienen que defender su campaña de "Be like Tiger" (Sé como Tiger) o "Go on, be a Tiger". Y Tiger se vio obligado a salir de su silencio y a hablar en público de su vida privada. Ofreció disculpas, reiteró su derecho a la intimidad y se declaró "lejos de ser perfecto". Richard Williams, una de las principales firmas del británico The Guardian, lo criticó por haber evitado siempre a la prensa y le pidió que afronte el escándalo "con un poco de honestidad". Los lectores destrozaron al periodista. "¿Por qué Tiger debería estar obligado a hablar con la prensa?" "¿Con qué derecho le exige usted a Tiger «honestidad» cuando su problema ha sido privado y él no ha cometido ningún delito?" Más filoso, otro dijo: "Es depresivo ver cómo los medios que creen representarnos han gastado tanto tiempo para hablar de la vida privada de un ídolo deportivo, en lugar de investigar a los políticos, a la policía y a los bancos".


William Rhoden, autor de un buen libro sobre los atletas negros de los Estados Unidos, escribió en The New York Times que los ídolos deportivos que venden en los comerciales una imagen perfecta "no pueden jugar la carta de la privacidad cuando se desnuda su hipocresía". Lo sintió así el fanático John Ziegler, sacerdote de la "First Church of Tiger Woods", quien disolvió su "iglesia" tras el escándalo.


Otro periodista del Times, Charles McGrath, recordó que Woods ganó buena parte de su dinero construyendo una imagen de "hombre decente", elaborada también por su condición de "golfista", un deporte donde el propio jugador es árbitro de sí mismo y cuyas figuras suelen estar lejos del escándalo. "Es tiempo de aceptar que los ídolos deportivos son modelos para las tarjetas de crédito o para vender zapatillas, pero no son modelos sociales", añadió Maureen Dowd. "Ahora llorará en la TV y pedirá disculpas y la prensa dirá que esto lo hará una persona mejor", ironizó el inglés Paul Hayward. "Los periodistas –se quejó un lector– trabajan para una enferma industria pornográfica llamada periodismo". ¿Son los niños los que necesitan un ídolo deportivo perfecto o la industria del deporte, prensa incluida? ¿Que Tiger haya vendido su alma a esa industria implica que también vendió su vida privada y la de toda su familia? ¿Deben dar los ídolos deportivos el mismo ejemplo de corrección que se les pide a los políticos? Y si fueran políticos, ¿importa más con quién se acuestan o si pertenecen a la mafia?


Suelo recurrir en estas ocasiones a un texto del chileno Ariel Dorfman, que no hace más que renovar la pregunta: "¿Cómo es posible –se preguntó una vez Dorfman, dirigiéndose a la prensa, pero también a los aficionados– que nos importe tanto el drama de quién es el hombre más rápido del planeta, quién nada con más celeridad en el agua estilo mariposa, cuál es el equipo más diestro para manipular un balón y no recordemos, en cambio, quién es el más valiente en la lucha contra la inequidad, el más tenaz en denunciar la polución, el más sereno en insistir en que no podemos dormir tranquilos mientras millones de nuestros congéneres tienen hambre? No tengo nada en contra de los colosales levantadores de pesas o de las maravillosas gimnastas ni menos contra quienes hacen goles a granel, con las manos o con los pies. Pero la pregunta sigue ahí, desafiante, terrible. ¿Y por qué no sabemos los seres vivos y pensantes de este planeta la respuesta?"

6.12.09

Lo que no se dice
Por Juan Hundred
El cantante de rock hace declaraciones a los medios de prensa. Ha estado internado, en una clínica. Ha finalizado un tratamiento de rehabilitación.
Lo que dice, en resumen, es que ahora no fuma, ahora no toma alcohol, ahora no consume drogas.
–Ahora estoy bien –dice.
Pero hay algo que no dice.
Cuando alguien ha entrado en contacto con algo, con una sustancia que lo ha modificado, que le ha conferido un desconocido hasta entonces y particular brillo, cuando alguien ha incorporado a su sistema nicotina o sal o alcohol o cocaína o chocolate amargo. Y después, porque siempre hay un después, porque es precisamente de eso que estamos hablando, cuando hay que soltar la sustancia, despedirse como dos personas que han tenido buenos momentos juntos, cuando hay que dejar de consumir.
Queda un rictus, una mueca, una mirada que refleja el más profundo de los desconsuelos.
Estás mucho más triste que bien.
BLOGUEROS Y PERONISTAS
Un grito (virtual) de corazón



80 bloggers crearon el Movimiento Peronista Bloguero. "Luchamos contra los monopolios mediáticos y el más rancio gorilaje", avisaron.


Los bloggers peronistas de todo el país decidieron unirse y crear el Movimiento Peronista Bloguero (MPB). La presentación se realizará este lunes a las 21, durante una cena en el porteño Centro Cultural Torquato Tasso (Defensa 1575).
El primer plenario del MPB se realizó este sábado en el hotel de la Unión de Empleados de la Justicia de la Nación (UEJN). “Nuestro propósito es trabajar juntos por la democratización absoluta de la información", se informó en un comunicado. Los organizadores de la iniciativa hicieron saber que tienen como objetivo "sentar las bases de esta nueva organización y planificar estrategias de trabajo para 2010".
De la presentación participarán unos 80 bloggers o “unidades básicas virtuales” de todo el país para, según expresaron, “dar juntos la batalla final contra los monopolios mediáticos y el más rancio gorilaje". Algunos de los blogs que adhieren la iniciativa son Los Caniches de Perón, Aluvión Zoológico, Pensando la Argentina, El Otro Campo, La Pampa Peronista y Liderazgo Cristina.

30.11.09

Un cuento de madrugada





Por Fernando Neira



Entraron por la puerta de atrás
y se llevaron mi futuro.
No hubo más noches de cuentos infantiles.

Se acabaron para siempre las arropadas de papá,
mis sábanas nunca volvieron a traslucir lo mismo.
Las voces por las noches ahora sólo me sobresaltan.

Todavía siento esas botas crujir en el suelo
de madera de la habitación contigua.
¡Y cómo no recordarlos!, si fueron los pasos
que se arrebataron parte de mi historia.

Aunque ahora que lo pienso, quizás a partir
de ese momento mi vida pasó a ser parte
de un cuento del que alguna vez un padre
le cuente a su hijo.
Bajar la edad de imputabilidad no es la solución

Se demoniza a los jóvenes pobres, que son el último eslabón de la cadena del crimen organizado, y se elude la decisiva complicidad de políticos y policías.


Por Pino Solanas


El grave problema de la inseguridad tiende a ser abordado con una extrema simplificación por políticos y analistas: demonizan a los jóvenes pobres que son el último eslabón de la cadena del crimen organizado y eluden la decisiva complicidad de políticos, sectores de la policía y del Poder Judicial. El asesinato cometido en Valentín Alsina por un joven de 14 años para robar un auto es paradigmático: nadie puede creer que lo ha hecho para ir a pasear a Pinamar con su novia. Es por demás evidente que debe entregarlo a los que comercian autos robados o a los desarmaderos. En el caso bonaerense, los grandes desarmaderos fueron desmantelados en 2002 y 2003; pero ahora funcionan en escalas menores bajo techo: aun así no pueden ser desconocidos por los responsables de combatir el delito.


Un alto porcentaje de los hechos delictivos se cometen bajo el efecto de drogas como el paco, pero si bien en las villas y barrios carenciados muchos saben quiénes son los traficantes, denunciarlos a la policía significa una condena a muerte. Ese joven de 14 años vive en la Villa 21, donde el sacerdote Pepe ha sido amenazado por combatir el consumo del paco, pero no ha logrado concitar un interés efectivo por parte de las autoridades competentes para erradicarlo. En esa misma villa, se muestra la falacia que culpa a las familias, cuya desintegración redundaría en la decisión de no enviar a los hijos a la escuela: más de cien madres que habitan allí denunciaron no haber encontrado cupos en escuelas a 40 cuadras a la redonda, sea por desidia gubernamental o por discriminación de los chicos. No es un dato menor del problema de la violencia, la humillación y la agresión a su dignidad y autoestima que sufren estos chicos, sea por el color de la piel o por la cultura neoliberal aún presente, que reivindica el consumismo y el lucro, valorando a las personas por lo que tienen y no por lo que son.


El mensaje implícito o explícito es que al no tener nada no son nada, no tienen futuro y su vida carece de valor: pero si su vida no vale nada, tampoco la de otros. Pocos analistas relacionan la delincuencia de estos jóvenes con la impunidad delictiva de funcionarios, empresarios, políticos y dirigentes sindicales, que exhiben obscenamente el fruto de sus acciones sin recibir ningún castigo, confirmando la frase discepoleana “el que no afana es un gil”. La demonización predominante pretende velar que de los 6 millones de niños y jóvenes menores de 20 años en condiciones de pobreza, poco menos del 2% se vuelca al delito. Si bien esa proporción implica más de 100 mil protagonistas de la delincuencia actual en esas edades, la lectura de las mismas estadísticas en otro sentido indica que el 98% de ellos son muy valiosos: a pesar de las carencias y dificultades para alimentarse, estudiar, trabajar, adquirir medicamentos, comprar ropa, salir con sus novias/os o tener una casa, buscan otros caminos como respuesta ante condiciones críticas.


