20.10.22

Se fue un tipo extraordinario


Su documento de identidad decía que mi viejo nació un 25 de agosto de 1933, aunque en realidad su cumpleaños era el 23 de agosto, se ve que por ese entonces en la ciudad de San Carlos de Bolivar, de donde era oriundo el viejo, eran un tanto remolones a la hora de anotarlo y se demoraron dos días en hacerlo. 

Mi viejo fue y será por siempre un gran ejemplo para mí en muchas cosas. Aprendí por acción u omisión. Me enseño cosas que me sirvieron como persona, como amigo, como hijo, y también otras que tome desde que soy padre. Ernesto no era una persona de muchas palabras, era de esas que predicaba con el ejemplo. LITERAL. Con mi viejo no existieron muchas charlas de esas que los padres modernos de hoy si tenemos, y no digo que esté ni bien ni mal. Es como fue. Sus lecturas eran los diarios, la radio, la calle.

Desde que tengo uso de memoria lo recuerdo a mi viejo trabajado. Él me contaba que ya a los 11 años tuvo que salir a laburar para que su hermana, su mamá y él pudieran comer. Perdió a su papá changarín muy chiquito y no le quedó otra que salir a buscar el mango. Mientras terminaba la escuela primaria, en una sastrería histórica del pueblo aprendió el oficio que lo acompañaría el resto de su vida. Me contaba con cierto asombro y quizás orgullo, que su casa era una de las pocas que era de ladrillo en toda la cuadra, que las demás eran prácticamente todas de barro. Y que la había levantado su padre. Me habló de su caballo, con el que iba a la escuela. Que su primer trabajo fue vender diarios. 

Al poco tiempo, para escapar de la hambruna pueblerina se vinieron a vivir a La Matanza, más precisamente a Tapiales, para luego llegar a La Talada donde continuó hasta el último capítulo. Fue ahí, donde en un taller de costura de su amigo Nicola con el que trabajaba, conoció a el amor de su vida. Una jovencita italiana de ojos verdes que recién había llegado de Italia y se convirtió en su compañera de ruta. Dorita, no les spoileo demasiado, luego de varios años, mi mamá. 

Así comenzó la historia, al poquito tiempo se fueron a vivir juntos, se casaron, perdieron un hijo varón, nació la primer hija mujer (Mabel), luego la del medio (Verónica), y por último y 20 años después!!! de su primera hija, llegó quién relata esto (Fernando), o sea yo.

Y a mis 5 o 6 años como les decía aproximadamente comienzan mis recuerdos, algunos seguramente difusos y no del todo claros, otros un tanto recreados quizás. Pero como les decía tengo el recuerdo de verlo a mi viejo todos los días levantarse muy temprano, antes de las 6 de la mañana, para ir a trabajar.
 Su rutina era más o menos así en ese entonces, a las 7 hs entraba en Atributos militares, donde confeccionaba los galones para los trajes de las Fuerzas armadas. Salía a la tarde y pasaba por un par de casas de vestir muy paquetas del centro (Giesso, Rhoders, Cervantes) a retirar pantalones, ambos, chalecos, etc para realizarle confecciones. Llegaba a casa tipo 17 hs y se quedaba cociendo hasta las 11 de la noche o más que terminaba con las prendas que al otro día tenía que entregar. 

Cientos de noches largas, de radio Colonia de fondo, de agujas, dedales, tijeras gigantes, de pedalear en la máquina de coser. De escucharlo cantar o tararear casi siempre la misma canción, esa de Cadícamo que decía más o menos así… “¡Afuera es noche y llueve tanto!... Ven a mi lado, me dijiste, hoy tu palabra es como un manto... un manto grato de amistad... 

 Y así todos los días. La vieja le daba una mano descociendo, cociendo, planchando con esas máquinas súper pesadas, era una coequiper de lujo en el taller de casa. Eso mientras nos preparaba la comida, se ocupaba de la casa y todo lo que un ama de casa de ese entonces hacía. 

Además los fines de semana el viejo tenía otra changuita por si fuera poco, era Control de entradas de espectáculos de distintas compañías cinematográficas. Y gracias a eso íbamos casi todos los fines de semana al Autocine o al cine a ver de todo. No subíamos 25 personas al Fiat 128 Super Europa y arrancaba el planazo. Comíamos en el auto todos algo que había preparado la vieja mientras mirábamos la peli. Éramos felices con muy poco por aquellos tiempos. Lo teníamos todo. Casi que no faltaba ninguna figurita en el álbum. Antes de todo esto mi viejo también fue taxista, así lo registra el reloj de aquel auto que todavía está de recuerdo en el galpón de casa, pero yo en ese entonces no había nacido y no tengo mucho registro.

