17.3.08

La pelota no se mancha, mucho menos con sangre

Por Fernando Neira


Preveía un buen partido de fútbol en la soleada tarde del Bajo Flores donde el puntero del torneo Clausura, Vélez Sársfield, enfrentaría en el Nuevo Gasómetro a San Lorenzo de Almagro, el marketinero equipo del técnico Ramón Díaz, que este martes por la noche a 4 mil metros de altura en el altiplano, consiguió una victoria histórica en la Copa Libertadores al derrotar por 3 a 2 al boliviano Real Potosi tras remontar un 0 a 2 que cerraba su paso a los octavos de final.

Como cada fin de semana, hablaríamos de goles; tiros de esquina; posiciones adelantadas y figuras de la cancha. Fui preparado para analizar las gambetas de Andrés D´Alessandro; los pases de Leonel Ríos o las definiciones de Andrés Silvera. Sin embargo, el nombre rutilante de la jornada no correspondió a ninguno de los que ingresaron al campo de juego para disputar este encuentro de la sexta fecha. El nombre que acaparó todos los comentarios fue el de Emanuel Álvarez, un socio del club de Liniers que a sus veintiún años murió al recibir un disparo en el pecho mientras viajaba en uno de los cuarenta micros que la dirigencia velezana contrató para trasladar a sus hinchas desde el Estadio Amalfitani hasta la chancha de San Lorenzo.

El homicidio ocurrió en la avenida Perito Moreno y la Autopista 25 de Mayo, en cercanías de La Quemita, el predio donde entrenan las inferiores de Huracán. La noticia tardó en llegar al estadio del Ciclón, el grueso de ambas parcialidades poblaban las tribunas del Pedro Bidegain que explotaron de júbilo cuando los dos equipos pisaron el césped al mismo tiempo. Los cuervos desataron una lluvia de serpentinas blancas mientras entonaban cantos desenfrenados. Los del fortín se hacían escuchar ya que llenaron casi toda la tribuna. El árbitro Héctor Baldasi estaba a punto de dar el pitazo inicial cuando la barra brava de Vélez ingresó encolumnadamente.
El primero que advirtió que algo malo sucedía fue el arquero azulgrana, Agustín Orión, quien corrió hacia la mitad de la cancha para alertar a sus compañeros y rivales. En menos de un minuto, se desataron los disturbios; roturas de alambrados perimetrales; invasión de cancha; peleas a trompada limpia contra los policiales; balas de goma; gases lacrimógenos y agua a mansalva apuntando a los espectadores.

En la tribuna local, los fanas de San Lorenzo miraban lo que sucedía sin comprender la razón de tanto caos cuando la pelota no había empezado a rodar. Quienes mantienen la costumbre de llevar las radios portátiles o, aquellos que tenían modernos MP3, fueron los encargados de dar las noticias. “Murió un hincha de Vélez”, “Parece que se encontraron con los hinchas de Huracán mientras venían para acá y se pelearon”; “los de la barra quieren suspender el partido para vengar la muerte del socio fallecido” e infinidad de versiones que sumaban más tensión en el ambiente. Dentro del estadio, el comportamiento de la parcialidad de San Lorenzo fue impecable. Permanecieron más allá de la media hora contada desde la salida de los hinchas visitantes, se desconcentraron en forma tranquila. La hinchada de Vélez destrozó todo lo que encontró en el predio de Huracán como protesta por el asesinato de Emanuel Álvarez.

Todavía no se sabe demasiado, se carece de información oficial sobre el crimen. Frente al Hospital Piñero donde falleció la víctima, algunos testigos coincidían en que la bala partió de un auto blanco en el que también había otra persona. Incluso, hubo quienes echaron a correr el rumor que el asesino “tenía puesta una camiseta de San Lorenzo”, algo desmentido por un dirigente de Vélez que declaró ante la prensa en la puerta del nosocomio. Hasta ahora sólo tenemos una certeza tan triste como inquebrantable, la violencia le gana al fútbol. Lo que debería haber sido un comentario deportivo se transformó en una crónica policial, nada menos que la 224º que enluta al fútbol argentino.

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Su documento de identidad decía que mi viejo nació un 25 de agosto de 1933, aunque en realidad su cumpleaños era el 23 de agosto, se ve que ...