2.9.11

LA INDUSTRIA MUSICAL VIVE EL MEJOR SEMESTRE DE LA DÉCADA EN EL AÑO DE LOS MEGACONCIERTOS DE ROCK

Por Damián Kantor

ERIC CLAPTON, JUSTIN BIEBER, PETER GABRIEL, BRITNEY SPEARS, RINGO STARR Y AEROSMITH, ENTRE OTROS, BRINDARÁN RECITALES EN EL PAÍS.

De Eric Clapton a Justin Bieber; de Aerosmith a Silvio Rodríguez; de Guns N’ Roses a Britney Spears; de Peter Gabriel a Ringo Starr. De acá a fin de año, Buenos Aires se prepara para ser anfitriona de estrellas y bandas internacionales, en cantidad y calidad pocas veces vistos. Las empresas organizadoras de festivales no dudan en calificar que se trata del “mejor semestre de los últimos 10 años”. Y que la tendencia continuará en 2012, en una temporada que abrirá nada menos que con el ex Pink Floyd Roger Waters.

Detrás, en el backstage del negocio, están los dos principales grupos empresarios, que pelean por liderar la industria de los conciertos: la brasileña T4f (Time for Fun) y Fenix Pop Art Music, dos empresas nacionales que se fusionaron en abril pasado, anunciando un contrato de exclusividad para usar el estadio de River, hasta ese entonces en manos de T4f. En un nivel inferior, aparecen otras productoras, como Ake Music, MTS y Alfiz Producciones, que ayudan a completar un calendario de shows de los más variados estilos. “Hay para todos los gustos y para todos los bolsillos”, resumió Marcelo Dionisio, gerente general de Fenix.

Buenos Aires es un escenario que cotiza en alza para la industria musical. Pero existen varios factores que impulsan la llegada de tantos grupos. Dionisio lo interpreta así: “Por un lado, hay un mayor interés de los artistas por las giras en vivo para compensar la caída en las ventas de discos. Por el otro, la estabilidad económica en la región también ayuda”.

Fernando Moya, de T4f, cree que coinciden tres elementos: la estacionalidad (termina el verano europeo, temporada de festivales); los megaconciertos brasileños, entre ellos el Rock in Río, el mayor de la región y concentración natural de bandas internacionales; y las giras particulares de grandes artistas (Clapton, Justin Bieber, Pearl Jam y Britney Spears, entre otros). Pasar de Brasil a la Argentina es un trámite casi natural para los managers de las bandas. Y Brasil, hoy, es un imán. La principal razón: “Tener un dólar devaluado permite un mayor ingreso (medido en dólares) por entrada. Eso facilita la compra de artistas”, define Moya.

El negocio, de este modo, cobró mayor relevancia debido principalmente a la mayor actividad de las productoras. Un dato permite corroborarlo: a partir de la fusión, Fenix y Pop Art lograron contratar varias estrellas, entre ellas Miley Cyrus, Justin Bieber, Eric Clapton, Red Hot Chili Peppers y Roger Waters, que hará 4 shows en River (hasta el viernes ya había sumado dos funciones extra), como parte de su The Wall Tour. El grupo, el viernes, anunció el retorno de otro famoso: el vocalista Peter Gabriel.

En pleno proceso de fusión, Fenix y Pop Art decidieron, además, dividir el management de los recitales. “En esta primera etapa, distribuimos el liderazgo de los recitales para ser más eficientes”, explicó Dionisio. Esto abarca cuatro áreas: marketing (promoción), prensa, gestión comercial (venta de tickets) y producción del show.

T4f no se queda atrás. Los recitales que organizaba en River los trasladó al Estadio Unico de La Plata, un escenario de lujo (y no tan distante de la Capital) en el cual brilló U2, en marzo pasado. En ese escenario también estarán Guns N’ Roses, Aerosmith, Pearl Jam y la estrella del pop, Britney Spears.

Las grandes bandas atraen enormes cantidades de público, pero los costos son altos. Una forma de costearlos, para las productoras, es el sponsoreo. “El apoyo de las empresas es muy bueno, y representan un 25% de la recaudación”, señala Dionisio, de Fenix. Moya coincide en que representan entre el 20 y 30% de los ingresos en los megarrecitales, pero discrepa al señalar que “la actividad no está tan fuerte como otros años. Cuando hay elecciones, las marcas son más cuidadosas”, dice.

Igual, las marcas impulsan sus propios festivales, lo que favorece la convocatoria de grupos y bandas. Algunos ya son clásicos, como Quilmes Rock, Pepsi Music y Personal Fest. Fenix, por caso, quedó a cargo del Personal Fest de este año, que se realizará entre octubre y noviembre y cuyo programa incluye a Lenny Kravitz, INXS y The Strokes, entre otras figuras.