La catástrofe económica y social que vivimos desde hace más de tres décadas es la causa última de la inseguridad. Continuamos presenciando el despojo de los recursos públicos en favor de grupos económico-financieros locales y externos. En estas décadas, la pobreza creció desde el 7% histórico hasta el actual 35%; a ello se suman el aumento del desempleo y el subempleo, mientras la mitad de los ocupados son empleados de modo precario o trabajan en negro. Estas duras condiciones sociales podrían haberse superado con el alto crecimiento económico de los últimos años, si los gobiernos kirchneristas no hubieran priorizado a las corporaciones amigas y los negocios privados con recursos públicos.


Para afrontar seriamente el problema de la inseguridad es necesaria una voluntad política dispuesta a revertir el sufrimiento de una proporción demasiado alta de nuestros compatriotas y acabar con la corrupción política y el crimen organizado; la solución no es bajar edades de imputabilidad.

17.11.09

El Plan

Por Josefina Licitra


Antes, dice Elvira, las cosas eran distintas. Llegaba una caja grande y adentro estaba el arroz, la polenta, el aceite, el flan, la sémola, la salsa de tomate, todo: estaba todo lo que vos necesitabas.


–Antes –dice– vos vieras lo grande que era la caja.Elvira está sentada en la galería de su casa: tres ambientes de cemento áspero y un patio que desemboca, rejas mediante, en una calle de polvo. Sobre la mesa hay un mate y un cuenco lleno de azúcar. Elvira ceba y chupa con el mismo desencanto con el que respira. Así pasa tres mañanas por semana: desayunando flojamente y recibiendo a la gente que pasa a buscar la leche del Plan Vida.


–Antes –dice– te llegaba hasta yerba de marca, no este pastito.Elvira frunce los ojos. La mirada se le queda en un lugar que no es allá ni acá, y que suele ser el recuerdo. En el conurbano, donde el 35% de los habitantes está bajo la línea de pobreza, hay cerca de un millón personas cuyas vidas transcurren en este trance paradojal que sólo genera el Estado: a falta de un Plan, hay planes. Y la gente hace con ellos un trabajo de costura que, en el mejor de los azares, los salva de partirse al medio. En el caso del Plan Vida, se trata de un proyecto asistencial que cubre a las criaturas de cero a seis años y que es administrado por 35 mil manzaneras que, como Elvira, hacen de sus casas un lugar de expendio, una pasarela de mañanas rotas.


A veces, dice Elvira, vienen los nenes apurados y fuera de horario. La madre sale a trabajar temprano y ellos se quedan dormidos, y cuando ven que se les fue la hora, salen corriendo a buscar la leche para sus hermanos.


–A veces –dice– vienen pibitos de ocho, nueve años: pibitos que quedaron fuera del plan. Vienen, me lloran, me piden si no me sobra una leche, si no me quedó un fideíto. Capaz que yo me voy a comprar algo y vuelvo y los encuentro ahí, solitos, esperando. Ah, sí. Qué difícil.


Elvira es manzanera desde hace cuatro años. Tres veces por semana madruga, baldea su casa, recibe la mercadería –varias decenas de sachets de medio litro– y se sienta a esperar que entre las 9 y las 10 de la mañana lleguen los 160 beneficiarios que están en su lista. El plan, dice el gobierno bonaerense, es un programa de “nutrición complementaria”. Pero hay mucha gente que, sin un Plan y sin el plan –y sin salir a robar o a mendigar– no tendría nada que llevarse al estómago.


–Hay nenes –dice Elvira– que comen todos los días la polenta del plan.Para entrar en las listas, las madres de criaturas de hasta seis años deben tramitar un alta y aguardar tres meses –aunque hay quienes han esperado un año o más– para recibir los beneficios: medio litro de leche por día y por nene; y, una vez al mes, una caja de alimentos que está siendo lentamente reemplazada por una tarjeta de cien pesos puesta para “transparentar” el reparto de mercadería.


–Tendrían que llegar como diez productos en la caja, pero desde hace años que casi lo único que llega es polenta. Siempre polenta, polenta, polenta. Y fideo. Y el otro miércoles otra vez polenta. Hace seis meses que no veo un aceite.


Johnny, el marido de Elvira, un hombre de ojos tan celestes que parecen ciegos, está sentado a su lado y hace un rictus con forma de sonrisa. Tiene la quijada quieta; una palmeta en la mano. Cada tanto se sacude y aplasta un mosquito.


–Hablando del plan, a la Moni parece que le sale el subsidio –dice Johnny y mata un bicho–. Yo no entiendo cómo te pinchan los mosquitos si el cuerpo de uno es duro. Más para un mosquito.


–En los poros –responde Elvira–: clavan en los poros.


Un estudio sobre el Plan Vida hecho por la Universidad de Quilmes dice, entre tantas cosas que dice, que el nivel de instrucción de las manzaneras es, en términos generales, inferior al de las beneficiarias. Una lectura posible de este dato es que hay muchas mujeres que tuvieron una educación, que alguna vez formaron parte de un Plan, pero terminaron comiendo de las manos de un programa asistencial.


No es el caso de Elvira. Llegó de Formosa a los catorce años –con segundo grado completo– y trabajó toda la vida como personal doméstico. Sus patrones le enseñaron a atender el teléfono, a hacer una cama, a leer la lista de las compras. Pero nunca la pusieron en blanco. En ese tránsito estaba cuando conoció a Johnny: un albañil de ojos glaucos con el que terminó teniendo siete hijos.


Elvira y Johnny se reprodujeron a lo grande, ahorraron, compraron un terreno en Escobar. Allí –aquí– Johnny construyó esta casa seca de todo y coronada –en una impensada concesión a la belleza– por siete dinteles en forma de arco.


–Uno por cada hijo, ¡igualito que el plan! –se exalta Johnny y Elvira le festeja el chiste.


Vos vieras, dice ella, vos vieras lo bien que salen los arcos en las fotos.

21.10.09

Otra victoria de los guerreros de las sombras

Por Martín Caparrós


Ahora ellos también hacen la Gran Diego: dicen que fueron los periodistas los que armaron la historia. Dicen que ellos nunca dijeron que iban a adelantar la hora: que todo fue un invento de los medios. Si así fuera, tendrían que preocuparse en serio: su comunicación es tan berreta que consiguieron que no sólo millones de argentinos sino también los gobernadores de todas sus provincias creyeran que esta noche iba a cambiar la hora. Un sainete auténtico: 17 gobernadores declarando que no acatarían una medida del Gobierno que el Gobierno nunca pensó tomar: desopilante. Algo les funciona ligeramente mal, muchachos: mucho peor que a Maradona.


La cuestión –de la que nadie habla– es tanto peor que el ex Diez diciendo tonterías. No es un exabrupto sin salida, no es un gol más o menos: es otra forma de robarnos y jodernos la vida. Por más que ahora lo niegue inverosímil, este Gobierno había decidido que cambiaríamos la hora dos veces por año, como lo hace la mayoría de los países del mundo, como lo hacía el nuestro hasta que las corporaciones eléctricas consiguieron que Menem lo suspendiera para ganar más plata. Este Gobierno lo recuperó, grasiadió. Hasta que ayer cedió a la presión de esas corporaciones y de los comerciantes que quieren levantar un mango más sacando a los turistas de la playa y decidió anularlo –un día antes de que entrara en vigencia–. Me parece, por decirlo de un modo suave, una agachada estratosférica.


El ministro De Vido lo explicó ayer mismo: “El 2009 nos encuentra con un crecimiento de la cantidad de producción y distribución de energía”, dijo, “y como la demanda sólo creció un 2 por ciento en los dos últimos años, el saldo es muy grande”. En circunstancias más normales, la noticia sería que la demanda de energía –indicador decisivo– está casi estancada. Hoy es que, como las eléctricas necesitan vender más porque producen demasiado, el Gobierno toma –o destoma– una medida para que los ciudadanos tengamos que gastar más energía. De eso se trata la redistribución kirchnerista: sacarles la plata a los usuarios para dársela a las corporaciones. En esta Argentina descifrada es difícil hacer las cuentas necesarias para saber cuánto más vamos a pagar todos los usuarios por esta medida, ya sea directamente, en las boletas, o indirectamente, a través de los subsidios. Dicen que el ahorro del cambio de luz es poco, no más de un 2 por ciento: en cualquiera de las hipótesis que pude encontrar ese 2 por ciento son cientos de millones. Eso sí que es redistribución de la riqueza.


