5.4.07

Macabro balance trimestral de América Latina y el Caribe

Dos periodistas asesinados y otro desaparecido se añaden
al millar de periodistas desaparecidos en 30 años

Por Ernesto Carmona

Dos periodistas asesinados en Perú y en Haití; la desaparición de otro en México y el hallazgo del cadáver de un informador desaparecido también en México, en octubre 2006, registró el informe del primer trimestre 2007 de la Comisión Investigadora de Atentados a Periodistas (CIAP), de la Federación Latinoamericana de Periodistas (FELAP). La estadística de la muerte suma casi un millar de asesinatos impunes durante los últimos 30 años, sólo en América Latina y el Caribe.
El 19 de enero, fue asesinado en Haití el fotógrafo independiente Jean-Rémy Badio, murió acribillado en su hogar en Martissant, suburbio sur de Puerto Príncipe. El 17 de marzo fue muerto en Perú el periodista radial Miguel Pérez Julca, de 38 años, asesinado en presencia de su esposa e hijos en las afueras de su domicilio, en la urbanización Las Palmeras, Jaén, departamento de Cajamarca. El 20 de enero desapareció en México el periodista Rodolfo Rincón Taracena, del diario regional 'Tabasco Hoy', de Villahermosa, visto por última vez después de firmar un reportaje acerca del tráfico de droga y otro sobre los atracos de bancos. Y el 8 de enero, también en México, fue encontrado el cuerpo del periodista Guevara Guevara Domínguez, de 54 años, editor y colaborador de la versión digital del semanario estadounidense 'Siglo XXI', desaparecido el 8 de octubre del 2006. Los asesinatos fueron ejecutados por sicarios especializados en matar por encargo, generalmente en las provincias o estados del interior de los países, donde los periodistas suelen escarbar las alianzas mafiosas entre el poder político local y el narcotráfico, más la corrupción policíaca, y el enlace de las bandas paramilitares con la clase política que las procreó.
Ultimamente aparecieron redes de pedofilia, pederastia y pornografía infantil-juvenil que suelen resultar letales para los periodistas que las denuncian. Las barras bravas también comenzaron a aportar su granito de arena. Cada año aparecen más periodistas mujeres víctimas de agresiones y amenazas.

Otros atentados

El asesinato generalmente está antecedido por amenazas que no provocan mayor interés en las autoridades locales. Y aparte del homicidio, cada día ocurren otros atentados contra los periodistas de la región, agresiones de naturaleza variada, desde amenazas de muerte anónimas, toda clase de amedrentamientos, asaltos, golpizas y robos de videograbadoras y equipos fotográficos. La vil amenaza de muerte recrudece en países como Colombia, Perú, Bolivia, y Paraguay, pero también existen otras intimidaciones más sofisticadas, de naturaleza jurídica y legislativa, como las nuevas normas legales que restringen aún más la libertad de expresión y/o afectan también la existencia de las radios comunitarias en El Salvador, Honduras, Guatemala y Panamá, entre otros países.
En México se espera la promulgación de una reforma legal que despenalizaría los delitos de opinión y trasladaría la llamada “calumnia” al ámbito civil. En Chile, los periodistas y los medios revirtieron una nueva norma del Poder Judicial, que apenas duró 4 días, en que los ministros de las cortes prohibieron a los periodistas acercárseles y abordarlos sin su autorización, como si fueran príncipes medievales y no servidores públicos.
En países como Bolivia, Perú, e incluso Chile, se percibe cierta agresividad entre los participantes de manifestaciones y protestas sociales masivas contra los periodistas, a quienes ven como sus enemigos. Este fenómeno se acentúa en países donde la extrema pobreza convive con una concentración ampulosa de la propiedad de la prensa, radio y televisión, medios que ofrecen una sola voz, un solo punto de vista y una sola visión totalitaria y dogmática del modelo neoliberal a sociedades sedientas de justicia y pluralismo. Y a veces ciertos periodistas participan también en el juego de la desinformación, la mentira, la tergiversación, estigmatización e, incluso, satanización de las aspiraciones sociales que promueven los dueños de los grandes medios.
Una buena noticia fue que en México se levantaron los cargos contra Lydia Cacho Ribeiro, perseguida desde hace dos años por sus denuncias contra la pederastia. También en Colombia fue liberado el corresponsal de Telesur, Freddy Muñoz, después de pasar 50 días en prisión acusado de “rebelión y terrorismo”, pero antes de un mes de su liberación ordenaron de nuevo su captura, esta vez por “terrorismo” a secas, sin “rebelión”. Se encuentra en la clandestinidad por temor a los paramilitares. En Gaza fue liberado el fotógrafo peruano de AFP Jaime Rázuri, secuestrado por cuatro días, en tanto en EEUU se cayó el juicio contra dos periodistas que no quisieron revelar sus fuentes, Lance Wiliams y Mark Fainaru-Wada, del San Francisco Chronicle.
Otro periodista y documentalista de California, Josh Wolf, de 24 años, lleva más de 200 días en prisión por no colaborar en la identificación de manifestantes que aparecen en su documental. Entretanto, decenas de periodistas latinoamericanos se han visto obligados a mudarse de ciudad o, simplemente, a abandonar su país, en particular cuando éste se llama Colombia. En Guatemala abundan las amenazas de muerte contra los periodistas interesados en esclarecer el extraño asesinato de tres diputados de derecha acaecido en El Salvador y la posterior ejecución de sus cuatro presuntos asesinos, por añadidura policías, en una cárcel guatemalteca de máxima seguridad. Entre tanta desgracia, hay una nota curiosa y hasta divertida: la sentencia de una jueza peruana contra el periodista, escritor y humorista Nicolás Yerovi por haber plagiado... su propia novela, 'Más Allá del Aroma', escrita por él mismo.
La futbolización del periodismo de espectáculos