Buenos Aires tiene dimensión para cobijar a otra clase de grupos y artistas extranjeros, aunque no sean tan masivos. En ese nivel, está prevista la llegada de Judas Priest, Deep Purple, Mike Patton (ex cantante de Faith No More) y Silvio Rodríguez, el cubano que suele entremezclar poesía inspirada y política en sus canciones.

Rodríguez regresa al país de la mano de Alfiz Producciones. Su dueño, Lucio Alfiz, dice que un artista de esa talla es mejor negocio que las megabandas. “Los costos son impresionantes, y la rentabilidad, en el mejor de los casos, representa el 10% del total. El riesgo es mucho mayor”. En cambio “Silvio es buen negocio. Los costos no son grandes, tiene un público muy fiel y las entradas son más baratas”.

Aquiles Sojo, presidente de Ake Music, opina que “Es mejor negocio un artista de estadio siempre y cuando venda muchos tickets. Los cachets de artistas de estadio han subido a niveles casi inviables”, dice.

El empresario, de todos modos, sostiene que la tendencia se mantendrá. “Buenos Aires es atractiva para los artistas, siempre quieren venir. Acá tenemos una amplia población activa dispuesta a
consumir entretenimiento”, concluyó
.

23.5.11

5.4.11

El antimodelo


En tiempos de jeques, magnates rusos y banca privada, los Empacadores, ganadores del Superbowl, son la única franquicia sin fines de lucro en la NFL, la liga más millonaria del deporte mundial.


Por Ezequiel Fernández Moores


Ciento once millones de personas estaban esa noche ante la TV. Récord absoluto en la historia de Estados Unidos. La transmisión mostró el homenaje previo a Ronald Reagan. Enfocó en sus palcos a George Bush y Condoleezza Rice. Y apuntó varias veces al palco del patrón millonario del equipo derrotado. No pudo hacer lo mismo con el del ganador. Los Green Bay Packers, los Empacadores de Green Bay, flamantes campeones del fútbol americano, carecen de un dueño único. Son propiedad de 112.000 ciudadanos del estado de Wisconsin. Joe Buck y Troy Ackman omitieron el dato en su trasmisión por Fox. Hay que decirlo: la National Football League (NFL), la liga más millonaria del deporte mundial, coronó campeón a la única franquicia sin fines de lucro en el deporte de elite de Estados Unidos. En tiempos de jeques, magnates rusos y banca privada, el sistema de los Empacadores es el antimodelo.

Cada vez son más los equipos del fútbol europeo que tienen un millonario detrás de ellos. Hasta el modesto Birmingham City, que el domingo pasado le ganó al Arsenal la final de la Carling Cup inglesa, su segundo título en 163 años de historia, tiene como patrón a Carson Yeung, un millonario de Hong Kong que usa al equipo para hacer negocios en China. Un ex ministro tailandés procesado por la justicia ganó fortunas al vender el Manchester City de Carlitos Tevez a un brazo inversor del emirato de Abu Dhabi. El emirato de Qatar quiere copiarlo ofreciendo 2400 millones de dólares por el Manchester United, propiedad del magnate estadounidense Malcolm Glazer.

La TV mostró también este domingo los festejos eufóricos en su palco del empresario indio Ahsan Ali Syed, de 36 años, nuevo patrón del club español Racing de Santander. Lo compró por 30 millones de euros, un vuelto para su fortuna de 8000 millones de euros. Syed siguió los pasos del jeque Ben Nasser al Thani, otro aristócrata petrolero del Golfo Pérsico, sobrino del emir de Qatar, nuevo patrón del Málaga. La poderosa Juventus de Italia, que este lunes anunció pérdidas por 40 millones de euros, precisa 150 millones para pagar deudas y fichar refuerzos. La familia Agnelli, mecenas histórico, avisó que sólo aportará 50. La "Vecchia Signora" no podrá recurrir a otro de sus principales accionistas, la firma Lafico. Su dueño es Muammar Khadafy.