“Discutamos, más bien, por qué razones se toman las decisiones que se toman”, escribí aquí mismo el otro día. “A saber: si es más importante que millones de personas puedan gastar un poco menos en electricidad y disfrutar un poco más de la salida del trabajo o el paseo o el rato con los chicos o lo que sea que se les cante todavía con luz, o lo que importa es el negocio de algunos negociantes. Sería bueno pensar cuántas otras medidas están regidas por el mismo patrón de beneficio directo para un sector determinado. Los guerreros de las sombras están en todas partes, y eso hace que ésta sea una discusión tanto más seria que lo que podría parecer a primera vista: no se trata sólo de una hora más o una hora menos, sino si debemos permitir que –incluso en un caso tan burdo– nuestras vidas se manejen según los beneficios económicos de algunos. Es lo que pasa siempre, pero a veces por lo menos disimulan. Se agradece: un pueblo adulto, un pueblo serio, un pueblo decidido como el nuestro se ha ganado el derecho de que no se lo digan en la cara.


”Ya lo hicieron. Con este sainete menor este Gobierno agrega, a la ofensa, la estupidez y la sospecha. Si hace un año, si hace seis meses, si hace cuatro días el cambio de hora era una medida necesaria para que el país anduviera mejor –y por eso la habían decidido– ¿cómo fue que descubrieron, tan de pronto, que ya no lo era? Frente a tal despropósito, todas las desconfianzas, todas las suspicacias son posibles: que les pagaron, que los apretaron, que no saben lo que hacen. Y, sobre todo, una certeza: gobernar es tener ideas y sostenerlas, mantener –incluso– alguna convicción que otra. Gobernar es pensar con más de dos días de anticipación las medidas que afectan a cuarenta millones de personas. Gobernar es decidir qué hacer y no dejarse llevar por el oportunismo, no improvisar y cambiar sobre la marcha según los lobbies y las alianzas politiqueras del momento. Gobernar es, seguramente, no escudarse en esa tontería gastada de los medios. Gobernar, en síntesis, es algo muy distinto de lo que hacen estos señores y señoras del gobierno argentino. Y redistribuir la riqueza, para algunos, es sacarles a los ricos para darles a los pobres. Para otros, se ve, es todo lo contrario.

17.9.09

Un viaje subterráneo

Por Fernando Neira

Para aquel que no está acostumbrado, o no lo hace habitualmente, viajar en subte puede resultar una gran experiencia para los sentidos. Es más, creo que la gente no está verdaderamente conciente de lo cerca que se está de muerte ahí abajo. El más mínimo error o descuido puede derivar en tragedia. Ya sé, me dirán que arriba de un colectivo o dentro de un taxi, o caminando por la avenida Corrientes, el riesgo es el mismo, pero créame que no es así. ¿Qué pasa si nos tropezamos y caemos en las vías al momento que viene el subterráneo?. ¿Alguien prestó debida atención de los ruidos que hacen los coches cuando van por esas vías semi oscuras entre una estación y otra?.

Para el hombre de campo, aquel que vive o proviene de zonas donde el principal sustento es el cultivo de la tierra, el hecho de permanecer por debajo de ese manto sagrado es todo un acontecimiento.

Para las personas que sufren de ansiedad el subte es un arma de doble filo. Por un lado es el medio de transporte de pasajeros más rápido y efectivo que existe en las grandes urbes colapsadas por la vorágine del tránsito. Ya que les permite trasladarse de un lugar a otro en un lapso corto de tiempo, casi sin demoras ni momento para replanteos. Pero como contra prestación, las personas que viajan por debajo de la tierra, se están perdiendo lo que pasa por sobre ella. Y las personas ansiosas quieren, o queremos, estar al tanto de todo. Si llueve, si hace calor o frío, quiénes protagonizan las manifestaciones del día y dónde se llevan a cabo, cuánta gente hay, si tienen pancartas y qué dicen, etc.

Pero tampoco hay que negar que un viaje en subte puede ser un momento ideal para estar y no estar. Intentaré explicarme mejor. Continuando la lógica del hombre de campo primitivo que sólo estaba acostumbrado a que las personas que se trasladaban debajo de la tierra era porque les había llegado el momento sublime de partir hacia la muerte, la situación de permanecer vivos debajo de la superficie obliga a las personas a seguir pensando. Voluntaria o involuntariamente.

Cientos de personas comparten un mismo vagón diariamente, se dirigen a sus trabajos, a sus casas, viajan por placer, para visitar a un familiar enfermo, lo que sea. No importa el destino sino el viaje en sí. El traslado en subte es un reflejo fugáz de la estadía de los seres humanos. Millones de personas que vivimos a gran velocidad, que compartimos espacios en común y que no siempre, o mejor dicho casi nunca, intercambiamos palabras con la persona que tenemos al lado. Y las estaciones pasan como pasan los momentos. Momentos que perdemos o dejamos de aprovechar de una mejor manera. Personas que se maltratan entre si por ingresar a un vagón del que otros tantos se empujan y pelean por bajar. Toda una paradoja. Por eso la reflexión de que un viaje en subte puede ser revelador. Uno puede subirse por ejemplo en la estación Plaza de los Virreyes, un lugar rodeado de grandes villas miserias y bajarse en la otra cabecera, Bolívar, en la puerta del Cabildo. Lugar histórico donde hace casi doscientos años atrás un grupo de hombres con voluntades y lealtades se reunieron para que entre otras cosas esas diferencias sociales no sean tan evidentes como lo son actualmente.

Mientras tanto en el viaje los vendedores ambulantes deambulan incesablemente por los pasillos de la formación. Ofrecen cualquier tipo de cosas, chocolates derretidos, linternas chinas, muñequitos artesanales de lana, llaveros, almanaques con dibujitos y en algunos casos sólo lástima. Seguramente que para el que viaja cotidianamente este medio de transporte, los buscas ya forman parte de la geografía, pero para el que no, es inevitable que se le crucen por la mente cientos de interrogantes y escasas respuestas.
Ahora los dejo porque llegué a mi estación, y es el momento de bajarme de esta nota. Hasta el próximo viaje.-
Razones para oponerse
Por Reynaldo Sietecase

Podría seguir enumerando. Todas las razones para oponerse son válidas. Pero no digan más que se oponen a la ley en defensa de nuestra libertad de expresión. Ustedes y nosotros sabemos que no es cierto.
Los dirigentes políticos que se oponen al proyecto de Ley de Medios Audiovisuales pueden utilizar múltiples argumentos:Porque no creen que sea necesario modificar la ley de la dictadura militar (esta semana cumplió 26 años desde que la firmó Jorge Rafael Videla).
Porque piensan que no existen posiciones dominantes en el mercado de la comunicación y, en consecuencia, no hace falta regular nada.
Porque creen que lo de los monopolios es un verso.
Porque el cambio de reglas lo impulsa el gobierno nacional y no creen que nada que provenga del oficialismo pueda terminar en algo positivo.
Porque los antecedentes del kirchnerismo generan muchas dudas. Su política comunicacional se caracterizó, hasta ahora, por el desprecio a los periodistas, las prebendas para los grupos afines, la compra de medios y la manipulación de la pauta oficial para castigar o premiar a gusto.
Porque están convencidos de que este Congreso no tiene la suficiente legitimidad para sancionar una ley tan importante y piensan que hay que aguardar hasta después del 10 de diciembre para que asuman los legisladores votados el 28 de junio pasado.
Porque creen que una ley es necesaria pero que en este caso no se contempló el tiempo suficiente para debatirla en profundidad.
Porque no creen que los debates que se mantuvieron en foros y universidades tengan valor alguno.
Porque el oficialismo no aceptó la dinámica de audiencias públicas en el interior del país. Porque el debate se desarrolla en medio de una confrontación sin precedentes entre el Gobierno y el principal grupo mediático de la Argentina.
Porque sospechan que el proyecto oficial les puede abrir la puerta al mercado de la comunicación a empresarios amigos de Néstor Kirchner (aunque quedó vedado el ingreso de las empresas telefónicas al mercado de los medios).
Porque están convencidos de que deben proteger a los grupos mediáticos que serán afectados en sus patrimonios por la nueva legislación.
Porque temen represalias de parte de estos medios si apoyan la nueva ley.
Porque, de aprobarse el proyecto, se obligará a las empresas a desprenderse en el término de un año de activos y esto viola derechos adquiridos.
Porque creen que el proyecto es inconstitucional.
Porque esto lo dijo Mariano Grondona y hay que saber escuchar al profesor, un especialista en violaciones a la Constitución.
Porque la norma no permite que un mismo propietario tenga un canal de aire y una emisora de cable en la misma región o zona.
Porque consideran que esa limitación es discriminatoria.
Porque acota a un 35 por ciento la cantidad de abonados de cada empresa de cable.
Porque restringe la producción audiovisual al autorizar solamente una señal de producción propia para cada operador.
Porque creen que no se consultó debidamente a los propietarios de licencias de radio y televisión.
Porque no están de acuerdo con que las entidades del llamado Tercer Sector (organizaciones no gubernamentales, parroquias, entidades gremiales, etc) tengan acceso a medios de comunicación.
Porque creen que de esta manera el Gobierno puede habilitar discrecionalmente licencias a organizaciones amigas.
Porque, a pesar de las modificaciones de último momento, creen que la autoridad de aplicación estará controlada por el Poder Ejecutivo.
Porque pretenden que el organismo que reemplace al actual Comité Federal de Radiodifusión sea un ente autárquico y federal.
Porque piensan que la autoridad de aplicación debe tener estricto control parlamentario. Porque no acuerdan con el período de renovación de sus autoridades.
Podría seguir enumerando. Todas las razones para oponerse son válidas. No importa si responden a posturas ideológicas, políticas sinceras o a posicionamientos empresarios. Pero hay un argumento inadmisible. En nombre de la mayoría de los trabajadores de prensa que queremos una nueva ley de medios audiovisuales democrática y plural, no digan más que se oponen a la ley en defensa de nuestra libertad de expresión. Ustedes y nosotros sabemos que no es cierto.
Lo imposible y lo real
Por Tomas Abraham
El mundo es un caos. Siempre lo fue. La diferencia reside en que hoy el mundo se nos presenta con la velocidad y la simultaneidad de la información digitalizada. Sabemos el mundo al instante. Saberlo no es conocerlo en su totalidad, por el contrario, saberlo es percibir nuestra ignorancia y excitar nuestra curiosidad. No es que sepamos lo que pasa en el mundo, no se trata de descubrir cosas en un cofre global. El mundo no es un lugar sino una proyección. Todo el tiempo se nos presenta la información mundial en fragmentos que se renuevan cada semana. Durante siglos se creyó posible ordenar el mundo. Las ideologías, la filosofía, las religiones, tuvieron la tarea de elaborar sistemas de mundo. Hoy esta labor es imposible. El mundo se escapa, mejor dicho, tenemos conciencia de que está atravesado por líneas de fuga.