Los fines de semana cuando me despertaba me gustaba pasarme a la cama de mis viejos para acostarme al lado de mi papá mientras mi vieja le llevaba mate. Ahí tuve mis mejores clases de historia. Me acuerdo desde muy chico preguntarle sobre Perón, Alfonsín, Malvinas, sobre los militares, los desaparecidos, los próceres, como le caían las bombas cerca en la Revolución Libertadora del 55 etc. Le sacaba tema sobre cualquier cosa porque en esas charlas me hacía sentir más grande. Mientras me hacía el avioncito y me levantaba por el aire con los pies y las manos. 

Otra de las grandes virtudes que tenía mi viejo era su aguante, su fuerza para reponerse a las adversidades. Mi viejo era resiliente antes que existiese esa palabra, o más aún se debería haber inventado por él. La vida le dio duro y parejo y siempre fue para adelante. No le daba lugar si quiera a la palabra depresión. Mi viejo fue un gran luchador. Pocas veces le vi derramar una lágrima, la procesión va por dentro dicen.

Allá por el año 93´ mientras tenía a su suegro internado en sus últimos días de vida (Salvador, mi abuelo materno; y el único que yo pude conocer) en uno de los reemplazos que iba a hacer para cuidarlo al hospital, un accidente automovilístico lo dejó a él al borde de la muerte. Varias semanas en terapia intensiva, pulmón pinchado, traumatismos y fracturas de todo tipo y color. No se dio por vencido, y tras un gran trabajo de los médicos del hospital Naval, lograron salvarle la vida. A partir de ahí tuvo que reconvertir su vida. Las consecuencias físicas le impidieron seguir trabajando con normalidad, y lo terminaron jubilando por invalidez. No pudo flexionar más la pierna izquierda ni la cadera, por lo tanto se tuvo que olvidar de manejar, perdiendo mucha independencia. Así y todo siguió adelante porque afuera tenia a mi vieja y a sus hijos que lo necesitaban como a nada en el mundo. En mi caso con un problemita, digamos que bastante serio de salud, del cual no me podía permitir transitarlo sin el apoyo fundamental de mi viejo. 

Ahí retomó con más fuerza el amor por sus plantas, sus cactus, la terraza se volvió su oficina al aire libre, su terapia alternativa donde pasaba horas dando vida a través de sus plantitas. Acompañado durante casi 40 años por su loro Cachito, que quería la papa, que cantaba la marcha peronista y “atendía” a los clientes de la mercería de la vieja con su clásico “Quién es…” o llamando a mi hermana “Mabeeeel”, un grande Cacho. Aunque a mí nunca me quiso mucho, creo que porque era chiquito y me tenía un poco de celos. Cada vez que podía me tiraba un picotazo posta. 

También el viejo tuvo su época de peces, de pajaritos, y los últimos años tuvo locura por mis/sus gatos. La última fue Anita, que lo acompaño hasta el último suspiro, y por la que preguntaba 148 vences por día. Dónde está la Susa?? , sobrenombre del felino mimoso. 

Siempre sentí una deuda con mis padres, creo que ellos hicieron por mí, y obvio por mis hermanas también, todo lo que estuvo a su alcance y más. Y si hay algo que no hicieron, fue por no darse cuenta. A pesar de que ahora solo tenga lagrimas en los ojos, y un dolor muy grande en el corazón que no me deja pensar mucho en otra cosa, siento un ENORME orgullo por la mamá y el papá que me tocaron. Me llena de felicidad el afecto que recibí de todos cuando le tocó el turno de irse a mi vieja hace ya casi 3 años, y en estos días con el viejo. Mensajes y palabras llenas de afecto, de cariño y respeto.  

En estos tiempos donde lamentablemente no está de moda ser buena gente, donde todos están más preocupados por aparentar esto o a aquello, por como salen en las fotos, por tener el último modelo de tal o cual cosa, me da una felicidad que me explota el pecho de ver lo que fueron mis viejos. La austeridad, la bondad y los valores con la que se manejaron en la vida, con la familia, sus amigos, no encuentro a nadie que hable mal de ellos. A pesar de todas las cosas malas que les tocaron transitar en el largo recorrido que fue su vida, creo que ellos fueron millonarios de momentos. Con sus hijos, sus nietos, sus amigos.  