Los millonarios patrones de la NFL se ganaron un crudo retrato en Un domingo cualquiera , el film de Oliver Stone sobre la violencia y los negocios del fútbol americano. Charlton Heston hace allí de dueño arrogante del equipo que dirige Al Pacino. El Charlton Heston real es hoy Dave Snyder. El millonario dueño de los Washington Redskins demandó en 2009 a una abuela de 72 años, hincha del equipo desde 1962, porque no pudo pagar el abono, víctima de la recesión económica. Snyder y sus colegas fueron forzados en 2009 por el Congreso de Estados Unidos a modificar reglamentos para atenuar la violencia del juego. Dos semanas atrás, Dave Duerson, bicampeón del Super Bowl, economista y representante sindical de los jugadores, se mató de un tiro en el pecho. Tenía 50 años y sufría encefalopatía traumática crónica (CTE), una enfermedad progresiva que mata las células del cerebro y que parece haberse expandido en la NFL. Es la contracara del gran show. La transmisión del último Super Bowl se deleitó exhibiendo al estadio de los Cowboys de Dallas, el más lujoso del mundo, que costó 1200 millones de dólares y albergó a más de 103.000 espectadores. Unos 1250, que habían pagado un promedio de 900 dólares por su boleto, se enteraron media hora antes del partido de que no tenían asiento. La NFL lo sabía desde mucho antes. No quiso hacerlo público. El negocio ante todo.

Fundado en 1919 por empleados de la Indian Packaging Company, el equipo de los Empacadores quedó al borde de la quiebra en 1923. Más de cien mil hinchas pusieron dinero de su bolsillo para salvarlo y mantenerlo como uno de los equipos más antiguos, populares y regulares, con 13 títulos (cuatro Super Bowls más nueve ligas previas). Sus accionistas no reciben dividendos. Ni siquiera boletos gratis para ir al estadio. Sólo un papel que dice que son codueños del equipo. Eligen un comité ejecutivo de siete miembros y un manager general (Ted Thompson) que ejecuta las decisiones, por impopulares que sean, como cuando en 2008 echó al ídolo Brett Favre para darle espacio al entonces inexperto Aaron Rodgers, figura del último Super Bowl. El sesenta por ciento de la recaudación de los negocios dentro del estadio va para obras de caridad. La cerveza es la más barata en la NFL. Tiene boletería vendida por dos décadas en el estadio para 73.000 espectadores y cuando cae nieve sus hinchas van a limpiar el campo.

"Como equipo que tiene por dueño a una comunidad sabemos que jamás habríamos podido ganar el Super Bowl sin el apoyo de los hinchas." El comunicado de los jugadores Brady Poppinga y Jason Spitz, firmado también por otros cinco ex miembros del equipo, usó la conquista del Super Bowl como excusa. Salió en defensa de los trabajadores que marchan desde hace semanas por las calles de Wisconsin. La protesta, una de las movilizaciones gremiales más fuertes en Estados Unidos en las últimas décadas, se incrementó horas después de la conquista del Super Bowl. El gobernador republicano Scott Walker declaró febrero "el mes de los Packers". Y luego convocó a la Guardia Nacional para imponer un nuevo presupuesto que recortará históricos derechos laborales. La tensión alcanzó un pico este martes, bajo la amenaza de una huelga general.

De tradición demócrata, progresista y de fuertes sindicatos, Wisconsin tiene uno de los gremios de empleados públicos más grandes y poderosos de Estados Unidos, con 170.000 afiliados. El índice de desocupación y el déficit están por debajo de la media en Estados Unidos, pero el republicano Walker, dicen los analistas, busca una demostración de fuerza para convenios colectivos de trabajo. El salario medio semanal de un empleado sindicalizado es de 917 dólares. El de un no sindicalizado es de 717. Los reclamos fueron iniciados por estudiantes y docentes de la Universidad de Wisconsin, centro de duras protestas anti-Vietnam en los 60. "Es un honor para mí defender a las familias trabajadoras de mi comunidad", se sumó Charles Woodson, él sí una de las principales figuras de los Empacadores. "Shut up and play" (Cállate y juega), le respondieron los defensores del recorte. Woodson integra el sindicato de jugadores. Comparado con los salarios de docentes y empleados de salud, los jugadores ganan millones, aunque viven veinte años menos que la media en Estados Unidos y sufren la tasa más alta de lesiones.

Los jugadores libran estos días su propia batalla. La NFL, que distribuye sus ganancias en partes iguales entre los equipos, es un negocio de 9000 millones de dólares. Los dueños de los clubes ganan 4000 millones anuales de la TV y recibieron 6000 millones de fondos públicos para construir sus estadios. Quieren agrandar la torta y amenazan con un lockout patronal si el sindicato no acepta el nuevo contrato laboral. El periodista estadounidense Dave Zirin, autor de numerosos artículos sobre el fenómeno de los Empacadores y las protestas de Wisconsin, fue invitado hace unos días por la radio WORL-FM para hablar de su último libro sobre los patrones del deporte en Estados Unidos. No pudo hacerlo. Le recordaron que el dueño de la radio, Rich DeVos, es también patrón de los Orlando Magic, de la NBA. Y que él (Zirin) se había preguntado irónico en su libro si acaso los hinchas de los Magic apoyaban las invasiones a Irak y Afganistán porque DeVos tiene fuertes vínculos con Blackwater, la compañía privada de mercenarios que ejerció controles militares en ambos países. Zirin fue vetado. Igual que el antimodelo de los Empacadores. Ninguna otra franquicia podría imitarlos. Está prohibida la participación de equipos sin fines de lucro. Lo establecen los reglamentos de la NFL.

