20.10.22
Se fue un tipo extraordinario
24.8.20
80 años
Me gusta pensar que es cierto ese proverbio que
dice algo así como que “los frutos no caen lejos del árbol”.
Hoy mi mamá estaría
cumpliendo 80 años, y como casi todos los días, hoy no es la excepción, se me atraviesa algún
recuerdo, una frase, una imagen.
Les decía que me gusta
pensar en eso del fruto, porque me ilusiona que algunas de esas actitudes se puedan
ven reflejadas en mí o en las personas que me rodean y la conocieron. En los abrazos cariñosos y repentinos de mi
hijo, en la bondad de mis hermanas, en la humildad y voluntad inquebrantable de
mi viejo. Mi mamá se mantiene viva en esas costumbres heredadas, en el ponerse
en el lugar del otro, en la solidaridad, en predicar con el ejemplo, en los
sabores de determinadas comidas, en la porcelana de su querida vajilla que le
costó sudor y lágrimas. En las flores de las orquídeas, en los cientos de
carpetitas que tejiste para las personas que vos querías. En los comentarios de
sus amigas y vecinos que la recuerdan como lo que era: una excelente persona.
Por otro lado, y con el diario del lunes, pienso
que te hubiese costado mucho transitar este momento de mierda.. No habría
tapabocas que alcance para vos. Si no te callaba nadie, siempre decías lo que
pensabas no importaba a quién ni dónde, te salía la tanada de adentro. No
sabías de distancias sociales, tus salidas a comprar una pavadita podían durar
horas, ya que en el recorrido te parabas a hablar con Dios y María Santísima.
Ni hablar de las escapaditas al Bingo, imagínate 5 meses sin bingo?? Te volvés
a morir Dorita..
En su momento tuve sentimientos egoístas por no
tenerte más acá cerquita, de que no puedas haber compartido más cosas con tus
nietos, de que no hayamos podido tomar más mates juntos cuando volvía del
laburo, qué me preguntaras cómo me fue, que me acomodaras el cuello de la
camisa.. De saber que si me levantaba temprano (Costumbre heredada que no a
muchos le agrada jaja), vos ya ibas a estar despierta para acompañarme mientras
leía el diario en la cocina. Me quedé con ganas de que compartieras más con la
nueva y hermosa familia que armé. Todo eso me hizo tener mucha bronca cuando te
fuiste así tan repentinamente hace ya más de un año y medio.
Pero con el tiempo empecé a entender qué no hay
nada que entender. Que a veces las cosas pasan y listo, que tenemos que
acostumbrarnos a convivir con el dolor y con las ausencias físicas. Que a veces
el destino es irónico y mal parido. Y la forma de cicatrizar en parte esa
herida indeleble, es tratando de parecerme a vos, como te prometí mientras te acompañaba
en ese último y literal aliento. Espero estar a la altura, o lo más cerca posible,
de tamaña tarea Ma.
Te extraño,
Fer. 24 de agosto de 2020.
20.12.18
Buena, así eras
También
recuerdo que el jueves, un rato antes que partieras, le regalaste tu bolsón de
comida a tu vecina, “llevalo Susana, yo no lo voy a necesitar” le dijiste. No
lo habrás tenido todo planeado y no nos dijiste nada para no preocuparnos no?. A
vos no te gustaba molestar a nadie. No hubieses soportado que haya que
cuidarte, eras terrible con eso vieja. A tus 78 años lógicamente todo el mundo
te veía como una abuelita, independiente, con ganas, pero abuela al fin. Yo
ahora que pienso nunca te pude ver de esa manera, para mí siempre fuiste mi
mamá. La más fuerte del mundo, la que consideraba para todo. Con la que podía
contar siempre. Para mí no tenías edad. Eras el gran pilar de la familia. Ahora
entre los que nos quedamos vamos a hacernos fuertes, y a seguir por el mismo
camino pero sabiendo que tu vacío no se va a llenar nunca. Pero queda tu
esencia.
Te
costaban las cuentas de dividir, sabías curar el empacho y el ojeado. Te
gustaba jugarte algún numerito en la timba referenciando un cumpleaños,
aniversario, sueño, pesadilla, y llegabas a jugar a un número incompresible
producto de una combinación de datos astronómicos con vaya a saber qué lógica. Los
autos para vos eran todos iguales al mío. Casi nunca te comprabas un par de
zapatos que te quedara bien, porque te daba pereza probártelos y después los
tenías que ir a cambiar. Cuando alguien te venía a visitar no parabas hasta
darle algo para comer, y les ganabas por cansancio de tanto insistir. Plantaste
mil plantas en cualquier cacho de tierra que encontrabas. Le reclamabas al
carnicero cuando el corte no era tierno, o al chino del súper cuando algo lo
tenía caro. Me acuerdo que un día compraste 3 paquetes de harina en distintos
lugares para ir a decirle.. Eras así frontal, no te podías quedar callada. Eras
sencilla, trasparente, cariñosa. Tenías los ojos más dulces del planta, que
siempre todos envidiamos porque ninguno heredó.
28.5.18
El rol del periodismo en la Babel digital
El exceso de datos en las redes sociales hipnotiza y desinforma. Pero muchos lectores, alertados por la manipulación de la opinión pública, vuelven de a poco a las fuentes y eligen pagar por contenido de calidad.Por María Eugenia Estenssoro (*)
21.5.18
Carta abierta a jugadores y cuerpo técnico de la selección Argentina
Por Fernando Neira
En el fútbol como en la vida no hay recetas
infalibles para conseguir resultados, y para colmo los argentinos somos tan
disimiles, tan pasionales, tan sabelotodo. Tenemos más respuestas que
interrogantes. Escuchamos más para contestar que para aprender y no dejamos de
sacar conclusiones definitivas de un episodio particular. Conclusiones basadas
en puntos de vista anclados en circunstancias o experiencias personales que
rara vez nos permiten ponernos en el lugar del otro. Paradójicamente las únicas
dos veces que fuimos campeones del Mundo, en el banco de suplentes estuvieron
sentados César Luis Menotti y Carlos Salvador Bilardo, una de las dicotomías
favoritas del periodismo deportivo vernáculo. ¿Entonces, por dónde es, cual es
el librito que vale?Se fue un tipo extraordinario
Su documento de identidad decía que mi viejo nació un 25 de agosto de 1933, aunque en realidad su cumpleaños era el 23 de agosto, se ve que ...