Los últimos años del viejo sin su compañera fueron muy difíciles, desde todo punto de vista. Sus patologías se empezaron a agudizar, el paso inexorable del tiempo. Caídas varias, ciertos desvaríos, pérdida de audición etc. Pero como les vengo diciendo el viejo era un Luchador. Y puso toda su voluntad para seguir adelante. Desde nuestro lugar hicimos lo que pudimos para que se sienta lo mejor posible. Contra todo pronóstico, y con varias internaciones de por medio, siguió adelante.

La semana pasada llegó por última vez a la terraza de casa, donde no subía hacía tres meses, previo a la última estadía en el hospital donde ingresó con un Hemotórax y un hematoma cerebral. Con el último aliento y mucho esfuerzo subió las escaleras para ver a sus plantitas, las revisó casi una por una, dio las indicaciones de poner más tierra en algunas, no llenarlas tanto agua a otras, se comió su picadita y se sentó a tomar un poco de sol. Sin saber seguramente que iba a ser el último, o quizás él si lo sabía y por eso valió el esfuerzo. 

De su parte hizo siempre todo lo que dependió de él, hasta que su cuerpo de 88 años y de largo aliento le dijo basta, hasta acá llegamos.

En estas horas el egoísmo de ya no tenerlo físicamente conmigo me inunda el alma, pero sé que con el paso del tiempo eso ira mermando y de a poco dolerá un poco menos y el recuerdo de las cosas buenas va a emerger y prevalecer, de las cuales muchas seguramente me olvidé de mencionar en estas líneas. Del mismo dolor vendrá un nuevo amanecer dice la melodía.. y así será.

Estará en mis hermanas y en mí transmitir el legado que nos dejaron nuestros viejos a sus nietos, algunos los disfrutaron más otros menos por una cuestión cronológica. Ojalá nuestros hijos y nuestro entorno en general, vean en nosotros derramar al menos algún reflejo de todo lo bueno que fueron ellos. 

El 5 de diciembre, así de repente, sin mucho prologo como era su estilo, y en la habitación de su casa, dejó de latir el corazón de un tipo EXTRAORDINARIO al que todos llamaban Ernesto, y yo PAPÁ.

TE AMO CON EL ALMA VIEJO.

Tu hijo, Fernando.-

24.8.20

80 años

 

Me gusta pensar que es cierto ese proverbio que dice algo así como que  “los frutos no caen lejos del árbol”.

Hoy mi mamá estaría cumpliendo 80 años, y como casi todos los días,  hoy no es la excepción, se me atraviesa algún recuerdo, una frase, una imagen.

Les decía que me gusta pensar en eso del fruto, porque me ilusiona que algunas de esas actitudes se puedan ven reflejadas en mí o en las personas que me rodean y la conocieron.  En los abrazos cariñosos y repentinos de mi hijo, en la bondad de mis hermanas, en la humildad y voluntad inquebrantable de mi viejo. Mi mamá se mantiene viva en esas costumbres heredadas, en el ponerse en el lugar del otro, en la solidaridad, en predicar con el ejemplo, en los sabores de determinadas comidas, en la porcelana de su querida vajilla que le costó sudor y lágrimas. En las flores de las orquídeas, en los cientos de carpetitas que tejiste para las personas que vos querías. En los comentarios de sus amigas y vecinos que la recuerdan como lo que era: una excelente persona.    

Por otro lado, y con el diario del lunes, pienso que te hubiese costado mucho transitar este momento de mierda.. No habría tapabocas que alcance para vos. Si no te callaba nadie, siempre decías lo que pensabas no importaba a quién ni dónde, te salía la tanada de adentro. No sabías de distancias sociales, tus salidas a comprar una pavadita podían durar horas, ya que en el recorrido te parabas a hablar con Dios y María Santísima. Ni hablar de las escapaditas al Bingo, imagínate 5 meses sin bingo?? Te volvés a morir Dorita..

En su momento tuve sentimientos egoístas por no tenerte más acá cerquita, de que no puedas haber compartido más cosas con tus nietos, de que no hayamos podido tomar más mates juntos cuando volvía del laburo, qué me preguntaras cómo me fue, que me acomodaras el cuello de la camisa.. De saber que si me levantaba temprano (Costumbre heredada que no a muchos le agrada jaja), vos ya ibas a estar despierta para acompañarme mientras leía el diario en la cocina. Me quedé con ganas de que compartieras más con la nueva y hermosa familia que armé. Todo eso me hizo tener mucha bronca cuando te fuiste así tan repentinamente hace ya más de un año y medio.

Pero con el tiempo empecé a entender qué no hay nada que entender. Que a veces las cosas pasan y listo, que tenemos que acostumbrarnos a convivir con el dolor y con las ausencias físicas. Que a veces el destino es irónico y mal parido. Y la forma de cicatrizar en parte esa herida indeleble, es tratando de parecerme a vos, como te prometí mientras te acompañaba en ese último y literal aliento. Espero estar a la altura, o lo más cerca posible, de tamaña tarea Ma.

