Por Fernando Neira
Todavía no logro acostumbrarme a la determinación que tomó el gobierno de Néstor Kirchner de declarar feriado al tristemente célebre 24 de marzo. El día en que comenzó en la Argentina la más cruenta y prolongada de sus dictaduras y que, entre tantas otras cosas, dejó un saldo de 30 mil desaparecidos.
Por un lado pienso que es correcto que se determine en el calendario un día para la memoria, donde se recuerde a las personas que ya no están, una jornada para acompañar a los que quedaron con secuelas, para explicarle a las nuevas generaciones, de la manera menos traumática posible, que fue lo que planificaron y llevaron a cabo Videla y Cia. con el denominado Plan de Reorganización Nacional.
Pero por otro lado me choca muchísimo la palabra “Feriado”. Este es un termino que de por sí denota festejo, y está más que claro que no está bien que se festeje, ¿o no?, porque han pasado 30 años del Golpe y a veces se siguen escuchando cosas como “con los militares se estaba mejor” o “todos pedían a los militares”, algo verdaderamente lamentable para una sociedad democrática y con algo de conciencia humanitaria.
Además de todo lo mencionado hasta ahora, esta vez el “feriado” resulta un tanto paradójico, ya que en el país estamos acostumbrados o educados a conmemorar los decesos de los próceres o hechos históricos y en este caso es al revés, estaríamos recordando el inicio de un golpe de estado que torturó a la nación desde el 24 de marzo de 1976 hasta el 10 de diciembre de 1983. Considero que esta vez al menos quizás convendría ser un poco necrológicos.La decisión ya está tomada, y con el nivel de tolerancia que tiene este presidente no hay mucho por hacer al respecto. Por lo pronto creo que cada integrante de la sociedad tiene que al menos comprometerse a no tomarse este día como cualquier otro, todos sabemos que es reconfortante tomarse el fin de semana largo e irse a disfrutar del sol a la playa o a descansar en las sierras, pero de esta manera me parece que le estaríamos faltando el respeto a mucha gente, así que propongo que evitemos ese tipo de cosas que puedan transformar un día para la memoria en un día de fiesta.-
