7.9.07

Ya no somos un pueblo lector

Para el ámbito de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires hay 46 bibliotecas populares en el 2005 y 53 al 2006 y 21 públicas

Por Elena Luz González Bazán

El avance descontrolado de la televisión, cibernética, internet, telefonía celular, juegos por internet, chateos y otras yerbas han promovido peligrosamente el camino hacia la falta de interés por la lectura.Argentina fue un país con un alto nivel de libros leídos por habitante, 13 per cápita en la década del setenta se han transformado en menos de un libro hacia principios de siglo XXI.
Este desandar por el interés de ser lectores de una vasta bibliografía que abarca todas las disciplinas, no sólo atenta contra los niveles del acceso a la cultura, la información, el mejor nivel de lenguaje, la cultura general, el conocimiento del pasado, el recorrido por la literatura universal, latinoamericana y nacional, es también el lamentable camino de transfigurarse en un ser pasivo frente a la televisión, la cibernética, el juego, la atracción adicta de la telefonía celular.
Es de alguna manera, ineludible, el regreso a la oscuridad. Los adolescentes actuales no manejan más de un promedio de dos mil palabras de una lengua rica en vocablos, adjetivos, sinónimos, adverbios y verbos, confrontado con las generaciones adultas el retraso es pasmoso.La lectura promueve la actividad, se enfrenta a esa realidad palpable que motiva formas de conciencia, origina preocupaciones y genera maneras de participación. Favorece la discusión y el intercambio de pensamientos y debates de ideas. El discernimiento que provoca la lectura no puede ser comparada con la utilización de la computadora, si esta, como está sucediendo, se transfigura en un elemento esencial y dominante.
Argentina se ha caracterizado por su vastísima cultura, su composición social en ascenso, la preocupación de las diversas corrientes políticas sindicales para influir sobre el naciente movimiento obrero.
Manifestarse por las diversas formas de expresión educativa, cultural y comunicacional, artística, literaria y plástica, las formas musicales, la pintura en todos sus matices. La poesía ha sido un elemento cotidiano en la vida popular, hoy desaparecido del desarrollo humano.
Esta, la literatura, la narrativa, la poesía conforman expresiones variadas de una forma de expresión activa y conciente.La investigación, la historia, la sociología, toda la riqueza de las ciencias humanas, naturales, exactas son un motor fundamental para adquirir conocimientos y producir el interrogante frecuente, la búsqueda de la verdad.
Es conocido el amplio abanico de periódicos, diarios, revistas, bibliotecas, editoriales que nacieron en nuestro país como la mejor expresión de ese ascenso social y conciente de las clases obreras y trabajadoras.Las bibliotecas populares, públicas, de sindicatos y otras organizaciones sociales fueron el mejor testimonio de esta avidez por la lectura y la comprensión adquirida a través del LIBRO.Un informe del año 2005 llevado adelante por un equipo interdisciplinario coordinado por Guillermo Celaya y Mercedes Vega Martínez, elaboró un trabajo de 186 páginas donde exponen minuciosamente la realidad de las bibliotecas populares y públicas.
En dicho trabajo: Aportes para interpretar la realidad de nuestras bibliotecas públicas y populares, queda manifestado sobradamente la situación en que se desarrollan en la actualidad las bibliotecas públicas y privadas.Con el sugestivo título de ¿Buenos Aires lee? Encontramos los lugares donde están ubicadas dichas estructuras culturales y educacionales de acuerdo a los Centros de Gestión y Participación, en total 16 CGPs que abarcan la totalidad de los 48 barrios porteños reconocidos como tal, que pronto serán reemplazados por las Comunas, cuyas nuevas autoridades se llevarán adelante el 10 de agosto del 2008.
Por un lado, el análisis de la disposición poblacional de la Ciudad de Buenos Aires encuentra que la distribución de los habitantes capitalinos es relativamente homogénea, un rango que va entre el 4 por ciento y el 9,2 por ciento para cada uno de los Centros de Gestión y Participación. Pero en el caso del repartimiento y emplazamiento de las bibliotecas no presenta la misma sincronía; por el contrario, hay CGPs donde no hay bibliotecas y otros CGPs donde existen un conjunto importante de ellas.
En el CGP 2 Norte no hay bibliotecas, este Centro abarca el barrio de Recoleta. En el CGP 5 hay sólo una biblioteca, este Centro abarca los barrios de: Nueva Pompeya, Parque Chacabuco y Boedo, según este relevamiento hay una biblioteca pública. En el CGP 1 que abarca los barrios de Retiro, San Nicolás, Montserrat, San Telmo, Constitución y Puerto Madero hay tres bibliotecas populares y tres públicas. En el CGP 2 Sur, los barrios de Balvanera y Almagro y Palermo hay tres bibliotecas populares. En el caso del CGP 7 que abarca los barrios de Flores, Parque Avellaneda, Caballito y Parque Chacabuco hay 7 bibliotecas populares y 1 pública.
Otro de los CGP con mayor concentración de bibliotecas es el Nº 11 con partes de los barrios de Villa Crespo, la Paternal, Chacarita, Villa Mitre, Villa del Parque y Agronomía también tiene 7 bibliotecas populares y 2 públicas.
Los otros CGP presentan variaciones pero, entre todos los centros bibliotecarios, en el espacio capitalino conforman la irrupción de las formas culturales y el abastecimiento diario para su población.
Este relevamiento, que como dijimos data del 2005, muestra una larga tradición que en muchos casos llegan o superan los 100 años de existencia.El sistema bibliotecario argentino- Biblioteca Nacional Ubicadas en el ámbito de la actual Ciudad de Buenos Aires, se encuentran la Biblioteca Nacional, creada en 1810, donde se calcula que hay más de un millón de libros, ingresan a consultar más de 20.000 personas por internet y concurren, en los últimos años, un promedio de 180.000 visitantes.