Te extraño, Fer. 24 de agosto de 2020.

20.12.18

Buena, así eras




Imagino que la mayoría de las personas considera que tiene o tuvo una mamá genial. Pero yo tengo la certeza de que tuve la mejor del mundo.



Para el que no lo sabe, Dorita, como la conocía todo el barrio, decidió irse de este plano el último jueves. Así de repente, sin aviso. Como decía mi papá cuando la buscaba para algo y no la encontraba, “no sé dónde está esta mina, desaparece así de repente”, refunfuñaba cabrón. Pero esta vez se nos fue de verdad, delante de nuestros ojos. Y digo que se fue de este plano porque una persona como mi mamá no se va jamás. Los que la conocieron un poquito saben perfectamente porque lo digo. Dora no pasaba desapercibida. 

Voy a extrañar desde lo más superfluo hasta lo más elemental. Desde que me siguiera acomodando el cuello de la camisa a los 37 años, a que cuidara y malcriara a mi pequeño Valentín. Voy a extrañar esos platitos con comida tapada en la hornalla de la cocina con la tapa de una olla arriba para que comiera algo cuando llegara de trabajar. Los mates que me cebabas a la tarde mientras escribía en la compu. Que me cuentes que en el bingo te faltó el 24 para llevarte el pozo más grande. Ese que dijiste que algún día ibas a ganar.. Se acabaron los zapallitos salteados a la no sé qué, los brócolis con no se cuánto y los buñuelos de alguna cosa verde. Abrigate que hace frío o cuidado cuando vuelvas que a esa hora no hay nadie en la calle, eran una fija a la hora de salir. Hasta me dejaste las cortinas limpias, estabas en todo vieja..

Al regresar a casa todos los días, las cosas van a estar igual que cuando las dejé, ya que ninguna mano mágica las va a acomodar. Nadie va a poner el lavarropas por mí, ni agregarme fruta en la frutera. No niego que era un poco malcriado, digamos que era uno de los beneficios por ser el menor y el que vivía más cerca de la vieja. La gran contra de eso es que fui el que menos años te disfrutó. Tus nietos te van a extrañar horrores, los peques y los grandulones. Vos no diferenciabas edades, a todos los consentías con algo. Mejor dicho con todo lo que tenías a tu alcance. Salamines para unos, Coca Cola para otros, y así.. Los habrás escuchado a Valen y Delfi gritándole al cielo para saludarte. Se les fue la Abu Dora. Absolutamente todos te van a extrañar.
A Valen le di el regalito que vos no llegaste a darle, le gustó mucho y lo abrazaba porque se lo habías dejado vos. También le armé un cuaderno en el que te empezó a dibujar, y a poner frases que me pidió que le escriba para que él las copie debajo. Así que cuando quieras babearte un poco ojéalo Ma te va a encantar.. No te llegamos a contar que este viernes en el acto de fin de año del jardín a tu nieto lo nombraron abanderado. Ayer se lo contamos a Papá y se puso muy contento y Valentín le logró robar una sonrisa sincera y genuina a su abuelo. Sonrisa que me encantó verle entre tanta tristeza que hay en sus ojos desde que te fuiste.

También recuerdo que el jueves, un rato antes que partieras, le regalaste tu bolsón de comida a tu vecina, “llevalo Susana, yo no lo voy a necesitar” le dijiste. No lo habrás tenido todo planeado y no nos dijiste nada para no preocuparnos no?. A vos no te gustaba molestar a nadie. No hubieses soportado que haya que cuidarte, eras terrible con eso vieja. A tus 78 años lógicamente todo el mundo te veía como una abuelita, independiente, con ganas, pero abuela al fin. Yo ahora que pienso nunca te pude ver de esa manera, para mí siempre fuiste mi mamá. La más fuerte del mundo, la que consideraba para todo. Con la que podía contar siempre. Para mí no tenías edad. Eras el gran pilar de la familia. Ahora entre los que nos quedamos vamos a hacernos fuertes, y a seguir por el mismo camino pero sabiendo que tu vacío no se va a llenar nunca. Pero queda tu esencia.    

