28.10.10

Los muertos que vos matáis


Por Eduardo Aliverti

No quiero escribir desde el resentimiento, aunque siento que, en realidad, el verdadero rencor es el de aquellos a cuyo cinismo apuntará. Algunas cosas hay que sacarlas bien de adentro bajo pena de traicionarse a sí mismo si acaso, por razones de ¿elegancia? periodística, de ser modesto con los conceptos en horas de dolor y de respeto, se las guarda. Supongo, además, que varios de los conceptos a verter serán parecidos y hasta idénticos a muchos de los que acompañan las opiniones de esta edición. Mejor. Uno se sentirá reforzado con la gente, los colegas de este diario, y otros, que piensan igual o muy parecido y habrán escrito en consecuencia. En momentos como éstos, lo que justamente hace falta es juntarse más que nunca con la gente que piensa y dice y pregona como uno. Ayer, a muy poco de conocerse la noticia, me tocó encabezar la transmisión especial de AM 750. Muchos testimonios, mucho oyente, mucho correo, muchas sensaciones. Uno tiene en esto demasiados años de entrenamiento auditivo, de saber reconocer las entrelíneas de las declaraciones, de descubrir qué hay detrás de los tonos de voz y hasta de cada inflexión. Y entonces percibe, registra enseguida, no se le escapan ni las respiraciones. Percató en consecuencia la angustia auténtica de la gente común que llamaba a la radio; la que conforma lo definible desde hace un tiempo como la “minoría intensa” de la sociedad, contra la presunta mayoría invertebrada que está festejando la muerte de Kirchner. Sin embargo, a la par llamó la atención de quien firma la cantidad de llamados del tipo “no soy peronista, no soy kirchnerista, no quiero a este gobierno, pero...”. Ese pero. Ay, ese pero. Cuánto que hay en ese pero de “me parece que me di cuenta ahora, con la muerte, de que no hay nada real mejor que esto, por más que no me guste”.

Sea así o más o menos así, esa gente, esos peros, se sintieron legítimos, audaces, compungidos. Atención con esa tomada de nota de que ahora se corre peligro de retroceder, tanto que lo putearon. No tengo cómo justificar la elevación de los llamados a una radio a la categoría de sondeo representativo... salvo por eso del oído entrenado, de la medición automática de percepciones. Y también como quiera que sea, en cualquier caso es mucha gente con una honestidad intelectual, o sentimental, infinitamente mayores que las disfrazadas por los temporarios acomodaticios de las condolencias. Cobos, traidor, capaz de decir que se nos fue un gran líder. Andate Cobos, por favor. Andate. Pero no del Gobierno del que formás parte a la vez de denostarlo. Andate a tu casa, directamente. Por un instante de tu vida tené mínima conciencia del ridículo. Sólo eso, Cobos. Sólo eso. Vos y todos los demás que ahora descubrieron en Kirchner al tipo que llevaba la política en la sangre, al militante tiempo completo, al apasionado que deja un vacío enorme, al hombre de convicciones. Vos y todos los demás que hasta las 10 de la mañana de ayer definían esos flamantes méritos del muerto como la expresión del crispado que violentó a este país, del autoritario que nos volvió a las catacumbas de los ’70, del enajenado que nos lleva al caos institucional. Y vos, Van der Kooy, que a los veinte minutos de la muerte ya tenías subida tu columna gozosamente mal disimulada. Y vos, Fraga, Rosendo Fraga, asesor de Viola, del general Viola, del asesino Viola, que te permitiste elevar, con el muerto fresco, las condiciones a las que debe sumirse Cristina ahora que puede ejercer el Poder. Vos, Fraga, venís a cerrar el circuito que inauguró José Claudio Escribano, el mandamás de La Nación, cuando apenas asumido Kirchner en 2003 le puso en tapa el pliego de bajezas a que debía rendirse si quería completar el primer año de mandato: reacomodar las relaciones con el FMI, amnistiar a los milicos, romper con Cuba. Con Kirchner inaugurado, primer pliego. Con Kirchner muerto, también enseguida, el segundo: que Cristina se saque de encima a Moyano, a Moreno y a quien haga falta para demostrar que no es igual que el marido. Hasta un tipo de derechas como Federico Pinedo, pero con sensibilidad perceptiva –digamos que un caballero– le dijo al aire al suscripto “y, sí, es un poco apresurado el análisis”.