Mantener un orden es una de la pretensiones del poder. Alcanzarlo es uno de los deseos de quienes aún no lo administran. Pero es posible que el poder sea una ilusión. Por supuesto que existen quienes pueden controlar sucesos, producir acontecimientos, usufructuar ventajas. Son siempre escasas y fugaces. Un verdadero orden es permanente, si no, no es orden, es una fase o una transición hacia otra fase. El temor nos hace pedir o añorar un orden. Nos inventamos órdenes pretéritos. Creemos que en algún momento de la historia de la humanidad las cosas estaban en su justo lugar. Sin embargo, jamás lo estuvieron. Con el riesgo de parecer esencialistas, no es una desmesura afirmar que la condición humana se ofrece como algo indomable. Siglos de domesticación no lograron crear un animal previsible. Nietzsche definía al hombre como el único animal capaz de hacer promesas; no agregó que es el único ser que las viola. Sin embargo, no le hizo falta aclararlo. Nos ha remitido en sus libros a la historia de lo que llamó “sistemas de crueldad” que consagraron dispositivos de castigo para que los mandamientos sean obedecidos. De todos modos, no hay época en la historia que no se haya salido de cauce y que no fuera vivida por sus protagonistas como una inundación o con un sentimiento de catástrofe.

La diferencia con la actualidad es que existía la creencia en un orden posible, en una totalidad armónica, o en una redención por venir. Hoy esa creencia así como se hace se deshace, no es lo mismo creer que querer creer. Cuando en la actualidad se asevera que el mundo se dirige a Oriente y que la China puede convertirse en un nuevo polo de poder mundial, no hacemos que más que lanzar a la atmósfera un globo aerostático a merced de los vientos. No nos permite imaginar un mundo. La crisis financiera, el calentamiento global, el agotamiento energético del planeta, la producción de vida artificial, son imágenes dispersas de posibles amenazas, de aventuras valoradas contrastadamente. El filósofo alemán Peter Sloterdijk apuesta a que las nuevas tecnologías producirán aires de libertad. El italiano Agamben habla de pasados, presentes y futuros campos de exterminio. Toni Negri ya no sé de qué habla. Vattimo reflexiona sobre una moral caritativa. Debe ser por eso que el filósofo norteamericano Richard Rorty a pesar de esta oferta escribía que ya desde hace un siglo a nadie le importan los fundamentos filosóficos del acontecer humano. Pero no es un problema específico de la filosofía el hecho de no ser tenida en cuenta como formadora de nuevas concepciones del mundo. Lo que no hay es un mito global. No existe una autoridad trascendente llamada Dios, Razón o Verdad, que diagrame un orden. Los hombres no perciben el mundo de acuerdo con un relato que los incluya en un sistema de creencias. Es un proceso irreversible, aunque no más catastrófico que en otras épocas de la historia. Si hubiera existido una CNN durante el Imperio Romano, o canales de noticias durante la expansión holandesa del siglo XVII, lo que hoy vemos desde la posteridad como un orden ajustado sería concebido por los hombres de aquellos tiempos como un desquicio sin solución.

No digo como Jean Baudrilllard que la vida es un simulacro y que no hay diferencia entre lo real y su imagen para un mundo-pantalla, sino que la desmesura general es un dato cotidiano de nuestra percepción, y que no tenemos narración que la contenga. ¿Hace falta un mito? Es una pregunta ociosa. Podemos apelar como lo hacen otros a una idea de un futuro gobierno mundial, a una red de minigrupos de resistencia contra los poderes imperiales, a cualquier tótem o gran hermano benévolo o diabólico, la tensión entre la voluntad de ordenar y el exceso de lo real es inevitable. Pensemos en nuestro país. ¿Cómo pensar en proyectos sin orden futuro? ¿Puede una sociedad basarse en la improvisación, en una apuesta a suerte y verdad, en depender de la fortuna? ¿Cómo organizarnos en vistas a un futuro promisorio? Hay quienes sostienen que es necesario construir un Estado, como si no lo hubiera. Pero admitamos que se trata de un “nuevo” Estado. Ante los desajustes, los conflictos, y la parálisis de ciertas políticas, hay quienes piden convocar a todos los sectores interesados y planificar las futuras acciones en conjunto. Proponen la creación de un Consejo Nacional Agropecuario para dirimir y solucionar el problema del campo. O respecto de la salud, dicen que se necesita un plan nacional de salud. Imagino que a esto agregamos otro plan nacional de seguridad, un consejo nacional del salario y de la producción, uno de energía, de política ambiental. Es lo que se llama plan estratégico nacional. Todo un país planificado para los próximos veinte años como resultado del diálogo y la convergencia de las fuerzas vivas y de los agentes sociales más representativos. Nos parece un punto de vista absolutamente cierto, sentido común con mayúscula. Sin plan no hay objetivos generales, sin participación no hay acción al servicio de los intereses colectivos, sin acuerdos no hay avances. Y al mismo tiempo, también nos parece imposible.

Sólo en un mundo racional y generoso todo es posible, hasta un orden dinámico parece factible. Un universo amable permite la creación de un ambiente en el que todos entienden que negociar es ceder y no sólo convencer al otro de que ceda. En este caso ideal no se trata de un orden monopolizado por la violencia de un gran poder, sino de una organización inclusiva que planifique en medio del caos, que invente y cree herramientas contra quienes quieran conservar sus ventajas. Sin embargo, en una sociedad fragmentada como la nuestra, con un virtual empate entre grupos de presión, en una comunidad que no es tal porque la desconfianza es la regla de la supervivencia, hablar de concertación, de alianzas, de frentes, de consenso, de diálogo, de encuentros, no va más allá de un clamor retórico. Ante una situación así, ¿nos queda otra alternativa que adscribir a la consigna de aquel Mayo Francés del ’68: seamos realistas, pidamos lo imposible? Sí, la hay: seamos idealistas, tratemos de mejorar un poco.

12.8.09

Ahora lo ven rubio y de ojos celestes...





Por Juan Pablo Varsky





"Estamos en el medio de una pelea entre Frankenstein y Drácula", me dijo el presidente de un club antes de sacar su pasaje de avión. Si no hay un drástico cambio de última hora, mañana será un día de grandes cambios. En el predio de Ezeiza, Julio Grondona les planteará a los integrantes del comité ejecutivo su intención de rescindir el contrato con Televisión Satelital Codificada (TSC, sociedad entre Torneos y Competencias y el Grupo Clarín), vigente hasta fines de la temporada 2013/14. También les anunciará que el Estado comprará los derechos del fútbol a 600.000.000 de pesos por temporada (más del doble de lo que la AFA venía cobrando) y se hará cargo de los operativos de seguridad, hasta ahora asumidos económicamente por los clubes. Si se respeta la costumbre de rendirle pleitesía, la reunión terminará con una aclamación al presidente de la AFA, devenido épico luchador por los derechos de las instituciones.

