12.8.09

Ahora lo ven rubio y de ojos celestes...





Por Juan Pablo Varsky





"Estamos en el medio de una pelea entre Frankenstein y Drácula", me dijo el presidente de un club antes de sacar su pasaje de avión. Si no hay un drástico cambio de última hora, mañana será un día de grandes cambios. En el predio de Ezeiza, Julio Grondona les planteará a los integrantes del comité ejecutivo su intención de rescindir el contrato con Televisión Satelital Codificada (TSC, sociedad entre Torneos y Competencias y el Grupo Clarín), vigente hasta fines de la temporada 2013/14. También les anunciará que el Estado comprará los derechos del fútbol a 600.000.000 de pesos por temporada (más del doble de lo que la AFA venía cobrando) y se hará cargo de los operativos de seguridad, hasta ahora asumidos económicamente por los clubes. Si se respeta la costumbre de rendirle pleitesía, la reunión terminará con una aclamación al presidente de la AFA, devenido épico luchador por los derechos de las instituciones.

Los presidentes sumisos a Grondona están eufóricos porque creen que esta rescisión sacará de circulación a los periodistas de la empresa que han criticado sus malas administraciones. Esto los motiva más que el incremento en los ingresos de sus respectivos clubes. ¿Sabrán los dirigentes que la AFA no hace ninguna coparticipación de los 14 millones de pesos que les paga Torneos y Competencias por el programa Fútbol de Primera? Sí saben que recauda y reparte a su antojo. Les ha tocado reclamar su dinero de la televisión y recibir a cambio un cheque diferido a 60 días con la instrucción de depositarlo en una financiera de la calle Reconquista. Allí, la deducción puede llegar hasta el 25% del monto inicial. Conclusión: los clubes reciben menos dinero del que realmente les corresponde.

¿Estarán al tanto de que el monto total no se actualiza anualmente sino cada vez que hay un aumento en la tarifa del cable? Por ejemplo, en el ejercicio pasado no se pagaron 230 millones, sino 241 por este ajuste de la llamada TNB (tarifa nominal básica) ¿Dónde va a parar esa diferencia? Si la AFA es de los clubes y el dinero les pertenece, ¿de dónde sacó la AFA 340 millones para prestarles sin plazos de devolución? La selección y los sponsors no generan esa cantidad. Ahora, unos cuantos hinchas ven a "Don Julio" rubio y de ojos celestes por su decisión de liberar al fútbol de "la tiranía" de la TV. ¿Quién negoció y aceptó en nombre de la AFA un contrato hasta 2014? La misma persona que hoy quiere rescindirlo y seguirá siendo presidente de la AFA.

Grondona aprovechó el legítimo reclamo de los clubes mejor administrados del fútbol argentino (Lanús, Vélez, Estudiantes) e hizo su jugada personal. Este conflicto comenzó cuando Futbolistas Argentinos Agremiados dijo basta ante una deuda que llegaba a los 40.000.000 de pesos. Ante la difusión de los déficits y los pasivos de los clubes, luego sí se montaron los directivos. Primero, apelaron al Prode bancado como la gran solución a sus problemas. Ante la imposibilidad de generar dinero inmediato, ya que este sistema de apuestas depende de una autorización de Lotería Nacional, Grondona lanzó su pedido: "Queremos que TSC nos pague doce pesos por abonado y sacamos los codificados". De golpe, no se habló más de los clubes ni del nulo control que ejerció la AFA sobre sus malas administraciones. Llegó el ultimátum: "Tengo una oferta por el doble", gatilló Grondona.
Todos saben dónde trabajo. Me hago cargo. No me gusta que en 1991 se haya firmado sin licitación previa un contrato de 23 años de duración en un dinámico negocio cuyo monitoreo debería ser trianual. No me gusta que en un partido por abono básico o codificado haya publicidades que tapen un tercio de la pantalla. Tampoco que haya cambios de fecha hasta tres días antes de un partido por razones de seguridad o programación. Seguramente, estas situaciones ayudaron a que, para muchos, hoy la "TV" sea el gran problema del fútbol argentino, por encima de Grondona y las malas administraciones de los clubes.

