18.7.06

TRASPAPELADOS

Por Fernando Neira

Terminó le Mundial. Y esto estimados lectores sabrán que no es ninguna novedad. Pero me parece que este acontecimiento es una buena bisagra para vislumbras ciertas cuestiones puntuales. Problemas que volvieron a afectar a la sociedad como por arte de magia y que durante el mes que duró el torneo permanecieron ocultas.

¿Por qué digo esto?, porque no me pareció haber escuchado a nadie reclamando por las decenas de chicos que mueren en el Gran Buenos Aires por consumo de Paco mientras Maxi Rodríguez clavaba un zapatazo en el ángulo del arquero mexicano y le daba la clasificación al equipo nacional a los Cuartos de Final de la Copa del Mundo.

Pero ahora que la clase Media-alta y Alta están de regreso y desempacaron las maletas parece que volvieron a tener tiempo para reclamos. Entre esos temas, como no podía ser de otra manera, el principal es: La falta de seguridad.
Todo esto desatado por el lamentable hecho ocurrido en pleno Belgrano cuando un tipo de buenas a primeras sacó un arma y mató a un joven de 18 años e hirió a otras tantas. O también el otro hecho repudiable donde un grupo de ladrones mataron a sangre fría a dos personas que festejaban un cumpleaños en una parrilla a puertas cerradas.

Ya dijimos que las casualidades en el ámbito político son casi nulas. Y tampoco pierdan de vista que estamos a poco menos de un año para las próximas elecciones presidenciales. Y que por supuesto “todo tiene que ver con todo”.

Otro de los temas que quedó postergado por el Mundial fue el de la instalación de las plantas de celulosa en Fray Bentos. Y es este tema es el que voy a tratar hoy.

Por lo que estuve notando, tanto en los medios como en parte de la sociedad se estuvo abordando el tema como si fuese un partido de fútbol. Tanto Mundial, tanta pelota dando vuelta que la gente se confunde.
¿Por qué digo esto?, porque tras la determinación inicial del tribunal de La Haya escuché a muchos decir que la “Argentina perdió”. ¿Cuánto perdió me pregunto?, ¿1-0, 2-1?.
Incluso un colega, que un poco en broma y un poco en serio, como suele escribir en su columna dominical del “gran diario Argentino”, dijo que “la Argentina fue a los penales por las papeleras y perdió por 14 a 1”. Argumentando que existía una conspiración universal previa contra nosotros y que por ejemplo el juez mexicano Bernardo Sepúlveda Amor votó en contra nuestra porque los eliminamos del Mundial. Todo esto como siempre con un poco de Azúcar y un poco de sacarina.

Así que vamos a tratar de aclarar el asunto.

Lo que el tribunal de La Haya dictaminó a fines de la semana pasada es que aún no hay pruebas concretas para frenar la construcción de las plantas.
Pero a mi consideración lo más importante fue que a las pocas horas de conocerse la polémica resolución, el tribunal le comunicó a la Argentina que tienen 6 meses para presentar todas las pruebas necesarias para comprobar las acusaciones que lanzó contra el país vecino sobre la contaminación de las celulosas y la violación del Estatuto del Río Uruguay.

Así que me parece que no debe tomarse tan a la tremenda la determinación sino que por el contrario hay que ponerse a trabajar muy fuerte (Basta de Evangelinas en bolas con pancartas), sino con especialistas, ambientalistas que comprueben profesionalmente todo lo que denuncian los vecinos de Gualeguaychu. Que por otra parte yo no tengo dudas que es cierto.

De lo que si tengo dudas es si en un principio las papeleras se hubiesen instalado en nuestras orillas, y los coimeados hubiesen sido los criollos, ¿habría igualmente tanto ambientalistas dando vuelta?, que lo veo perfecto, pero tampoco hay que se hipócritas.

Una de las cuestiones que tienen que fundamentar desde Cancillería, es la violación del Estatuto del Río compartido de 1975, y esto no sería muy complicado, simplemente sería cuestión de comprobar que Uruguay no lo respetó al decidir en forma unilateral la instalación de las plantas en los márgenes del río, sin los métodos de consulta previos.
Y el otro tema, básicamente el más complicado, que es comprobar que las papeleras una vez que estén funcionando vayan a contaminar.

Por qué insisto en que no nos tenemos que defraudar tras este revés del tribunal, porque:

- Desde el ángulo jurídico todavía se puede disponer del cese de las construcciones. Uruguay asume ese riesgo.
- El amplio plazo que le dieron a la Argentina, y no solo por el tiempo sino porque de esta manera el paso del tiempo influye indirectamente a desalentar la inversión extranjera en las plantas. Ya que puede transformarse en una inversión de riesgo.
- Con los plazos que se están tomando para dar el veredicto final (1 año más aproximadamente) las plantas no estaría terminadas, por lo tanto no empezarían a contaminar.

"Por lo menos así lo veo yo".-

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