30.1.11

Cuando la literatura se anticipa a la ciencia

Por Rosendo Fraga

Jonah Lehrer, nacido en EE.UU., editor y periodista de las publicaciones de divulgación científica más reconocidas, en su reciente libro Proust y la neurociencia, sostiene que la teoría de la memoria sobre la cual el escritor articuló su obra En busca del tiempo perdido no sólo hoy parece demostrable científicamente, sino que además fue una anticipación en un siglo a lo que hoy se denominan las neurociencias.

Lehrer dice también que otros escritores de la época, como Virginia Woolf y Gertrud Stein, plantearon hipótesis, hace décadas, que la ciencia comienza a confirmar recién ahora, al comenzar el siglo XXI.

En el caso argentino, también hay ejemplos importantes de ello.

La relación entre Jorge Luis Borges y Adolfo Bioy Casares tuvo múltiples manifestaciones (entre ellas, obras literarias en común).

En los últimos tiempos ha emergido otra coincidencia: su capacidad de anticipación científica a través de la literatura.

Rodrigo Quian Quiroga es un investigador en neurociencias de la Universidad de Leicester, en el Reino Unido, y a través del cuento de Borges Funes, el memorioso –donde describe lo que sucede cuando se tiene memoria infinita– elaboró la hipótesis de que el genial escritor argentino se anticipó en el tiempo al concepto de las neurociencias, planteándolo en el artículo que publica el 4 de febrero en la revista Nature.

Para saber cuánto de intuición y cuánto de conocimiento le permitió a Borges esta anticipación, Quian Quiroga, gracias a la generosidad y disposición de María Kodama –quien confirma el interés de Borges por lo científico–, pudo revisar la biblioteca, apuntes y papeles del escritor que están en la biblioteca de la fundación que lleva su nombre.

Allí constató que Borges tenía muchos libros de ciencia, entre ellos La mente del hombre, publicado en 1902 por el inglés Gustav Spiller, en el cual encuentra bases para el artículo mencionado.

Este interés de Borges por lo científico, como dijimos, es corroborado por María Kodama.

Al mismo tiempo, Rubén H. Ríos, al conmemorarse setenta años de la publicación de La invención de Morel, sostiene que su autor, Adolfo Bioy Casares, en realidad fue el primer ciberpunk.

Sostiene que esta temática, la llamada realidad virtual, recién surge en 1969 con Ubik, de Philip K. Dick; avanza con Neuroamente en 1984, escrito por William Gibson, y tiene una culminación en el cine de Hollywood con Matrix.

En su libro, Bioy imagina una máquina que extrae la vida psicosensorial de las personas –y en cierta forma termina con ellas– y toda vida orgánica e inorgánica, para después, accionada por la energía obtenida en las mareas, proyectar sobre el espacio la segunda realidad detenida en el tiempo que en poco se diferencia de la primera.

El punto de unión entre ambas anticipaciones del desarrollo científico en varias décadas lo da el hecho de que el prólogo de La invención de Morel es escrito por Jorge Luis Borges, quien pone el relato de su amigo en un nivel filosófico al vincularlo a la cuestión de la eternidad y la inmortalidad mediante la repetición sistemática y sin fin. Laberinto e infinito no en vano han sido dos constantes en la obra de Borges. Su erudición da así una dimensión más profunda al relato fantástico de Bioy.

Cuánto de intuición o de conocimiento influyó en estas visiones sigue siendo un tema abierto y ello puede decirse también de Proust.

Pero el ministro de Ciencia, Lino Barañao, ha dicho que el argentino más citado en papers de ciencia es Borges, y eso no es ni imaginación ni anticipación, sino una verificación concreta de la universalidad y genialidad de su pensamiento.

En cuanto a las neurociencias y la literatura, quizá convenga no olvidar un poema de Vinicius de Moraes que dice: “Somos lo que recordamos y lo que recuerdan que somos”.

Se fue un tipo extraordinario

Su documento de identidad decía que mi viejo nació un 25 de agosto de 1933, aunque en realidad su cumpleaños era el 23 de agosto, se ve que ...