Los presidentes sumisos a Grondona están eufóricos porque creen que esta rescisión sacará de circulación a los periodistas de la empresa que han criticado sus malas administraciones. Esto los motiva más que el incremento en los ingresos de sus respectivos clubes. ¿Sabrán los dirigentes que la AFA no hace ninguna coparticipación de los 14 millones de pesos que les paga Torneos y Competencias por el programa Fútbol de Primera? Sí saben que recauda y reparte a su antojo. Les ha tocado reclamar su dinero de la televisión y recibir a cambio un cheque diferido a 60 días con la instrucción de depositarlo en una financiera de la calle Reconquista. Allí, la deducción puede llegar hasta el 25% del monto inicial. Conclusión: los clubes reciben menos dinero del que realmente les corresponde.

¿Estarán al tanto de que el monto total no se actualiza anualmente sino cada vez que hay un aumento en la tarifa del cable? Por ejemplo, en el ejercicio pasado no se pagaron 230 millones, sino 241 por este ajuste de la llamada TNB (tarifa nominal básica) ¿Dónde va a parar esa diferencia? Si la AFA es de los clubes y el dinero les pertenece, ¿de dónde sacó la AFA 340 millones para prestarles sin plazos de devolución? La selección y los sponsors no generan esa cantidad. Ahora, unos cuantos hinchas ven a "Don Julio" rubio y de ojos celestes por su decisión de liberar al fútbol de "la tiranía" de la TV. ¿Quién negoció y aceptó en nombre de la AFA un contrato hasta 2014? La misma persona que hoy quiere rescindirlo y seguirá siendo presidente de la AFA.

Grondona aprovechó el legítimo reclamo de los clubes mejor administrados del fútbol argentino (Lanús, Vélez, Estudiantes) e hizo su jugada personal. Este conflicto comenzó cuando Futbolistas Argentinos Agremiados dijo basta ante una deuda que llegaba a los 40.000.000 de pesos. Ante la difusión de los déficits y los pasivos de los clubes, luego sí se montaron los directivos. Primero, apelaron al Prode bancado como la gran solución a sus problemas. Ante la imposibilidad de generar dinero inmediato, ya que este sistema de apuestas depende de una autorización de Lotería Nacional, Grondona lanzó su pedido: "Queremos que TSC nos pague doce pesos por abonado y sacamos los codificados". De golpe, no se habló más de los clubes ni del nulo control que ejerció la AFA sobre sus malas administraciones. Llegó el ultimátum: "Tengo una oferta por el doble", gatilló Grondona.
Todos saben dónde trabajo. Me hago cargo. No me gusta que en 1991 se haya firmado sin licitación previa un contrato de 23 años de duración en un dinámico negocio cuyo monitoreo debería ser trianual. No me gusta que en un partido por abono básico o codificado haya publicidades que tapen un tercio de la pantalla. Tampoco que haya cambios de fecha hasta tres días antes de un partido por razones de seguridad o programación. Seguramente, estas situaciones ayudaron a que, para muchos, hoy la "TV" sea el gran problema del fútbol argentino, por encima de Grondona y las malas administraciones de los clubes.

Ha faltado buena comunicación. Para el hincha argentino promedio, Torneos y Competencias y TyC Sports son lo mismo y, en realidad, son dos empresas diferentes. Se dice: "TSC factura 5000 millones de pesos por año gracias al fútbol". Esto sería asumir que todos los abonados al cable ven únicamente TyC Sports y TyC Max, las señales donde se transmiten los partidos. Del 100 por ciento del rating del cable, un 14% corresponde a las señales deportivas contra un 22 de los canales de noticias y el 18% de películas y canales infantiles. Más allá de la variada oferta, en muchos lugares del país tener cable es la única opción para ver la tele. El Grupo Clarín sí podría llegar a ese monto con la facturación total de sus empresas de cable en la Argentina. A principio de los 90, tener los derechos del fútbol le sirvió como producto diferenciador para expandirse y comprar operaciones de cable por el territorio nacional. Una nueva ley de medios debería regular si está bien que un grupo sea, al mismo tiempo, dueño de derechos, canales y operaciones de cable.

Mientras tanto, el Gobierno espera. No intervendrá hasta que Grondona haga el anuncio de la rescisión. Hasta ahora es un acuerdo entre privados y no puede avalar ninguna ruptura. Pero ya tendría listo el decreto de necesidad y urgencia para la estatización del fútbol. Fue clave el eje Quilmes con las reuniones periódicas entre dos amigos de la zona como José Luis Meiszner, asesor de Grondona, y Aníbal Fernández, el jefe de Gabinete. Para Kirchner, es la oportunidad de golpear a su enemigo Clarín sin pasar por la tan anunciada como necesaria ley de servicios de comunicación audiovisual, debatida en diversos foros pero aún sin fecha de tratamiento en el Congreso. A través del Sistema Nacional de Medios Públicos, el Estado compraría los derechos en 600.000.000 de pesos. Se encargaría de la televisación de los partidos. Al no contar con la infraestructura, deberá contratar servicios de producción. Canal 7 transmitiría la fecha.

Pero el proyecto es más ambicioso: subir las imágenes de los partidos al satélite para que cualquier canal de TV (abierto o cable) de cualquier lugar del país tome la señal y la emita en su medio, aunque sin vender publicidad. Si se concretara esta liberación de los contenidos, podría darse que el clásico del domingo sea visto en los cinco canales abiertos de Capital Federal, cual cadena nacional. ¿Cómo recuperaría semejante inversión? Para empezar, aprovecharía este espacio de alto rating para ubicar la pauta oficial. También se encargaría de comercializar los derechos en el exterior y de vender la publicidad. En los 380 partidos de la temporada pasada, TSC recaudó 14 millones de pesos en concepto de publicidad. Al tratarse de un canal abierto, este número podría subir, pero difícilmente alcance para cubrir los costos.

Sin embargo, la relación costo-beneficio debe medirse de otra manera porque el Estado estaría prestando un servicio a la comunidad. En este punto, le corresponde a cada ciudadano tomar partido sobre si está bien que, en este contexto del país, el Estado ponga 600.000.000 de pesos más el dinero por la producción para que el fútbol llegue gratis a los televisores argentinos. No me corresponde adoctrinar desde la contratapa de un suplemento de un diario. Si la AFA rompe el contrato con TSC, llegará el momento de las acciones judiciales con consecuencias impredecibles.

"Estamos en la Argentina y sabemos cómo funciona nuestra Justicia", me dijo el mismo presidente que anunció el combate entre dos monstruos. Después de la reunión de mañana en Ezeiza, el hombre va derechito al aeropuerto. Ya compró los pasajes para toda la familia. Destino Vietnam, ida sola.

4.8.09

Ridiscurso
Por Fernando Neira

¿Cuándo sucedió que los términos pobreza y hambre fueron secuestrados por el vocabulario burgués como punta de laza para hacer política en los actos de campaña?. ¿Tan mal han hecho las cosas aquellos que no pertenecemos, o no tenemos afinidad, con estos sectores premiun de la alta sociedad para que esto suceda como si nada?. Cuanto menos sorprendente y chocante resultó el discurso del presidente de la Sociedad Rural, Hugo Biolcati, en la inauguración de la muestra el último sábado en el predio ferial de Palermo.

El representante de la Mesa de enlace del sector agrario mencionó entre otras cosas que “el 27 por ciento de la población argentina padece hambre”. También Biolcati amenazó con que el campo dejará de ser la “mansa vaca lechera”. Aquellos que tengan un poco de memoria saben que nunca lo fue. La Sociedad Rural apoyó a reiterados golpes militares y albergó entre sus tablones a personajes nefastos de la historia política de la nación que participaron de la muestra en varias oportunidades con sobretodos manchados de sangre.

Incluso con la reinstauración de la democracia en el país, en agosto de 1988, el recientemente fallecido y reconocido símbolo radical, Raúl Alfonsín, fue silbado durante todo el discurso. Allegados al ex presidente sugirieron un mea culpa por parte de entidad en la ultima muestra, pero el pedido no fue escuchado por los representantes agrarios que prefirieron utilizar el discurso inaugural para bajar línea en contra de las políticas del gobierno de turno, y ni siquiera recordaron aquel episodio bochornoso.


A este sector que acusó al Estado de ser un “predador insaciable”, no se le puede dar el beneficio de la ignorancia. Se trata de un grupo de representantes de un claro espacio político y social que está persiguiendo un objetivo peligroso y destituyente. Así que si usted escuchó el discurso de Biolcati y no se sintió minimamente indignado, visite a su médico.

