20.8.12


El espíritu olímpico


Por Ezequiel Fernández Moores 


Veo cómo disfrutaron los políticos y puedo entender por qué los emperadores romanos querían que los Juegos fueran anuales". La ironía tan británica de Lord Colin Moynihan, remero de Oxford, medalla de plata en los Juegos de Moscú 80 y ex ministro de Deportes de Margaret Thatcher, graficó el fenomenal éxito de los Juegos Olímpicos que concluyeron el domingo en Londres. ¿David Cameron fue Nerón? ¿El erudito alcalde de Londres Boris Johnson (ilustración), ganador "político" de los Juegos, fue Calígula? Moynihan anunció que en noviembre cesará como presidente del Comité Olímpico de Gran Bretaña (BOA). Hacía meses que había perdido su batalla para excluir de por vida de los Juegos a los atletas británicos positivos de doping. Y que su amigo, Lord Sebastian Coe, le ganó un round más pesado por el presupuesto de los Juegos. El ex bicampeón olímpico es el otro gran ganador de Londres 2012. Coe ya suena como presidente de la Federación Internacional de Atletismo (IAAF) si en las elecciones de 2015 vence al ucraniano Sergey Bubka. Sería el primer paso para llegar en 2025 al trono mayor: presidente del Comité Olímpico Internacional (COI). 
El COI, que cuenta ocho presidentes en 118 años, se reunirá el 7 de setiembre de 2013 en Buenos Aires para elegir al sucesor del belga Jacques Rogge. El alemán Thomas Bach, oro en esgrima en los Juegos de Montreal 76, es, desde hace años, el gran candidato. La lista incluye también a los suizos Denis Oswald y Rene Fasel. Quienes quieren poner fin al dominio europeo hablan del banquero puertorriqueño Richard Carrion. Un cambio aún más drástico sería la marroquí Nawal El Moutawakel, primera africana ganadora del oro olímpico, en los 400 metros con vallas de Los Angeles 84. ¿Aceptaría el COI, que tiene apenas 16 mujeres entre sus 107 miembros, a una mujer como presidente? Fuentes europeas me dicen desde Londres que Asia empuja con fuerza con dos candidatos: el taiwanés Wu Ching-kwo, que, supuestamente, limpió la corrupción dentro de la Asociación Internacional de Boxeo Amateur (AIBA), y el chino Ng Ser Miang, diplomático y empresario de medios y de transporte en Singapur. Asia tuvo un candidato poderoso antes de Rogge, el surcoreano Kim Un Yong. Su ascendente carrera se cortó cuando cayó preso en Seúl, condenado por recibir sobornos por más de 3 millones de dólares. 
Según el Congreso de Estados Unidos, Yong trabajó en plena dictadura de los 70 para los servicios secretos de Corea del Sur, bajo el nombre de Mickey Kim. Desde la cárcel comunicó en 2005 su renuncia al COI. Así evitó que lo expulsaran, porque también había sido acusado de corrupción en la votación de Salt Lake City como sede de los Juegos de Invierno de 2002. Antes del desastre, Yong era uno de los dirigentes deportivos más poderosos de Asia, presidente de la Federación Mundial de Taekwondo (WTF), competidora de la Federación Internacional de Taekwondo (ITF), una pelea enmarcada en la división de las dos Corea. Yong, que también era vicepresidente del COI, logró que el taekwondo de la WTF ingresara en los Juegos Olímpicos. El libro Los Nuevos Señores de los Anillos cuenta que lo logró repartiendo automóviles Mercedes Benz. 
El taekwondo argentino también tuvo una historia agitada. Tomó forma institucional en 1978 por obra de Edgar Pérez Colman, quien venía de cumplir tareas diplomáticas en Corea del Sur. En 1998, tras la salida del presidente Rogelio Lomazzo, procesado por quedarse con el dinero de las becas de los deportistas, se produjo un vacío en la Confederación Argentina de Taekwondo (CAT). El coronel Antonio Rodríguez, presidente del Comité Olímpico Argentino (COA) durante 28 años, aprovechó para poner allí a su amigo Julio Cassanello. El ex presidente de Quilmes había perdido la representación del fútbol en el COA y precisaba un deporte olímpico para mantenerse como delfín del coronel. Aprendió lo que era un tatami y, quince años después, de la mano de Rodríguez, terminó asumiendo como presidente del COA. Su pasado como intendente de Quilmes durante la dictadura le pasó rápida factura. Duró apenas tres años. 
