29.7.06

Declaran toque de queda en Washington

Organismos de derechos humanos protestaron contra la política que ganó impulso tras el violento asesinato de un activista en Georgetown.

Por José Díaz Briseño

Los adolescentes menores de 17 años no podrán caminar solos por la calle después de las 10 de la noche en una de las medidas de emergencia con las que la capital de EU busca calmar un incremento en el crimen juvenil.
Luego de que los arrestos de adolescentes por robo aumentaran en 82 por ciento en lo que va del año, el alcalde Anthony A. Williams ordenó este lunes que el actual toque de queda de las 12 de la noche sea a partir del próximo lunes a las 10 de la noche.
"Muy seguido los jóvenes se están involucrando en crímenes violentos", dijo Williams, al anunciar que la medida que durará en principio 90 días y que busca también detener una ola de asesinatos en Washington que registra 15 muertes en lo que va de julio.
Tal como han hecho en otras ciudades, organismos de derechos humanos protestaron contra la política que ganó impulso tras el violento asesinato de un activista en el barrio residencial de Georgetown donde participó un adolescente.
"Esto no tiene sentido. El asesinato en Georgetown ocurrió a las 2 de la mañana, después de las 12 de la noche hora del actual toque de queda. A los jóvenes que quieran delinquir no los van a inhibir", dijo Steve Block, abogado en Washington de la American Civil Liberties Union (ACLU).
Después de más de una década de drástica reducción en los crímenes violentos, el alcalde busca con estas medidas enviar un mensaje de que no se tolerará un repunte en la violencia en esta ciudad de 600 mil personas a pesar de que sea con medidas polémicas.
"Fuera de hacer más difícil para la mayoría de la juventud respetuosa de la ley el ir a una película en la noche o a visitar a amigos, uno se pregunta qué se va a lograr (con el toque)", aseguró el Washington Post en su principal editorial.
A un año de la muerte del periodista Julio Nudler

UN COMPAÑERO DE IRREPROCHABLE HONESTIDAD INTELECTUAL

Por Adriana Meyer (*)

Los redactores nuevos suelen estar muy solos. Ya no hay maestros, dicen. Pero Julio Nudler se tomaba el trabajo de leer sus textos y hacerles algún comentario crítico o lapidario, como también elogioso, aunque sólo a unos pocos. Así se empezaba a gestar una relación que excedía el saludo de rigor pero que no pasaba de un ocasional rato de charla, siempre muy jugosa y ácida. Con el correr de los años esas conversaciones eran más una catarsis sobre los padecimientos cotidianos adentro de la redacción.
Quienes retomaron la herencia de la causa sobre la “mafia del oro”, que hizo famosos a colegas y funcionarios, tuvieron que acudir a él, que descubrió la veta del caso. Siempre parecía apurado, muy en lo suyo, pero con insospechada paciencia se sentó a traducir la esencia de la maniobra económica. Y con su talento lo logró, como en sus notas. Aunque un poco irascible, era un hombre de consulta y no sólo en asuntos de economía.
Quienes compartieron más de una redacción con él lo recuerdan como gruñón y provocador, incluso hiriente, y como un jefe muy exigente cuando le tocó ese rol.
Nudler no sólo era un referente en lo suyo, y una de las pocas plumas prestigiosas que fueron quedando en Página/12. Prefería seguir trabajando durante las asambleas, lo cual lo distanciaba de algunos compañeros. Lo suyo era individual, pero cuando hubo que poner el cuerpo lo hizo, como ocurrió durante una tanda de despidos en Clarín en 1982.
Nudler tenía cáncer, y a los sinsabores habituales del trabajo se le habían agregado en los últimos tiempos los “retoques” en sus notas, las sugerencias. Hasta que un día se cansó, y escribió un panorama económico en el que puso toda la carne al asador. Él mismo sabía que era mucho, pero quería provocar un hecho. Y se produjo: aquel panorama que cuestionaba la designación de Claudio Moroni en la SIGEN, y hablaba de su relación con el jefe de Gabinete Alberto Fernández, nunca fue publicado. Según explicó el periodista en una entrevista con lavaca.org, escribió un mail en el que relataba haber sido censurado para que los amigos no se preocuparan al ver que no aparecía el panorama, dada su grave enfermedad. “Y al escribir, fue saliendo todo”, explicó.
Nudler decía haber sido censurado porque describió “un acto de grave corrupción”, que en realidad era un “refrito” de varias notas suyas ya aparecidas en Página/12. La respuesta fue un editorial del diario contra el periodista, que la asamblea de trabajadores y la UTPBA repudiaron con firmeza. Ambos respaldaron a un “compañero respetado en el gremio y de una irreprochable honestidad intelectual”, con una “impecable trayectoria y que, como muy pocos, ha alcanzado un indiscutido prestigio entre sus colegas y lectores”. Se desató una vorágine que superó incluso al propio Nudler. Por esos días se quejaba que había quedado tapado el hecho que quiso denunciar.
La asamblea de Página/12 pidió el pronunciamiento de las organizaciones “que dicen defender el derecho a la información y la libertad de prensa”. La Asociación Periodistas estalló en pedazos por las disidencias que tuvieron ante el hecho, ocurrido a fines de octubre de 2004. Nueve meses después, el 27 de julio, su vida se extinguió. Había pasado catorce años en su último trabajo, donde llegó a ser jefe de la sección Economía. Se fue con la tristeza de la duda sobre cuán útil fue haber pateado el tablero.
Nudler no volvió a escribir el panorama de los sábados, y sus notas fueron menguando hasta casi desaparecer. Pero su impronta permanece intacta en la memoria de algunos que tuvieron el privilegio de conocerlo.

(*) Periodista de Página/12 y Marca de Radio

Se fue un tipo extraordinario

Su documento de identidad decía que mi viejo nació un 25 de agosto de 1933, aunque en realidad su cumpleaños era el 23 de agosto, se ve que ...