Por Diego Rottman

La mayoría de los diarios coinciden en dos suplementos: Deportes y Espectáculos. Si hace rato que el deporte abandonó su condición amateur para convertirse en un show, ahora la cobertura de espectáculos se parece cada vez más a la del periodismo deportivo.
La sección de deportes se entretiene durante toda la semana con los preparativos para los partidos: entrenamientos, declaraciones, anuncios del equipo constituyen una narración, una historia con continuidad que tiene su climax el día del partido ("el duelo") y su epílogo al día siguiente. Un cuentito perfecto.
Esto no pasa con la sección de espectáculos, curiosamente ocupada de narraciones de distinto tipo, pero en la que reportajes, críticas y chimentos son fríos informes que se agotan en sí mismos. Pero eso empezó a cambiar.
El primer cambio fue un movimiento similar al que se vio en los suplementos deportivos hace ya mucho tiempo: el fútbol deglutió al resto de los deportes como ahora la tv está deglutiendo a los otros soportes. Cine, radio, música y teatro cada vez están más relegados, aunque todavía no en las proporciones que tiene el fútbol en las páginas de deportes. Después de todo, tiene su lógica que desde un diario se le dé más trascendencia a un medio que llega a millones de personas en todo el país que a otros más restringidos.
El segundo cambio fue el rating. Algunos años atrás la medición de audiencia era preocupación de los directivos de los canales, las agencias de publicidad y los anunciantes. Ahora es un tema social de conversación. Esto le dio a los suplementos de espectáculos la narración que necesitaban: una lucha entre canales en la que los "goles" son los puntos de rating y que continúa durante todo el año. La gente puede ser "hincha" de un canal y detestar a otro, opinar sobre un conductor o un programa amparándose en la crudeza de un número medido al minuto.
Y estas batallas iluminaron a los Directores Técnicos de la tv, los programadores. Otrora personajes ignorados, cuando armar una grilla era tarea de dos o tres veces al año, por estos días de cambios de horarios permanentes y levantamientos inclementes de programas, sus estrategias se volvieron interesantes para el lector, que los ve como los grandes mariscales de la pantalla chica.
Finalmente los realities cerraron este proceso. La televisión replicándose hasta el infinito con los mismos temas está empujando a la prensa gráfica diaria a ocuparse, por ahora a regañadientes, de la competencia ante cámaras entre ignotos devenidos famosos o entre famosos venidos a menos. ¿Por qué le cuesta más a la sección de espectáculos ocuparse de un eliminado de la casa de Gran Hermano que a la sección de deportes de un partido de fútbol? Esto no sucede con la televisión (y con la web), que engendró analistas de realities que opinan sin complejos (y con buen rating) sobre las estrategias de un participante o los "actitudes" de otro.
¿Reemplazarán en el futuro estos "críticos de reality show" a los críticos de cine? Ese es otro partido que habrá que seguir de cerca.

Se fue un tipo extraordinario

Su documento de identidad decía que mi viejo nació un 25 de agosto de 1933, aunque en realidad su cumpleaños era el 23 de agosto, se ve que ...