La partida de Cassanello reabrió internas que estallaron dentro del taekwondo argentino. Se denunciaron golpizas dentro de la sede de la CAT, en Scalabrini Ortiz al 600, que incluyeron traumatismos de cráneo, pérdidas de conocimiento, heridas sangrantes, rostros desfigurados, patovicas, trofeos y muebles destruídos y ambulancias del SAME, además de otros relatos que hablan de pastillas gamexane arrojadas en pleno torneo y, en tiempos no tan lejanos, dirigentes que sólo permitían competir a deportistas que compraran determinadas pecheras electrónicas, falsificaban actas del COA y se quedaban con ropa de Adidas. La intervención dictada por la justicia, encargada a Pérez Colman para llamar a elecciones en 90 días, duró dos años. Suspendida del Registro de Entidades Deportivas mientras durara la intervención, la CAT no podía recibir dineros oficiales. Hubo que hacer malabares para no perjudicar a los deportistas, hasta que una acción conjunta del nuevo COA y de la Secretaría de Deportes ayudaron a que, finalmente, hubiera elecciones en 2011, "ganaran los buenos", como me dice mi fuente, y se normalizara la situación. Administraciones más ordenadas y los nuevos dineros del Enard ayudaron este año a que los atletas argentinos llegaran a Londres con una preparación inédita, sin las quejas habituales de Juegos anteriores y con una actuación que sumó disciplinas, diplomas y finales, aunque el medallero final haya marcado un leve retroceso. ¿Pero, así como la CAT tuvo su historia, sabemos lo que sucede dentro de otras Federaciones? ¿Sabemos si, al margen de los cientos de dirigentes comprometidos, hay otros que se atornillan en cambio en el trono? ¿Hasta dónde tiene posibilidades el Enard con su actual infraestructura técnica, de fiscalizar si sus dineros, que son públicos, se destinan a la mejor preparación posible o a la que decide el criterio solitario del atleta o de su entrenador? 
La historia indica que el país anfitrión suele triplicar sus medallas. Pone más dinero en el deporte para no pasar papelones en casa. Sin embargo, muchos citan ahora el fácil modelo de Gran Bretaña como ejemplo a seguir. Debaten, especialmente en la Europa en crisis, hasta qué punto se puede exigir mayor inversión para ganar medallas olímpicas cuando, por otro lado, se recorta la educación y la salud. Cada país tiene su debate interno. Francia, maestro de esgrima, se pregunta por qué no llegó siquiera a una final de su especialidad. Hasta Estados Unidos, ganador final, critica porque su atletismo no ganó ninguna prueba de velocidad. Otros países se preguntan si el semillero es el club o la escuela. Si los dineros oficiales deben privilegiar la base o la élite. Si hay que fabricar campeones olímpicos sólo para sumar medallas o si el objetivo es inspirar a la población a que haga deporte. ¿Por qué hace más de medio siglo deportes como el ciclismo o el básquetbol convocaban multitudes en competencias internas en la ruta o en el Luna Park? Hay más preguntas: ¿el esfuerzo de los atletas, acaso similar al de millones de ciudadanos anónimos que no salen por TV, es la mejor cara de una nación? ¿Cómo atraer inversión si al sector privado sólo suele interesarle el campeón? ¿Y hasta qué punto el Estado, que aporta el dinero que forma al campeón, tiene poder para intervenir en decisiones de Federaciones que son autónomas y eligen si la beca, por citar un ejemplo, es para un veterano consagrado o para una promesa que apunta? 
Brasil, obligado porque los próximos Juegos de 2016 serán en Río de Janeiro, anuncia que triplicará el apoyo a sus deportistas. Quiere ganar al menos 30 medallas y entrar al top ten de unos Juegos que, así como sucedió antes con el taekwondo, ingresarán en Río al golf y al rugby de siete, deportes de patrocinio asegurado. El presidente del Comité Olímpico Brasileño (COB) desde 1995, Carlos Artur Nuzman, hoy cuestionado porque la cosecha de Londres tuvo menos oros que los esperados, dijo hace poco a la revista Piauí que su dirigente modelo era Joao Havelange, su compatriota miembro honorario del COI, del que se fue este año, acusado de corrupción. Río 2016 albergará los primeros Juegos en América del Sur. Será un compromiso mayor para una región que, en su gran mayoría, sólo se apasiona medianamente por otros deportes cuando llega la cita olímpica. Porque en América del Sur, antes y después está el fútbol, que no es un deporte. Es una religión. 

Se fue un tipo extraordinario

Su documento de identidad decía que mi viejo nació un 25 de agosto de 1933, aunque en realidad su cumpleaños era el 23 de agosto, se ve que ...