Biblioteca el Congreso
En cuanto a la Biblioteca del Congreso de la Nación y la Biblioteca Nacional de Maestros, más allá de las especificidades de esta Biblioteca, están los servicios que brindan y las colecciones que hay en sus grandes anaqueles, que pueden ser disfrutadas por todo el público que asiste, que tiene, como es de esperar una amplitud de gustos e intereses. -

Bibliotecas Públicas y Provinciales
Estas bibliotecas dependen de los respectivos gobiernos provinciales. Además, hay que sumarle las bibliotecas de los municipios, alrededor de unas 200 bibliotecas.-
Bibliotecas Populares
En la geografía nacional hay, según la información suministrada por la CONABIP, 2007 bibliotecas populares. En la Capital Federal hay 53 bibliotecas. En cuanto a las bibliotecas populares, en la más reciente provincia argentina: Tierra del Fuego hay cinco bibliotecas populares y en la provincia de Buenos Aires: 513 bibliotecas a lo largo y ancho de toda su geografía.
A todos estos edificios culturales debemos agregar las bibliotecas que hay instaladas en las universidades, establecimientos educativos, institutos de niveles secundario y terciario de mayor envergadura. Hay también bibliotecas escolares de nivel primario, donde sostenían en dicho informe que son insuficientes y variables. El Censo Nacional de 1994 arrojaba que teníamos una población estudiantil y preescolar de: 9.910.528 alumnos quienes cursan en 45.477 establecimientos e institutos privados y del Estado. En 1997 la Asociación de Bibliotecarios Graduados de la República Argentina (ABGRA) en su publicación del Directorio de bibliotecas argentinas, editado en 1997 existen en el país 4.239 bibliotecas de diverso tipo. La mitad, aproximadamente, son bibliotecas públicas, de las cuales más de 1.800 son bibliotecas populares. En la página de internet de CONABIP figuran 2007.En la página de la CONABIP se lee lo siguiente: ¨Cabe señalar que el sistema bibliotecario público argentino se identifica básicamente con el servicio público general y de inserción local que brindan las bibliotecas populares, asociaciones comunitarias de particulares, cuya importante labor educativo-cultural en todo el país, llega inclusive hasta los lugares más recónditos de nuestro extenso territorio, contando con el apoyo y el fomento de la Comisión Nacional Protectora de Bibliotecas Populares (CONABIP), en el marco de la Ley 23.351 de Bibliotecas Populares¨.
La primera Biblioteca Popular Argentina fue la Sociedad Franklin, se fundó el 15 de abril de 1866, en la provincia de San Juan, cuna de Sarniento e inspirador de este tipo de bibliotecas, siguiendo el modelo de las sociedades de lectura creadas con suscripciones en los Estados Unidos. Domingo Faustino Sarmiento tuvo la certeza de que la evolución de la sociedad argentina hacia estilos de vida más avanzados dependía de un sistema de educación popular amplio y permanente que debía ser acompañado de un programa de bibliotecas populares que difundiera el libro y la lectura. Proponía a la escuela y a la biblioteca popular juntas para ensanchar los horizontes del alma y del pensamiento del pueblo.
Así impulsó un proyecto para la creación de bibliotecas populares y apoyadas a través de la Ley Nº 419, del 23 de septiembre de 1870. Esta es la ley que da nacimiento a la Comisión Nacional Protectora de Bibliotecas Populares -CONABIP- y que desde 1986 se rige por una nueva Ley, la Nº 23.351 de Bibliotecas Populares, puesta en vigencia a partir de su reglamentación en 1989.Sin embargo, en la actualidad, las bibliotecas populares y públicas tienen problemáticas difíciles para abordar, escasea el público lector.
La computadora personal en cada hogar de estos barrios, de esta mayoritaria Capital Federal de clase media en todas sus vertientes económicas ha suplantado el libro por la banda ancha, la PC y el teléfono celular, esta comodidad por la búsqueda de información lleva a la holgazanería intelectual, anulando una sensación ancestral que es el placer de la lectura.
Una aclaración necesaria, las formas de división anacrónica y salvaje de los barrios en centros vecinales acarreó que una avenida dividiera el mismo barrio en tres CGPs actuales, la transición a Comunas no despeja estas incoherencias, las quince Comunas subsumirán a los 48 barrios porteños, eso sí tres de ellos están respetados en toda su amplitud: Recoleta, Palermo y Caballito.
Las bibliotecas conforman un abanico amplio de miles de libros alojados en sus estanterías, ayer como hoy nos entregan esa maravillosa verdad del conocimiento. Formaron y constituyeron el cargamento cultural de las familias y las comunidades. Las bibliotecas populares fueron y son sinónimo de solidaridad y formas de comunicación social y popular. Hoy, ellos, los libros, esperan a sus lectores, esencialmente a los más jóvenes, aquellos que en grandes mayorías han quedado fuera del circuito escritor-lector, ensayista-lector, cientista social-lector, narrador, poeta-lector, porque no hay posibilidad de hacer viable que quienes dedican sus esfuerzos a practicar la escritura en sus múltiples variantes científicas, literarias e investigativas sientan que los mismos son válidos sin lectores.
En definitiva, el libro, apropiadamente elaborado y pensado para dejar testimonio conciente de las diferentes etapas políticas, sociales, económicas y culturales de cada época, es el fundamento de la identidad de los pueblos y la memoria histórica y colectiva.

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Su documento de identidad decía que mi viejo nació un 25 de agosto de 1933, aunque en realidad su cumpleaños era el 23 de agosto, se ve que ...