Estabas cansada, se lo venías diciendo a todos. Y para no estarlo, como si fuera poco con nosotros vos te ocupabas de los problemas de todo el bendito mundo. No tuvimos una vida para nada fácil, entre papá y yo te hicimos renegar bastante y por muchos años, por mi parte sabes que el agradecimiento es eterno. Ese primer hijo que no fue, los nietos que tardaban en venir, las pérdidas, el paso del tiempo y sus consecuencias. Pero no sólo te ocupabas de las cosas importantes, sino de cosas más banales o incluso distantes. Como por ejemplo cuando hace unos meses fuiste a la panadería nueva y como la chica no había vendido casi nada en el día, le compraste 5 facturas, que era para lo que te alcanzaba, como para que no se pusiera tan mal. Cuando era chico me hiciste dudar si no era un buen trabajo la venta ambulante, porque en el colectivo le comprabas a todo aquel que pasaba ofreciendo algo, estampitas, lapiceras que no funcionaban, turrones, chocolates etc. Le querías dar una mano a todos entendí después.

Los médicos dijeron que tenías el corazón agrandado, y qué novedad. No te cabía en el pecho, eras puro amor mamá. No conozco a nadie que me haya dicho nada malo de vos, nunca jamás. Al contrario, no sabés todas las cosas lindas que dijeron de vos cuando te fueron a despedir. Sos de esas personas especiales, de las que no abundan, y no sé si de las que ya no nacen.

Te costaban las cuentas de dividir, sabías curar el empacho y el ojeado. Te gustaba jugarte algún numerito en la timba referenciando un cumpleaños, aniversario, sueño, pesadilla, y llegabas a jugar a un número incompresible producto de una combinación de datos astronómicos con vaya a saber qué lógica. Los autos para vos eran todos iguales al mío. Casi nunca te comprabas un par de zapatos que te quedara bien, porque te daba pereza probártelos y después los tenías que ir a cambiar. Cuando alguien te venía a visitar no parabas hasta darle algo para comer, y les ganabas por cansancio de tanto insistir. Plantaste mil plantas en cualquier cacho de tierra que encontrabas. Le reclamabas al carnicero cuando el corte no era tierno, o al chino del súper cuando algo lo tenía caro. Me acuerdo que un día compraste 3 paquetes de harina en distintos lugares para ir a decirle.. Eras así frontal, no te podías quedar callada. Eras sencilla, trasparente, cariñosa. Tenías los ojos más dulces del planta, que siempre todos envidiamos porque ninguno heredó. 

Ojalá ahora estés bien, más tranquila. Tomándote unos mates con Olga, tu vecina de toda la vida que se fue 10 minutos antes que vos. Acá tenemos mucho, pero mucho dolor y tristeza. Pero un orgullo enorme por vos, por cómo nos criaste a cada uno de tus hijos, por como cuidaste a tus nietos, y por todo lo que hiciste en general en tu vida. Demostraste que no hace falta terminar la primara para ser una persona buena y educada. Que cobrando la jubilación mínima te “compraste” el corazón de todo el mundo. Que con tu humildad se te abrieron las puertas de todos lados. Que esa adolescente que llegó del sur de Italia a los 16 años junto a sus padres y una hermana escapando del hambre de la posguerra, se transformó en la mujer que fuiste, dejando una huella enorme en el camino. Construyendo la familia que construiste. Acompañando a papá siempre mientras él se rompía el lomo trabajando 20 horas por día para que nos falte lo menos posible. Por todo esto y por muchas cosas más que ahora seguro me estoy olvidando entre tanta pena, no tengo dudas en decir que fuiste la mejor mamá que pude tener. Estoy orgulloso de caminar por el barrio y que todo el mundo me conozca por ser quien soy: “el hijo de Dora”.

Te amo mamá, tu hijo. Fer.-

28.5.18

El rol del periodismo en la Babel digital

El exceso de datos en las redes sociales hipnotiza y desinforma. Pero muchos lectores, alertados por la manipulación de la opinión pública, vuelven de a poco a las fuentes y eligen pagar por contenido de calidad.

Por María Eugenia Estenssoro (*)