27.7.09

Negocios, ideología y libertad de expresión



Por Jorge Búsico





Alejandro Apo llegó el martes al edificio de Radio Continental en la calle Rivadavia, y en la puerta lo esperaban los directivos junto a un escribano. Ni le dieron chance de despedirse de sus múltiples oyentes. Lo despidieron ahí mismo. Cualquiera que haya trabajado en radio sabe que existe un código inquebrantable: el último programa es sagrado. Es el más importante para anunciar el fin del ciclo y despedirse de la audiencia. La ruptura de este código pone en evidencia una desvinculación conflictiva.
A los medios que lo llamaron, Apo les contó que el despido se debió a una cuestión económica, pero sus amigos y colaboradores más cercanos creen que la verdadera razón pasa por su postura a favor de algunas políticas del actual gobierno, especialmente en lo que hace a la nueva Ley de Radiodifusión, por la que se manifestó firme y públicamente.
Hay varios datos que lo certifican. Si bien sus acciones venían en baja para las autoridades de la radio, que es manejada por el Grupo Prisa de España, abiertamente enfrentado al gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, el primer llamado para reconvenir su salario fue el lunes 29 de junio, un día después de las elecciones.Convocado por un gerente colombiano recién llegado a la Argentina, Apo escuchó el primer disparate: “¿Usted es periodista?”, le preguntó el ejecutivo.
A partir de ahí se sucedieron un par de reuniones más en las cuales Apo, que estaba sin contrato, propuso distintas variantes que incluían hasta un acuerdo económico para dejar la emisora en la cual llevaba 14 años como una de sus figuras principales. El lunes último, Apo le planteó al directivo –definido como gerente de cirujías– que advertía que en realidad la intención de la radio era no contar más con él. Al otro día, lo aguardaba un escribano.Esas idas y vueltas desde que Apo fijó su postura a favor de la Ley de Radiodifusión –y que incluyó un duro cruce al aire con Víctor Hugo Morales y Jorge Lanata–, generaron otra actitudes como el levantamiento del programa Con Afecto, que va los sábados de 13 a 16, y que obligó a los directivos de Continental a rever la postura ante la presión de los oyentes.
Apo también había perdido un pedazo de su espacio nocturno con el programa Donde quiera que estés (que pasó de lunes a viernes, de 23 a 1), que fue a parar a Paulino Rodrigues, un feroz crítico del kirchnerismo, que compra un espacio en el que buena parte de sus anunciantes son sectores vinculados con el campo.A diferencia de lo ocurrido hace unos meses en Radio Del Plata con Nelson Castro, los grandes medios de la Argentina callaron este despido. Clarín, incluso, de rotunda postura opositora, ni lo mencionó en la página de Medios que publica todos los viernes y que firma Miguel Wizñaki. Como ya es costumbre, la nota central se refirió a un abonado al semáforo rojo de la página 2, el presidente venezolano Hugo Chávez, y lo que Clarín entiende como censura.Más aún, el Grupo Clarín rápidamente le encontró nuevo espacio a Nelson Castro en otros de sus medios. Ya estaba en TN y se incorporó a Radio Mitre.
Afecto a lo popular. Alejo Apo no tenía el peso de estrellato de Magdalena Ruiz Guiñazú y Víctor Hugo Morales, las dos caras visibles de Continental, pero era un emblema de la radio no sólo a través de sus dos programas, sino como comentarista del principal partido de fútbol de la fecha.En todo este tiempo, Víctor Hugo Morales y Apo formaron una dupla de excepción, una marca registrada y líder dentro de las transmisiones radiales de fútbol. De allí, por ejemplo, surgió la famosa expresión de Apo: “¡Tengo miedo, Nene!”.
Con respecto a Víctor Hugo Morales, Apo salió a reivindicarlo de las críticas que recibió en algunos sitios de internet por no haber salido en defensa de su compañero de trabajo. En realidad, fue el uruguayo quien anunció en la tira Competencia el despido de Apo.Ocurre que la ola de despidos en Continental –siempre silenciada, como todo conflicto gremial dentro de los medios– también alcanzó al equipo de Víctor Hugo Morales. En el programa del viernes, el uruguayo habló de Apo con un cariño especial y la tira giró en varios momentos a la situación de temor que se vive en la emisora.
Apo impuso en la radiofonía un estilo propio, en el que logró unir al fútbol con la literatura. Desde las transmisiones y, fundamentalmente, desde el programa Todo con Afecto, que dio paso a la rica experiencia Y el fútbol contó un cuento, una obra que recorrió los teatros de casi todo el país.Bohemio, dueño de un estilo único y querido por todo el ambiente en casi cuatro décadas de trayectoria, Alejandro Apo acaba de ser víctima de un proceso en Radio Continental que amenaza con llevar a cabo unos 50 despidos.
Cuando huelen sangre

Por Eduardo Aliverti

Hubo una postal en estos días: la interna de la CGT quedó notablemente relegada de los primeros planos gracias a la meteorología antártica que invadió el país hasta que, el viernes, el acostumbramiento al frío le cedió su lugar al teleteatro gremial.

Podría pensarse que las razones de espectacularidad mediática siempre estarán por delante de las cuestiones políticas-macro; pero no deja de ser sugestivo que un hecho como el cegetista, al que una mayoría de opiniones confirió carácter de decisivo para la suerte del Gobierno, haya quedado tan fácilmente secundarizado por la nieve y sus perspectivas (que de paso le sirvieron a la televisión para descubrir a la gente que vive en la calle). La circunstancia puede ser aprovechada a fin de corroborar que la heladera es en verdad el lugar que la sociedad le destina al conflicto de la burocracia sindical. “Y a mí qué con ese culebrón de atorrantes y mafiosos”, puede leerse sin temor a equivocarse en el espíritu popular. Es un dato seguro que revalida la pérdida de representatividad (¿o credibilidad, mejor?) que sufren las grandes corporaciones dirigenciales, desde antes de comienzos de siglo y con 2001/2002 como expresión contundente.
Sin embargo, esa constatación no significa que la cosa pase por sí misma. La obviedad es que el hartazgo masivo frente a los modos y concreciones de la política no resuelve nada y que, mucho más aún, resulta funcional a los peores intereses de sector. La interna entre “Gordos”, “Independientes” y “Moyanistas” corre la cortina respecto de una puja de poder y negocios que ante todo consiste en eso, es cierto, y que se inscribe en el sismo producido por la derrota electoral de los K.
Cuando el peronismo huele sangre, las manadas de hienas se hipersensibilizan y sólo a un tonto puede ocurrírsele que eso es simplemente una tenida conductiva. Porque hablar de lo que sucede en el peronismo –y en el caso de lo gremial es de lo único que puede hablarse– es hacerlo sobre la fuerza, imaginario, voluntad, estructura, como se quiera, sin los cuales no se puede gobernar este país. En consecuencia, aislarse de lo que acontece allí es una mirada anímicamente aceptable, pero políticamente frívola. El frío y la nieve pasan. Para suerte o desgracia, según cada quien desee verlo, el peronismo siempre está.

La lucha por su apropiación, al cabo de los resultados electorales, atraviesa todos los parámetros de la realidad realmente existente. Esa suerte de recreación de la Alianza que es el Acuerdo Cívico y Social (lo único metido como cierta cuña) ya está partido antes de arrancar en el Congreso y no consigue salir de su papel de conjunto de opinadores, incluyendo la inercial entronización de Cobos y, en forma que parece eterna, la capacidad de Carrió para destruir todo lo que construye. De modo que, otra vez, se ratifica que es hacia dentro del peronismo donde se juega lo que ocurrirá, sin que eso signifique acertarle a qué quiere decir. Hay un “diálogo” institucional al que los radicales van a comentar cosas. Por lo demás, solamente se trata de cómo el Gobierno gana tiempo después del sacudón y de cómo se posiciona el resto del peronismo.
Esas dos mitades (o esos dos tercios, si quiere apreciárselo en cifras nacionales) tienen por ahora el volumen como para bombardear a la otra y nada más. La mitad o el tercio kirchnerista conserva poder de fuego para dividir al peronismo, y la mitad o el tercio disidente para acabar con los K. Se supondría, entonces, que el beneficiado es el tercio (pan)radical, pero eso tropieza claramente –visto en prospectiva de elecciones presidenciales– no ya con su división interna sino con una ausencia de liderazgo que aparece, apenas disimulada, bajo la imagen de una reproducción de De la Rúa.
Más luego, Macri no quiere malquistarse con el Gobierno porque actúa que lo necesita para allegarse fondos. Reutemann, fiel a su estilo, es casi un autista procedimental que exaspera a todos. De Narváez es intragable para todos los compañeros que lo juzgan un producto publicitario, desconfiable en exceso. En definitiva, un griterío de confusos que juegan a rondas dialoguistas, en las que todo se remite a decirse con dibujo de protocolo lo que vienen diciéndose hace años; a reclamar la despedida de Guillermo Moreno (que es lo último a lo que aspiran, por supuesto, porque se quedarían sin monigote en el cual anclar discurso); y a tensar –no mucho– temas tan apasionantes como el Consejo de la Magistratura, o tan creíbles como la pobreza y la desigualdad en boca de Macri y De Narváez.
Mientras tanto, los Kirchner conquistaron su tiempo de marcar agenda, con las patas cortas de cómo se seguirá tras estos ímpetus artificiales. ¿Qué hay previsto en la economía? ¿Qué sobrevendrá con el parate o la retracción, qué con la pobreza, qué con la pérdida de fuentes laborales, qué con la falta de crédito?

