8.10.07


Furibundo Serna (Homenaje a 40 años de su muerte)


"Viejo, me gusta el rugby y aunque reviente, lo voy a seguir jugando" - Ernesto "Che" Guevara.



---Nos situamos ahora en la capital cordobesa, al finalizar un día de clase entre septiembre y octubre de aquel 1942, Tomás Granado invitó a Ernesto a su casa donde se encontraron con los padres de Maso y sus dos hermanos: Alberto, el mayor y Gregorio, el del medio.

Los tres gustaban de los deportes, además eran aficionados al ajedrez, gustos semejantes al Pelao. No era la primera visita de Ernesto y, luego de los saludos, Gregorio le dijo sonriente: - “¿Vos venís a desquitarte las partidas que te gané al ajedrez?”

- “Sí, pero primero quiero pedirle a Alberto que me enseñe a jugar al rugby”

Al escuchar al jovencito, Alberto lo miró de arriba abajo. El coach cordobés tenía frente a sí a un muchacho endeble a quien observó con ojos críticos: "La primera impresión no fue muy favorable; además, era poco robusto y tenía los brazos muy flacos", recuerda Alberto, quien con una mueca le respondió:

- “¿Querés jugar al rugby?...

"Pobre pibe, te van a romper en dos al primer tackle”.

- “Te equivocás Mial -intervino Tomás- en el Colegio no hay otro que juegue al fútbol como el Pelao... Tomale una prueba y ya vas a ver”.

La mirada de fuego de Ernesto se clavó en su interlocutor y pronto combinaron una prueba. Quienes conocen el ambiente de rugby saben que los novatos siempre son bienvenidos y no pasan por ninguna revisión médica ni test de aptitud deportiva previa pero, a veces, hay que sortear alguna prueba de iniciación para conocer las posibilidades del aspirante:

- "Mirá, Pelao -le dijo Alberto- acá el examen de ingreso consiste en saltar por arriba de un palo y caer con el hombro. Los que vienen al rugby para hacer pinta no se animan. Los que quieren jugar pasan la prueba. Atendé que yo lo voy a hacer primero y vos después”. Se montó el escenario adecuado, Alberto se situó a varios metros y comenzó a correr, dio el salto y tuvo una caída perfecta. Sin levantarse, miró al jovencito y le dijo:

- “Bueno, mirá si vos podés. ¡Ojo! que te vas a dar un buen golpe.

Alberto hizo silencio y dijo para sí:

“... espero que este boludo se arrepienta antes de partirse un hueso”.

Ernesto salió corriendo y saltó, el cuerpo se arqueó hacia la derecha y cayó al piso duro, luego dio media vuelta y rápidamente se incorporó.

El Pelao lo miró a Alberto con ironía y éste, asombrado, vió al examinado regresar al mismo punto y repetir con éxito varios saltos.

Granado rememora: "Si no le digo basta, todavía se está tirando...".

Esa prueba, casi un rito de iniciación, la hacían debido a que el rugby estaba de moda en Córdoba, y muchos querían aprenderlo sólo por eso. Pero cuando recibían dos o tres golpes duros se arrepentían.

En ese sentido agrega Granado: “Por tal razón decidimos hacer un examen de ingreso a los aspirantes, como le hicimos a Ernesto. El que pasaba la prueba no iba a tener miedo a los golpes”.



En la foto: Nery Cambronero, Prato, los tres hermanos Granado: Tomás, Alberto y Gregorio. En el extremo derecho aparece Ernesto Guevara ("Tito" o "Fuser" como lo llamaban sus amigos)



Jugó también en Atalaya. Nota sobre Atalaya: a mediados de 1953, cuando el gobierno justicialista intervino al Club Universitario Buenos Aires (CUBA), sus equipos representativos de rugby no se presentaron a jugar en el campeonato de la Unión y los jugadores se alejaron masivamente de la institución, nucleándose en Atalaya Polo Club. Este club sobrevive hasta 1968, desapareciendo cuando militaba en Tercera de Clasificación. En 1950 jugaron entre otros Enrique y Eduardo Maschwitz; Pajarito Elizalde; Schmiegelow; Sarandon, Pasman y Ernesto Donat.

Si, en sus tiempos libres, se dedicaba a la revolución y otras yerbas.....

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