Nunca en la historia de la humanidad, los seres humanos tuvimos tanta información al alcance de la mano como ahora. Con un clic o dos, las bibliotecas del mundo, todos los diarios, películas, documentales, programas de radio y televisión del planeta se despliegan instantáneamente (y casi siempre gratuitamente), en la pantalla de nuestro celular, computadora o televisor.
¿Qué diría Borges, frente a esta infinita biblioteca digital? “Yo, que me figuraba el Paraíso bajo la especie de una biblioteca…”, escribió en su "Poema de los Dones".
Sin embargo, este Edén tecnológiconoticias falsas y textos apócrifos y anónimos que se replican por millones en las redes sociales.
 tiene un lado B, acechado por
Son habituales las campañas políticas orquestadas por trolls para manipular a la opinión pública, como ocurrió con el Brexit en Inglaterra y el triunfo electoral de Trump en Estados Unidos. Este lado B se parece más a la Torre de Babel que al Paraíso.
Cuenta el Génesis que los hombres, en su afán por ser como dioses, construyeron una torre de ladrillos para llegar al Cielo. Por desafiarlo, Dios los condenó a hablar en lenguas incomprensibles entre ellos.
Jorge Luis Borges retoma este mito y crea “La Biblioteca de Babel”, que contiene todo el conocimiento humano. Pero los hombres pronto descubren que los lomos de los libros no coinciden con su contenido y que la mayoría, escritos en letras y en código, están plagados de incoherencias (toda similitud con la realidad es una simple coinciencia).
En este siglo XXI saturado de información, los ciudadanos corren el riesgo de estar cada vez más desinformados. Por eso, el periodismo de calidad vuelve a recobrar gran relevancia.
The New York Times, uno de los diarios más prestigiosos del mundo, tomó la delantera. Hace unos años, cuando las redacciones se achicaban por la pérdida de lectores frente a la competencia de Facebook e Internet, contrató a cientos de técnólogos para apuntalar con innovación e inteligencia artificial la tarea de de los periodistas.
Frente a las diatribas que el presidente Donald Trump descarga a diario contra la prensa independiente, el periódico neoyorquino lanzó una campaña publicitaria revalorizando el rol del periodismo como custodio de la verdad. Sus suscriptores pagos llegaron a 2 millones.
En la Argentina, este proceso ya comenzó. Un joven periodista de la nueva generación, Agustino Fontevecchia, del diario Perfil, expresó con claridad los desafíos de la prensa.
Ante el dilema de las noticias falsas y el hecho de que Google y Facebook concentran el 80% de la publicidad en la web, pero no se hacen cargo de la veracidad de la información que circula por sus redes, escribió: “Las fake news (noticias falsas) son una especie de cáncer de la web que nacen como consecuencia de los modelos de negocios de Google y Facebook… Para hacerle frente, entonces, lo que necesitamos son mejores medios profesionales que inspiren confianza y seriedad, que se ganen a la audiencia con coberturas corajudas y objetivas, aprovechando tanto la tecnología como las históricas técnicas periodísticas”.
En Europa y Estados Unidos, los gobiernos y los poderes Legislativo y Judicial están evaluando que las leyes antimonopolio y de responsabilidad editorial se apliquen a los gigantes tecnológicos.
Se estima que, en unos años, gran parte de la tarea de recolección y distribución de datos se hará con robots de inteligencia artificial. Las compañías Narrative Science y Audience Insights ya usan bots para escribir noticias deportivas y financieras.
“Ahora nadie necesita que le cuenten lo que pasa porque eso ya se lo cuentan de forma directa gracias a Internet y las tecnologías digitales”, explicó Juan Luis Cebrián, el presidente del grupo PRISA y uno de los fundadores del diario El País de Madrid. Con 18 millones de usuarios únicos en España y Latinoamérica, el editor es muy optimista. “Hay tanta confusión en las redes sociales, que la sociedad y los lectores aprenderán a elegir entre los medios vituperantes y los medios rigurosos.”
¿Qué es el rigor periodístico? Chequear la idoneidad de las fuentes, consultar a todas las partes involucradas, investigar al poder cueste lo que cueste, defender la democracia y las libertades individuales. “Lo que le queda al periodismo profesional, en un mundo inundado de información. es la reputación profesional y la calidad del análisis,” asegura Manuel Castells, especialista en redes sociales.
La prensa es una profesión protegida por la Constitución, por ser garante del derecho a la información y la libertad de expresión de los ciudadanos. Por eso no podemos dejar que se convierta en una mercancía, o en una herramienta más del marketing político y los negocios.
En medio de la convergencia tecnológica, muchas empresas periodísticas se están fusionando con compañías de telecomunicaciones, proveedores de Internet o de comercio electrónico.
Fernando Ruiz, un especialista en medios y democracia, señaló recientemente que el “periodismo puede llegar a ser un subproducto de las grandes empresas de e-commerce”. Eso sería, realmente, una mala noticia, no sólo para los periodistas sino para la democracia.
Jeff Bezos, el fundador de Amazon, la mayor empresa de comercio electrónico del mundo, compró The Washington Post en 2013 y demostró lo contrario: que el buen periodismo puede ser rentable.
El diario que denunció los casos Watergate y The Pentagon Papers, inmortalizado en las películas “Los Hombres del Presidente” y “The Post”, languidecía en medio de la turbulencia digital. Bezos lo modernizó tecnológicamente, contrató más periodistas y alentó a los editores a enfocarse en captar lectores que pagaran por información de calidad. El diario alcanzó un millón de suscriptores, superando a The New York Times en Estados Unidos.
El periodismo serio está ganando adeptos. En Argentina también. Muchos ciudadanos están volviendo a las fuentes. Quieren comprender de qué se trata. No quieren extraviarse en la hipnotizante Babel informativa. Buscan editores y periodistas confiables que los ayuden a a discernir qué es mentira y qué es verdad.
* María Eugenia Estenssoro es periodista y ex senadora nacional.
Artículo publicado en el diario Clarín. 

