30.5.06

Aniversario de Ricky Espinosa

A cuatro años de la muerte del “último punk argento”

Por Fernando Neira

No me interesa saludarte, ni contarte nada sobre mi vida... ni tus guiños cómplices ni tus palmadas sobre mi espalda, pueden hacerme sentir que la vida continúa... A que grado vas?... Que vas a hacer cuando crezcas???... Voy a ser tu asesino, el asesino de tu herencia... Yo no te voy a matar, pero lo que es peor cuando estés agonizando y estires el brazo para agarrarte de algo... yo voy a estar tirado en la cama masturbándome mirando como se cae el techo..." Ricky Espinosa


Ese trágico 31 de mayo de 2002, Ricky y sus músicos de Flema festejaban la edición de su octavo y último disco titulado “Cinco de copas”. Según cuentan sus amigos, estaba jugando al Playstation; se puso de pié y repentinamente se arrojó al vacío desde el quinto piso del departamento que su guitarrista, Luichi, tenía en el barrio Güemes del sur bonaerense. Quienes estaban con él, aseguran que no hubo ningún tipo de aviso o señal, fue la última de las locuras del líder del under-punk criollo.
Muerto a los 34 años, con 14 de carrera, se convirtió en un mito, el icono del artista que vivió al límite tanto sobre el escenario como en su vida personal.
Son muy recordados los recitales que daba con Flema, y también con Flemita -su banda paralela de covers que mantenía junto a otros amigos punks-, especialmente los que hizo en Cemento. Seguramente quedaron en la historia como unos de los más salvajes del rock nacional. Los que estuvieron presentes, no me dejan mentir, vieron como los miembros de la banda se comieron una torta llena de escupitajos de los espectadores y de ellos mismos sobre el escenario, algo totalmente repugnante. Una “comunión con su público” como la llamaban ellos.
Flema grabó 8 discos y se presentaron por toda la Argentina y también hicieron algunas pequeñas giras por países vecinos, pero a pesar de todo esto nunca fueron masivos en cuanto a público y ventas. Sin embargo, compartieron escenario con figuras internacionales ya que fueron teloneros de The Offspring, Marky Ramone y Green Day, donde su público los hizo sentir a la altura de las circunstancias.
Ricky también se dio el lujo de componer un disco solista al que tituló ingeniosamente “Vida espinosa”, un álbum que contenía un famoso tema ilustrativo de su forma de vida y cuyo estribillo repetía “Si yo soy así no es por culpa de la droga, si yo soy así no es por culpa del alcohol”.
Sebastián Duarte, un periodista y amigo de la secundaria de Ricky en el colegio Arcamendia de Barracas (donde vale aclarar nació la iniciativa de tocar rock, al igual que la de miles de jóvenes estudiantes), publicó el año pasado una biografía acerca del cantante de Flema, y ahí pone en duda la razón del suicidio tal como fue presentado. Aunque en realidad él no duda que Ricky se allá tirado del departamento, de lo que desconfía es de su estado en ese momento, de si estaba conciente o no, de si había perdido la conciencia por estar demasiado “zarpado”.
Lo cierto es que unos pocos músicos se acercaron al velatorio para despedirlo, entre ellos Niko Villano y Cristian Aldana (voz y guitarra de “El otro yo”), quién recuerda que es ese momento pensó que esa era una más de sus bromas.
Todos los 31 de mayo se produce un mismo ritual en el cementerio de Avellaneda: centenares de fans se acercan al nicho 31 E para conmemorar el aniversario de la muerte de Ricky Espinosa. Seguramente mañana vuelva a suceder lo mismo.
A pesar de todas las locuras de Ricky, fue un tipo transparente, un tipo que no traicionó sus ideales y que predicaba sus canciones en la vida real. Se puede estar de acuerdo o no con su ideología o sus pensamientos anarcos, pero de lo que no se puede dudar es que él los cumplió a rajatabla.

Se fue un tipo extraordinario

Su documento de identidad decía que mi viejo nació un 25 de agosto de 1933, aunque en realidad su cumpleaños era el 23 de agosto, se ve que ...