16.5.09

Toda la carne al asador


Por Fernando Neira (*)




Como si se tratase de una elección presidencial y no una de término medio, el líder del PJ, Néstor Kirchner, se puso el delantal de parrillero y se cargó en el lomo la responsabilidad de “garantizar la gobernabilidad del mandato de Cristina Fernández”, según sus propias palabras.


Se trata de algo así como pregona el tango Sur de Homero Manzi paredón o después, o la famosa frase futbolera de la gloria o Devoto, para lo cual se ha acudido a una serie de artilugios ya mencionados en este medio, como las candidaturas testimoniales, los postulantes nómades o la incorporación de figuras del espectáculo para traccionar votos. Ahora bien, cabe analizar por qué el ex gobernador de Santa Cruz tomo tal protagonismo en la conformación de las listas para las elecciones parlamentarias del 28 de junio y por qué las considera tan importantes. ¿Será como denuncia la oposición porque nunca dejó verdaderamente las responsabilidades que tenia cuando era primer mandatario o porque ve debilitada la imagen actual del gobierno nacional encabezado por su esposa?


Lo cierto es que el kirchnerismo no tiene una buena noticia electoral desde aquel categórico triunfo con el 47 por ciento de los votos en las presidenciales del año 2007, y su mentor lo sabe. Kirchner debe remediar en el corto plazo una coyuntura política que no le es del todo favorable, que comenzó a desgastarse a partir de las medidas impositivas que despertaron diferencias con sectores agropecuarios a mediados del año pasado y que se hicieron carne con el voto “no positivo” de la Resolución 125 de Julio Cobos en el Senado. Si a este panorama le sumamos la inflación acumulada de los últimos trimestres, el estancamiento de sectores productivos claves para la economía y la crisis financiera mundial, es un combo cuanto menos comprometido.


Quizás este fue el cuadro que divisaron desde el oficialismo a la hora de tomar la determinación de adelantar los comicios que estaban previstos para octubre y al momento de optar por refugiarse bajo el ala de cierto sector del pejotismo tradicional y de establecer alianzas con algunos caudillos del conurbano. Más allá de las declaraciones apocalípticas, que deben ser tomadas como tales, que hablan de “volver a la crisis del 2001” si alguna agrupación suma o resta bancadas en las cámaras, es cierto que las elecciones de termino medio suelen marcar una tendencia. Pero no por esto el electorado debe atemorizarse y pensar que con la acción del voto puede causar un mal mayor. En todo caso podrá marcar, en mayor o menor medida, la discrecionalidad del poder de turno, o de mantenerlo si se está de acuerdo con él.
(*) Artículo publicado en la revista política Cuarto Intermedio (http://www.cuartointermedio.com.ar/)

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