Por Mario Agustín Micheltorena, especial para Babilonia Periodística
Y fueron felices dando vueltas al estadio mundialista, aquel que fuera glorioso en su tiempo.
Hoy, en silencio, convive con un magnate amigo de la soledad... el letargo...
Viejo conocido...
Gran simulador...
Un recuerdo de aquel tiempo encantador le humedece las pupilas a ella... trata de ignorarlo, no puede.
Él tan vivaz e incansable como fue, se dejo ir, se dejo escapar, no se retuvo...
Él no puede, ella tampoco, lo desean profundamente... se asustan, se respira..., carecen de fuerza.
Fuerza, gran aliada de los grandes, de los imbatibles, de los poderosos, ¿y... de los olvidados?, silencio...
Que gran silencio, imbatible para muchos, tan útil para la mayoria. Me incluyo.
Devastadora ironia les coloco la vida en sus miradas condenadas por y al olvido, enorme como el estadio mundialista,
tan imperceptible a una primera mirada, ¿como dijo?, ah... ya no tienen... se fue..., huyo por obligación, se tuvo que
exiliar en el lejano mar de los condenados, alli donde van los que ven... y como aqui no hay lugar para gente de ese tipo...
Usted sabra comprender... Si claro, comprendo.
Mirelos, muertos en vida, sin anhelos, sin ilusiones, pero si con mucho miedo.
Parece que hubieran vivido en un "Regimen de miedo" por asi decirlo.
¿sabe de que año sera la fotografia?