Un laberinto de este tamaño precisa de una aptitud simple, pero enorme, para mensurar cuáles son los bloques y alianzas sociales que están en danza. De lo contrario, todo quedará subsumido en el desconcierto y el agotamiento que provoca la visión politiquera. Hay un arco constituido por la facción agraria, con respaldo en las corporaciones mediáticas, capaz de haber convencido a vastos sectores medios de que las necesidades de aquélla son las propias. Por razones que –aquí– no vienen al caso, los “Doña Rosa” urbanos de la pampa húmeda creen que las banderas de la Sociedad Rural les pertenecen. El problema es que carecen de conducción política convincente salvo por haber tenido algo a mano para castigar al kirchnerismo, por motivos que bailan entre el rechazo al estilo gubernamental e intereses de clase. Sin embargo, ese conglomerado (al que acaba de sumarse el pliego de condiciones de la Asociación Empresaria Argentina) intuye, probablemente, que no en vano el país estalló gracias a las políticas de su preferencia; y que por lo tanto les es imprescindible un liderazgo firme que los figurones opositores están lejos de garantizar.
A su turno, la alianza que por acción y defección se erigió en torno del kirchnerismo está golpeada. Una clase media-baja que más o menos se levantó al recuperarse puestos de trabajo; una media-media que volvió a sentirse tal tras las amenazas de catástrofe, y un universo marginado que en los primeros tiempos de la gestión asomó un par de pelos de abajo del agua gracias al asistencialismo, se encuentran hoy con que el Gobierno ya no parece tener las fuerzas necesarias para reimpulsarse.

¿Cuál de los esquemas prevalecerá? Difícil saberlo, porque el destino no siempre o nunca está marcado y en política suele quedar patas para arriba hasta por el influjo de imponderables. Pero hay unas preguntas de aproximación. ¿De qué se está más cerca? ¿De que lo que expresa el kirchnerismo se recomponga o de que lo que expresa a la derecha se junte?
(*) Artículo publicado en el diario Página 12
Un poco obsceno

Por Rafael Spregelburd (*)

Cada cultura marca los límites de su irrepresentabilidad. Así como los griegos no soportaban ver morir a los personajes trágicos en escena (todos se iban a morir afuera, en lo obsceno, como si fuera lo más normal del mundo), ¿cuántas cosas habrá que no soportamos ver hoy sin darnos cuenta? Cada año, al comenzar un curso, pregunto a mis alumnos: ¿qué es irrepresentable? El abanico de respuestas es sorprendente. La muerte. El vacío. El tiempo. La falta de deseo. El sexo explícito. A veces tienen razón, a veces no la tienen. Pero es atroz pensar que casi todo se puede “representar”. No “hacer”, pero sí “representar”.
Los grandes festivales son buenas excusas para ver si se ha dilatado el límite de nuestra representabilidad, porque suelen ser pródigos en escándalos. Un escándalo no es una obra “mala”; casi siempre es –para el común de la gente– una obra mala hecha por un artista muy famoso. Salgo de ver Purgatorio, de Romeo Castellucci, en el Grec, de Barcelona. Vaya despropósito económico. La escenografía (que casi no se usa, o que se usa poco, bah, es largo de explicar) debe haber costado ¿tres? millones de euros. Entre muchas cosas, hay un robot Mazinger Z de cuatro metros de alto que aparece unos escasos dos minutos y que hace muy poco, si bien sospechamos que tiene mucho que ver con el todo.
¿Cuál es la curva económica de costo/beneficio que legaliza el disparate? A mí, que las obras de este porte ni me van ni me vienen, me resulta más simpático que a mis amigos catalanes. Si la misma obra fuera de un colega argentino, tal vez estaría bramando como ellos. ¿A quién se le ocurre gastarse este dinero en una obra que –además de ser irritante– no se entiende mucho al principio y después demasiado al final? Los europeos deben tener ese dinero para gastarse, pienso. ¿Que esa plata podría haberse usado en Italia para la reconstruir L’Aquila? Puede ser. Supongo que vendría de partidas diferentes.
No tengo ni idea de cómo se administra la caja berlusconiana. ¿Es esto obsceno para los italianos? Veamos: hay fuerte competencia. Hoy mismo, una amante de Berlusconi publica en la Web unas grabaciones de sus conversaciones telefónicas. En una le pregunta al presidente qué ha hecho en el día y él, con una suavidad infantiloide que eriza la piel de mis anfitriones italianos, responde: “No mucho. Inauguré una exposición. Di un discurso. Me aplaudieron mucho”. La escena –que carece de lo elemental y sobra en detalle– parece escrita por el mejor Pinter. Pero no; son las chanchas conversaciones, a partir de hoy a un clic de distancia para cada ciudadano. Yo veo lo de Castellucci (un artista complicado), veo derroche, y –en tanto no es mi dinero– puedo ver la obra y abordar lo que pasa en ella. Seguro que hago mal.
Supongo que ese teatro es producto de unos sistemas económicos muy complejos, que se permiten tirar la cosecha de naranjas italianas porque conviene que las naranjas se cosechen en Andalucía. O construir megamuseos y armar megafestivales cuando los patrimonios culturales o las salas independientes agonizan. Un megasistema, que se quiere representar a sí mismo en un megateatro. Lujo irracional, derroche, bacanal, vaticano.
Un teatro que en definitiva debe ser tranquilizante para el europeo medio: ¡tan mal no estaremos si podemos permitirnos esto! A mis sensatos amigos catalanes ahora les resulta obscena (irrepresentable) la agonía de la razón económica. El gasto inútil. La belleza sin carteras. ¿Será lo que llaman crisis? Porque hasta hace tres o cuatro años me parece que esta misma obra les habría encantado.

(*) Publicado en Diario Perfil
UN JUEZ LIBERÓ LA NOTA QUE DEJÓ EL DR. RENÉ FAVALORO ANTES DE SUICIDARSE



Si se lee mi carta de renuncia a la Cleveland Clinic, está claro que mi regreso a la Argentina (después de haber alcanzado un lugar destacado en la cirugía cardiovascular) se debió a mi eterno compromiso con mi patria. Nunca perdí mis raíces..


Volví para trabajar en docencia, investigación y asistencia médica. La primera etapa en el Sanatorio Guemes, demostró que inmediatamente organizamos la residencia en cardiología y cirugía cardiovascular, además de cursos de post grado a todos los niveles. Le dimos importancia también a la investigación clínica en donde participaron la mayoría de los miembros de nuestro grupo. En lo asistencial exigimos de entrada un número de camas para los indigentes. Así, cientos de pacientes fueron operados sin cargo alguno. La mayoría de nuestros pacientes provenían de las obras sociales. El sanatorio tenía contrato con las más importantes de aquel entonces. La relación con el sanatorio fue muy clara: los honorarios, provinieran de donde provinieran, eran de nosotros; la internación, del sanatorio (sin duda la mayor tajada).

Nosotros con los honorarios pagamos las residencias y las secretarias y nuestras entradas se distribuían entre los médicos proporcionalmente. Nunca permití que se tocara un solo peso de los que no nos correspondía. A pesar de que los directores aseguraban que no había retornos, yo conocía que sí los había. De vez en cuando, a pedido de su director, saludaba a los sindicalistas de turno, que agradecían nuestro trabajo. Este era nuestro único contacto. A mediados de la década del 70, comenzamos a organizar la Fundación. Primero con la ayuda de la Sedra, creamos el departamento de investigación básica que tanta satisfacción nos ha dado y luego la construcción del Instituto de Cardiología y cirugía cardiovascular.

Cuando entró en funciones, redacté los 10 mandamientos que debían sostenerse a rajatabla, basados en el lineamiento ético que siempre me ha acompañado. La calidad de nuestro trabajo, basado en la tecnología incorporada más la tarea de los profesionales seleccionados hizo que no nos faltara trabajo, pero debimos luchar continuamente con la corrupción imperante en la medicina (parte de la tremenda corrupción que ha contaminado a nuestro país en todos los niveles sin límites de ninguna naturaleza).. Nos hemos negado sistemáticamente a quebrar los lineamientos éticos, como consecuencia, jamás dimos un solo peso de retorno. Así, obras sociales de envergadura no mandaron ni mandan sus pacientes al Instituto. ¡Lo que tendría que narrar de las innumerables entrevistas con los sindicalistas de turno! Manga de corruptos que viven a costa de los obreros y coimean fundamentalmente con el dinero de las obras sociales que corresponde a la atención médica.