Pero no, no es apresurado. Son sus instintos más bajos, más pornográficos, de intereses de clase. Cabe reconocerles su impudicia explícita. E incluso prodigarles el reconocimiento de que además de ser así son inhábiles para solaparlo. Dejan todo más claro. Ese es, quizás y no importa si por convencimiento o por lectura especulativa de la realidad al cabo de 2001/2002, el legado más interesante y efectivo que deja Kirchner. Por las razones íntimas que fueran, partió aguas. Obligó a ponerse de un lado o de otro, cuando ya parecía imposible que la pasión política se reinstalara en la Argentina devastada de la rata. Más aun, por estas horas también se desnudan como de cocodrilo feroz las lágrimas y lamentos de quienes se allanaron a hacerle el juego a la derecha con chamuyo de izquierda cinematográfico-nacionalista. ¿Y por qué eso también es símbolo? Porque esa partida de aguas que significó y significa esta rara pero apasionante experiencia también compelió a que cada quien mostrara su vocación de poder. Algunos de la derecha explícita sacaron los tanques mediáticos, pero otros de la izquierda piripipí copiaron a Carrió, compararon a Kirchner con Menem y hace unas horas se manifiestan condolidos ¿de qué? ¿No es que eran iguales?

Por unas semanas como muchísimo, si es que se aguantan, el establishment más concentrado, el gorilaje recalcitrante y sus funcionales nac&pop se llamarán a silencio de expectación. Concluido el duelo de las buenas formas, medirán cuánto tiempo se requiere para que seguir atacando no se les vuelva boomerang. Tensarán que Cristina puede usufructuar, o que le serviría, la imagen de mujer enhiesta en medio de un drama de todo tipo, sola contra todos. Y encima, en medio de ese karma que los sigue regenteando: sus candidatos son horribles, no se les cae una idea alternativa convincente y están a años luz de potenciar a algún referente que demuestre capacidad de mando.

Si lo piensa bien, la derecha atraviesa un problema con la muerte de Kirchner: él venía a ser una suerte de reaseguro para continuar insistiendo contra el “aplastamiento de las instituciones”, el “clima de confrontación”, la “división de la sociedad” y todo el resto de pelotudeces tras cuyo parche se oculta, pésimamente, que no aguantan la afectación de emblemas con que sintieron tocados su alma y su culo. Y la de ciertos privilegios que manotearon sus bolsillos.

Ayer a la noche, el clima de congoja cedía lugar a una efervescencia, tan contenida como callejera, que detrás del dolor avisaba lo siguiente: si hay lugar de retrocesos en lo recuperado para los intereses populares, no les va a resultar fácil. La potencia política de Kirchner ya no estará, Cristina es candidata única y habrá que comprobar si su estoicismo aguanta la presión. Pero es irrebatible que queda una fuerza muy considerable que, cualesquiera sean los avatares electorales, no permitirá así nomás que se vuelva para atrás en ciertas conquistas que a la vuelta de la esquina eran extravíos utópicos.

En síntesis, eleven neo-pliegos de condiciones, festejen, gorileen, viven a las coronarias de Kirchner como antes a sus carótidas y al cáncer de Eva, supongan que se acabaron la ley de medios y que la yegua no debería soportar semejante tensión. Pero, por las dudas, uno les aconsejaría que adviertan la ya masa de gente joven politizada y movilizada y el número de los que se plantean lo que hay enfrente de lo que putean.