Ha faltado buena comunicación. Para el hincha argentino promedio, Torneos y Competencias y TyC Sports son lo mismo y, en realidad, son dos empresas diferentes. Se dice: "TSC factura 5000 millones de pesos por año gracias al fútbol". Esto sería asumir que todos los abonados al cable ven únicamente TyC Sports y TyC Max, las señales donde se transmiten los partidos. Del 100 por ciento del rating del cable, un 14% corresponde a las señales deportivas contra un 22 de los canales de noticias y el 18% de películas y canales infantiles. Más allá de la variada oferta, en muchos lugares del país tener cable es la única opción para ver la tele. El Grupo Clarín sí podría llegar a ese monto con la facturación total de sus empresas de cable en la Argentina. A principio de los 90, tener los derechos del fútbol le sirvió como producto diferenciador para expandirse y comprar operaciones de cable por el territorio nacional. Una nueva ley de medios debería regular si está bien que un grupo sea, al mismo tiempo, dueño de derechos, canales y operaciones de cable.

Mientras tanto, el Gobierno espera. No intervendrá hasta que Grondona haga el anuncio de la rescisión. Hasta ahora es un acuerdo entre privados y no puede avalar ninguna ruptura. Pero ya tendría listo el decreto de necesidad y urgencia para la estatización del fútbol. Fue clave el eje Quilmes con las reuniones periódicas entre dos amigos de la zona como José Luis Meiszner, asesor de Grondona, y Aníbal Fernández, el jefe de Gabinete. Para Kirchner, es la oportunidad de golpear a su enemigo Clarín sin pasar por la tan anunciada como necesaria ley de servicios de comunicación audiovisual, debatida en diversos foros pero aún sin fecha de tratamiento en el Congreso. A través del Sistema Nacional de Medios Públicos, el Estado compraría los derechos en 600.000.000 de pesos. Se encargaría de la televisación de los partidos. Al no contar con la infraestructura, deberá contratar servicios de producción. Canal 7 transmitiría la fecha.

Pero el proyecto es más ambicioso: subir las imágenes de los partidos al satélite para que cualquier canal de TV (abierto o cable) de cualquier lugar del país tome la señal y la emita en su medio, aunque sin vender publicidad. Si se concretara esta liberación de los contenidos, podría darse que el clásico del domingo sea visto en los cinco canales abiertos de Capital Federal, cual cadena nacional. ¿Cómo recuperaría semejante inversión? Para empezar, aprovecharía este espacio de alto rating para ubicar la pauta oficial. También se encargaría de comercializar los derechos en el exterior y de vender la publicidad. En los 380 partidos de la temporada pasada, TSC recaudó 14 millones de pesos en concepto de publicidad. Al tratarse de un canal abierto, este número podría subir, pero difícilmente alcance para cubrir los costos.

Sin embargo, la relación costo-beneficio debe medirse de otra manera porque el Estado estaría prestando un servicio a la comunidad. En este punto, le corresponde a cada ciudadano tomar partido sobre si está bien que, en este contexto del país, el Estado ponga 600.000.000 de pesos más el dinero por la producción para que el fútbol llegue gratis a los televisores argentinos. No me corresponde adoctrinar desde la contratapa de un suplemento de un diario. Si la AFA rompe el contrato con TSC, llegará el momento de las acciones judiciales con consecuencias impredecibles.

"Estamos en la Argentina y sabemos cómo funciona nuestra Justicia", me dijo el mismo presidente que anunció el combate entre dos monstruos. Después de la reunión de mañana en Ezeiza, el hombre va derechito al aeropuerto. Ya compró los pasajes para toda la familia. Destino Vietnam, ida sola.

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