Lo mismo ocurre con el PAMI. Esto lo pueden certificar los médicos de mi país que para sobrevivir deben aceptar participar del sistema implementado a lo largo y ancho de todo el país. Valga un solo ejemplo: el PAMI tiene una vieja deuda con nosotros, (creo desde el año 94 o 95) de 1.900.000 pesos; la hubiéramos cobrado en 48 horas si hubiéramos aceptado los retornos que se nos pedían (como es lógico no a mí directamente).


Si hubiéramos aceptado las condiciones imperantes por la corrupción del sistema (que se ha ido incrementando en estos últimos años) deberíamos tener 100 camas más. No daríamos abasto para atender toda la demanda. El que quiera negar que todo esto es cierto que acepte que rija en la Argentina, el principio fundamental de la libre elección del médico, que terminaría con los acomodados de turno. Los mismo ocurre con los pacientes privados (incluyendo los de la medicina prepaga) el médico que envía a estos pacientes por el famoso ana-ana , sabe, espera, recibir una jugosa participación del cirujano.

Hace muchísimos años debo escuchar aquello de que Favaloro no opera más! ¿De dónde proviene este infundio?. Muy simple: el pacientes es estudiado. Conclusión, su cardiólogo le dice que debe ser operado. El paciente acepta y expresa sus deseos de que yo lo opere. 'Pero cómo, usted no sabe que Favaloro no opera hace tiempo?'. 'Yo le voy a recomendar un cirujano de real valor, no se preocupe'. El cirujano 'de real valor' además de su capacidad profesional retornará al cardiólogo mandante un 50% de los honorarios! Varios de esos pacientes han venido a mi consulta no obstante las 'indicaciones' de su cardiólogo. '¿Doctor, usted sigue operando?' y una vez más debo explicar que sí, que lo sigo haciendo con el mismo entusiasmo y responsabilidad de siempre.


Muchos de estos cardiólogos, son de prestigio nacional e internacional. Concurren a los Congresos del American College o de la American Heart y entonces sí, allí me brindan toda clase de felicitaciones y abrazos cada vez que debo exponer alguna 'lecture' de significación. Así ocurrió cuando la de Paul D. White lecture en Dallas, decenas de cardiólogos argentinos me abrazaron, algunos con lágrimas en los ojos. Pero aquí, vuelven a insertarse en el 'sistema' y el dinero es lo que más les interesa. La corrupción ha alcanzado niveles que nunca pensé presenciar. Instituciones de prestigio como el Instituto Cardiovascular Buenos Aires, con excelentes profesionales médicos, envían empleados bien entrenados que visitan a los médicos cardiólogos en sus consultorios.

Allí les explican en detalles los mecanismos del retorno y los porcentajes que recibirán no solamente por la cirugía, los métodos de diagnóstico no invasivo (Holter eco, camara y etc., etc.) los cateterismos, las angioplastias, etc. etc., están incluidos. No es la única institución. Médicos de la Fundación me han mostrado las hojas que les dejan con todo muy bien explicado. Llegado el caso, una vez el paciente operado, el mismo personal entrenado, visitará nuevamente al cardiólogo, explicará en detalle 'la operación económica' y entregará el sobre correspondiente!. La situación actual de la Fundación es desesperante, millones de pesos a cobrar de tarea realizada, incluyendo pacientes de alto riesgo que no podemos rechazar. Es fácil decir 'no hay camas disponibles'.

Nuestro juramento médico lo impide. Estos pacientes demandan un alto costo raramente reconocido por las obras sociales. A ello se agregan deudas por todos lados, las que corresponden a la construcción y equipamiento del ICYCC, los proveedores, la DGI, los bancos, los médicos con atrasos de varios meses.. Todos nuestros proyectos tambalean y cada vez más todo se complica. En Estados Unidos, las grandes institu ciones médicas, pueden realizar su tarea asistencial, la docencia y la investigación por las donaciones que reciben. Las cinco facultades médicas más trascendentes reciben más de 100 millones de dólares cada una! Aquí, ni soñando. Realicé gestiones en el BID que nos ayudó en la etapa inicial y luego publicitó en varias de sus publicaciones a nuestro instituto como uno de sus logros!.

Envié cuatro cartas a Enrique Iglesias , solicitando ayuda (¡tiran tanto dinero por la borda en esta Latinoamérica!) todavía estoy esperando alguna respuesta. Maneja miles de millones de dólares, pero para una institución que ha entrenado centenares de médicos desparramados por nuestro país y toda Latinoamérica, no hay respuesta. ¿Cómo se mide el valor social de nuestra tarea docente? Es indudable que ser honesto, en esta sociedad corrupta tiene su precio. A la corta o a la larga te lo hacen pagar. La mayoría del tiempo me siento solo. En aquella carta de renuncia a la C. Clinic , le decía al Dr. Effen que sabía de antemano que iba a tener que luchar y le recordaba que Don Quijote era español! Sin duda la lucha ha sido muy desigual.

El proyecto de la Fundación tambalea y empieza a resquebrajarse. Hemos tenido varias reuniones, mis colaboradores más cercanos, algunos de ellos compañeros de lucha desde nuestro recordado Colegio Nacional de La Plata, me aconsejan que para salvar a la Fundación debemos incorporarnos al 'sistema'. Sí al retorno, sí al ana-ana. 'Pondremos gente a organizar todo'. Hay 'especialistas' que saben como hacerlo. 'Debés dar un paso al costado. Aclararemos que vos no sabés nada, que no estás enterado'. 'Debés comprenderlo si querés salvar a la Fundación' ¡Quién va a creer que yo no estoy enterado! En este momento y a esta edad terminar con los principios éticos que recibí de mis padres, mis maestros y profesores me resulta extremadamente difícil. No puedo cambiar, prefiero desaparecer. Joaquín V. González, escribió la lección de optimismo que se nos entregaba al recibirnos: 'a mí no me ha derrotado nadie'. Yo no puedo decir lo mismo. A mí me ha derrotado esta sociedad corrupta que todo lo controla.

Estoy cansado de recibir homenajes y elogios al nivel internacional. Hace pocos días fui incluido en el grupo selecto de las leyendas del milenio en cirugía cardiovascular. El año pasado debí participar en varios países desde Suecia a la India escuchando siempre lo mismo. '¡La leyenda, la leyenda!' Quizá el pecado capital que he cometido, aquí en mi país, fue expresar siempre en voz alta mis sentimientos, mis críticas, insisto, en esta sociedad del privilegio, donde unos pocos gozan hasta el hartazgo, mientras la mayoría vive en la miseria y la desesperación. Todo esto no se perdona, por el contrario se castiga.
Me consuela el haber atendido a mis pacientes sin distinción de ninguna naturaleza. Mis colaboradores saben de mi inclinación por los pobres, que viene de mis lejanos años en Jacinto Arauz. Estoy cansado de luchar y luchar, galopando contra el viento como decía Don Ata. No puedo cambiar. No ha sido una decisión fácil pero sí meditada. No se hable de debilidad o valentía. El cirujano vive con la muerte, es su compañera inseparable, con ella me voy de la mano. Sólo espero no se haga de este acto una comedia.

Al periodismo le pido que tenga un poco de piedad. Estoy tranquilo.. Alguna vez en un acto académico en USA se me presentó como a un hombre bueno que sigue siendo un médico rural. Perdónenme, pero creo, es cierto. Espero que me recuerden así. En estos días he mandado cartas desesperadas a entidades nacionales, provinciales, empresarios, sin recibir respuesta. En la Fundación ha comenzado a actuar un comité de crisis con asesoramiento externo. Ayer empezaron a producirse las primeras cesantías. Algunos, pocos, han sido colaboradores fieles y dedicados. El lunes no podría dar la cara. A mi familia en particular a mis queridos sobrinos, a mis colaboradores, a mis amigos, recuerden que llegué a los 77 años. No aflojen, tienen la obligación de seguir luchando por lo menos hasta alcanzar la misma edad, que no es poco. Una vez más reitero la obligación de cremarme inmediatamente sin perder tiempo y tirar mis cenizas en los montes cercanos a Jacinto Arauz, allá en La Pampa.Queda terminantemente prohibido realizar ceremonias religiosas o civiles.

Un abrazo a todos.-

René Favaloro


Se fue un tipo extraordinario

Su documento de identidad decía que mi viejo nació un 25 de agosto de 1933, aunque en realidad su cumpleaños era el 23 de agosto, se ve que ...