21.5.18

Carta abierta a jugadores y cuerpo técnico de la selección Argentina


Por Fernando Neira

Cada cuatro años un grupo de 23 futbolistas, y su correspondiente cuerpo técnico, tienen una oportunidad histórica que atraviesa incluso los límites deportivos. Estamos a pocos días de que se ponga nuevamente en marcha la esperanza de conseguir la tercera Copa del Mundo para nuestro país, después de aquellas ya lejanas epopeyas de los años 1978 y 1986.

Para no herir susceptibilidades en una sociedad tan crispada y eruptiva como la nuestra, comparto lo que dijo el otrora campeón del mundo en México ´86, Jorge Valdano, cuando le consultaron cuán trascendental era este deporte para las sociedades: “El fútbol es lo más importante entre las cosas menos importantes”.

Está claro que hay cuestiones más relevantes que el fútbol, y que aunque la selección traiga de la mano de Lionel Messi la Copa del Mundo y salga a festejar al balcón de la Casa Rosada, a los que no les alcanza el sueldo para vivir lo van a seguir padeciendo. La Justicia va a seguir siendo igual de injusta, la educación continuará tan menospreciada y bastardeada como antes, y seguiremos teniendo un treinta por ciento de la población bajo la línea de pobreza.

Tampoco los que navegan con sus lujosos yates por el Delta van a dejar de enfiestarse cada fin de semana, ni los laburantes van a dejar de transpirar el lomo para llegar a sus trabajos en menos de dos horas para que la SUBE les rinda un poquito más. Los que representan empresas offshore lo continuarán haciendo sin ningún tapujo, y los que venden sánguches de salame, con canasta de mimbre en mano por el microcentro, la van a seguir peleando para llevar el mango a la casa. El mundo no será ni peor ni mejor, está claro.

Pero a pesar de todo esto, ustedes, los elegidos para representar a nuestro país en el Mundial de futbol, tienen una importante misión por delante. Tienen una gran responsabilidad. Es un Mundial de fútbol viejo!!! La oportunidad de cerrar, por lo menos durante unas semanas, la grieta que separa a la mayoría de los argentinos. Cuentan con la posibilidad de darle una cuota mínima o máxima de alegría, depende el fanatismo de cada uno, a millones de ciudadanos que a miles de kilómetros de distancia van a estar alentándolos. También complacer a los 15 mil compatriotas que se calculan van a viajar a Rusia a cumplir el sueño de ver en vivo semejante competencia deportiva, como así también satisfacer a los que no saben en qué idioma llegar a fin de mes. Aunque muchos de ustedes estén radicados en Europa y cuenten con un status social-económico casi de otro planeta, no desconocen que en nuestro país no abundan las buenas noticias.

El filósofo alemán Karl Marx, reflexionó alguna vez que “la religión es el opio del pueblo”, dando a entender que la religión era usada por las clases dominantes como instrumento para controlar al pueblo, aliviándolo y dándole sentido a sus padecimientos mediante la idea de un mundo de dicha y promesa de vida eterna. Luego algunos intelectuales contemporáneos y detractores del deporte del balón, aggiornaron dicha frase transformándola en: “El fútbol es el opio de los pueblos”.  Existen varias semejanzas entre el pensamiento religioso y el pensamiento futbolero, y la fe es el combustible común entre ambos. ¿Y si así lo fuera qué? ¿Está mal que una vez por semana el hincha del fútbol, y en el caso de los mundiales cada cuatro años, se abstraiga de sus pesares para disfrutar y alentar a la selección?. Como si no lo fuesen a estafar, flexibilizar, engañar o perjudicar en otro momento del calendario cuando no ruede la pelota. Pero por favor, o acaso no es mejor anhelar o disfrutar de algo que nos gusta y no en algo que odiamos o padecemos como la rutina misma. Lo curioso de los que tienen una postura anti deportiva, o atea, es que sí creen en un líder, en un partido político, en una coalición etc. Al fin y al cabo todos con sus verdades a medias salpican sus creencias con esa cuota de autoengaño que hace más digerible la realidad.

