15.2.06

MUSICALIZANDO LA REALIDAD

Por Fernando Neira
Las crónicas duras de la mayoría de los matutinos publicaron algo así respecto de la aparición de Sebastián, el nieto número 82:
Un joven de 28 años, hijo de padres desaparecidos durante la última dictadura, fue recuperado y restituido a su familia biológica. El anuncio fue formulado ayer por las Abuelas de Plaza de Mayo, que lograron así la restitución número 82 en sus 27 años de historia.
El joven se llama Sebastián y nació el 27 de marzo de 1978. En ese momento, sus padres, Gaspar Onofre Casado y Adriana Leonor Tasca, estaban secuestrados. El nombre que habían pensado para su hijo era el de José (o Josefina si era una nena); Casado y Tasca permanecen desaparecidos desde fines de 1977.
De acuerdo con la investigación realizada por Abuelas, la madre de Sebastián estuvo cautiva en el centro de detención ilegal conocido como La Cacha; el padre, en la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA). Ambos habían estudiado Derecho en la Universidad Nacional de La Plata y habían militado en Montoneros.

Pocos medios optaron por tratar la noticia por el lado más humano, por considerar cuánto tiempo perdió Sebastián. Las tardes en que sus abuelos no pudieron malcriarlo, eso que tanto les gusta hacer a todos los abuelitos. Así que desde Babilonia Periodística intentamos abordarlo desde otro lado y qué mejor que hacerlo desde la sección Musicalizando la realidad.

La letra que elegimos para ilustrar la noticia se cae un poco de madura, es "Yo soy Juan" y pertenece al periodista de nuestro rock, León Gieco, de su última placa "Por favor, perdón y gracias":
Yo soy Juan, el último aparecido
soy el hijo de la sangreme puse solo el alma adentro mío
puedo ser viento que acaricia los prados
puedo ser río para el mar puedo ser vuelo de pájaros
Aunque un golpe fuerte una zanja me abrió
te inundaré de risa con la risa que me quedó
Porque Dios no estuvo allí donde nací
Dios no estuvo allí donde nací
Yo soy Juan, el último aparecido
todas las sombras ya danzaron
alrededor y adentro mío
Nunca probé otros senos
que los que alimentaron mi grito
Llevo tus olores adentro
desde cuando fuiste mi abrigo
Aunque sea hijo de un castigo y del rigor
voy a poner el pecho a un corazón que se enfermó
Porque Dios no estuvo allí donde nací
Dios no estuvo allí donde nací
Yo soy Juan, el último aparecido
Mi sangre con oraciones
reza donde no hay Cristos
Me abrazo a tus brazos
y hablo con voces en secreto
Lloro tus lágrimas con mis ojos bien abiertos
Y aunque salí de un pozo de sepultura y suciedad
voy a pregonar en voz alta
y la memoria remendar
Porque Dios no estuvo allí donde nací
Dios no estuvo allí donde nací
Yo soy Juan, el último aparecido
Soy el hijo de la sangre
que me guía en los caminos
Canto mi canción de cuna
y el dolor me lo duelo yo
Llevo tu nombre adentro
me pongo y me saco sueños
Y aunque me han matado, un poco nomás
buscaré las palabras para contártelo y gritar
Dios no estuvo allí donde nací
ios no estuvo allí donde nací
Dios no estuvo allí donde nací
Dios no estuvo allí donde nací
Dios no estuvo allí donde nací.

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