17.2.06

Destierro

Por Alejandra Bárbara, especial para Babilonia Periodística

Muévanse las espigas turbias de los ojos que esconden la mirada del color.
Duérmanse los miedos que te aquejan, que te encierran en destierros impensados.
De mis soledades efímeras, de mis lágrimas sangrientas, de mis caricias de seda...
lo que quieras.

Limita la efusividad de la sonrisa con la desesperación a destiempo.
Sin invitación, sin aviso se apersonó un vestigio de destino
entremezclándose el pasado, ese presente y vaya uno a saber qué es el futuro.

Si al imprevisto sobrevivió el tiempo, cómo no iban a subsistir mis besos...
Entre el negro y el azul, tu extraviada mente buscaba la luz.
¿Dónde la salida preguntaste?
Aún así te desdoblabas por correr.
Y estás. Y a veces duele. Y a veces también aprendes a sonreír.
Y a veces te encuentro aquí, en comunión con el tiempo y la realidad,
Y otras tantas, otras tantas lunas prefieres cerrar los ojos para apaciguar tu pseudoilusión.

Arrastrando tus melancolías
por el sendero desdibujado
siempre una voz que te salva, siempre un alma que te rescata.
Y quieres reposar tu incertidumbre...y tu cuerpo pesa.
No huyas de este sol, no corras en virtud de las agujas
Solo vete por ahí, ríete de lo inentendible y quédate donde te encuentres.
Yo siempre recuerdo,

y sé que alguna vez te tuve aquí.

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Su documento de identidad decía que mi viejo nació un 25 de agosto de 1933, aunque en realidad su cumpleaños era el 23 de agosto, se ve que ...