Jugadores, tienen la chance de disimular algunas heridas, desilusiones, de hacer homogéneo lo heterogéneo durante por lo menos 90 minutos cada vez que entren a la cancha con la camiseta de la selección. ¿Les corresponde tamaña responsabilidad?, seguramente no. Pero no dejen pasar esta oportunidad. ¿Tienen idea de la cantidad de hijos del barrio, padres de oficina o abuelos fabriles que desearían estar en su lugar defendiendo la celeste y blanca?. No pierdan la chance de entrar en la historia. El fútbol está en nuestro ADN, en nuestro árbol genealógico mal que le pese a algunos.


Ninguno de ustedes había siquiera nacido cuando Daniel Bertoni con la 4 en la espalda vencía al arquero holandés Jan Jongbloed y ponía el 3 a 1 definitivo con el que Argentina se coronaba campeón del mundo por primera vez en la historia en el Monumental de Núñez. Y sólo algunos pocos integrantes del actual plantel jugaban con Playmobils en plena niñez cuando Diego Maradona dibujaba el mejor gol de la historia ante los piratas ingleses en el estadio Azteca, mismo escenario donde días después la selección nacional superaría a Alemania por 3 a 2 y así sumaba a las vitrinas el segundo título mundial. La gloria deportiva es eterna muchachos... 

En el certamen van a competir contra selecciones más consolidadas, con mejor preparación o respaldadas por Asociaciones mucho más serias y transparentes que la AFA. Institución que hace no mucho tiempo convocó a elecciones para elegir a su máxima autoridad, donde participaron 75 personas y la votación tuvo como resultado un 38 a 38 que desafió las matemáticas. Eso lo sabemos y consideramos, pero hay algo que no se negocia, y es la actitud. Y en la ecuación del éxito es una variable que no suma, multiplica. Los argentinos todavía tenemos lugar en el alma para guardar algunas derrotas más, pero ya no nos queda espacio para almacenar más engaño. Para eso ya tenemos un amplio abanico de políticos que se ocupan a diario de alimentar esa sensación.

Ojalá el entrenador cuente con las herramientas intelectuales tácticas para sacar lo mejor de cada uno de ustedes dentro del campo de juego. Que sepa tocar las fibras íntimas de cada futbolista que integra el plantel para que sean pacientes cuando haya que serlo, y desobedientes, en el buen sentido, cuando sea necesario. Que logre que se comprometan, que dejen los celulares de lado y se comuniquen mirándose a los ojos. Que si tienen que fermentar disidencias lo hagan dentro del vestuario, que es donde se arreglan las cosas. Que el DT les logre transmitir que jugar en la Selección Nacional no es una obligación, es un privilegio. Entiendan qué es el “fuego sagrado”, si lo comprenden van a derretir todas las barreras que se le pongan por delante en el país soviético. Y así señores les aseguro que no habrá reproches.

En el fútbol como en la vida no hay recetas infalibles para conseguir resultados, y para colmo los argentinos somos tan disimiles, tan pasionales, tan sabelotodo. Tenemos más respuestas que interrogantes. Escuchamos más para contestar que para aprender y no dejamos de sacar conclusiones definitivas de un episodio particular. Conclusiones basadas en puntos de vista anclados en circunstancias o experiencias personales que rara vez nos permiten ponernos en el lugar del otro. Paradójicamente las únicas dos veces que fuimos campeones del Mundo, en el banco de suplentes estuvieron sentados César Luis Menotti y Carlos Salvador Bilardo, una de las dicotomías favoritas del periodismo deportivo vernáculo. ¿Entonces, por dónde es, cual es el librito que vale?

Desmenuzando la anatomía de ese instante de gloria que significaría conseguir la tan ansiada copa, los argentinos seguramente nos vamos a sentir, al menos por unos días, más argentinos. Utópicamente o no, se puede ansiar que después de haber compartido esas emociones colectivas y de ir en busca de un mismo objetivo, esto genere más unión como sociedad. Que nos pongamos de acuerdo en cosas más relevantes. Porque no nos olvidemos que como dijo Valdano, el fútbol es lo más importante entre las cosas menos importantes. Y si por esas cuestiones azarosas que tiene este deporte no se logra el objetivo, parafraseando al escritor uruguayo Eduardo Galeano, quedará esa melancolía irremediable que todos sentimos después del amor y al final de cada Mundial que no ganamos. 



Se fue un tipo extraordinario

Su documento de identidad decía que mi viejo nació un 25 de agosto de 1933, aunque en realidad su cumpleaños era el 23 de agosto, se ve que ...