Murió Néstor Kirchner

Néstor Kirchner, ex presidente de Argentina entre 2003 y 2007, diputado y marido de la actual presidenta, Cristina Kirchner, murió este miércoles a los 60 años en El Calafate de un infarto, informó el médico presidencial Luis Buonomo.


El ex presidente se encontraba con su esposa en la residencia familiar en esa localidad de la provincia de Santa Cruz, cuando sufrió una descompensación y debió ser trasladado a un hospital de urgencia.


Kirchner tenía dos hijos, Máximo de 32 años y Florencia de 19, fruto de su matrimonio con Cristina, a quien conoció mientras ambos estudiaban Derecho en la Universidad de La Plata.


El diputado, líder del gobernante partido Justicialista y secretario general de Unasur, ya había sido intervenido en febrero pasado de urgencia por una afección en la arteria carótida derecha y en setiembre sufrió una obstrucción en una arteria coronaria.


Su muerte produjo reacciones de consternación en Latinoamérica. "Ay mi querida Cristina... Cuánto dolor!", escribió el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, en su cuenta de Twitter (@chavezcandanga).


"Qué gran pérdida sufre la Argentina y Nuestra América! Viva Kirchner para siempre!!", añadió el mandatario venezolano, un cercano aliado de los Kirchner.


"Siempre tuve en Néstor Kirchner un gran aliado y fraternal amigo. Fueron notables su papel en la reconstrucción económica, social y política de su país y su empeño en la lucha común en la integración sudamericana", recordó el presidente brasileño Luiz Inacio Lula da Silva, que decretó tres días de luto oficial.


"Estoy impactado por la sorpresiva muerte de un amigo y compañero de la construcción de una América Latina sin exclusiones", dijo en Asunción el presidente paraguayo Fernando Lugo.


En el mundo del rock también hubo repercusiones, desde su blog, Andrés Calamaro posteo la siguiente carta:


Tengo suficiente argentinidad y memoria capacidad de análisis y corazón … estoy seguro que la historia va a confirmar que Néstor fue el mejor presidente argentino de los último cincuenta años y quizás en argentina cincuenta años sean… siempre el único que atendió a madres y abuelas y el único que madres y abuelas respetaron y quisieron quien anuló los indultos que perdonaron el horror de la dictadura y sus crímenes Néstor, que devolvió la ilusión a un pueblo herido, inestable y crítico el único que enfrentó al empresariato y a los poderes que históricamente habían pactado con dictaduras criminales y con expolio imperial, el de la Argentina que enamora a los visitantes que llegan y quieren quedarse y respirar país … personalmente conocí poco a Néstor K quizás poco pero suficiente … me recibió como un ciudadano y amigo, recibí una llamada de Néstor un 30 de diciembre sólo para contarme de su emoción húmeda al leer la carta de mi hermana Hebe recordando la militancia de los artistas en los setenta “el flaco de pelo largo y anteojos” que ayudaba a mi hermana preñada de mi sobrino juan fue amable y cariñoso con mi padre y con mi hermano tenía un proyecto para el país heredó una crisis violenta; la catástrofe social del 2001 (odisea en el espacio) y devolvió la esperanza y Argentina volvió a caminar con Néstor … una mañana viajé en al avión del presidente elegí que mi relación con la dirigencia K sea una cuestión personal con la cercanía que brinda el respeto y la lealtad … el proyecto Kirchner, con lo peor de Argentina en contra no tanto en el terreno de la opinión, porque somos libres de expresión … no tenemos suerte con la política en Argentina y se me llena el corazón de pena entre tanto rigor y habiendo perdido, la piel se nos curte pero siento que se fue alguien cercano viva Kirchner para siempre!”.


Kirchner será trasladado a Buenos Aires para el velatorio habitual que reciben los ex mandatarios en el Congreso de la Nación.

Se fue un tipo extraordinario

Su documento de identidad decía que mi viejo nació un 25 de agosto de 1933, aunque en realidad su cumpleaños era el 23 de agosto, se ve que ...