13.6.09

Cobos sigue sumando enemigos

Por Fernando Neira (*)


La reunión que mantuvo el miércoles pasado el vicepresidente de la Nación, Julio Cobos, con el candidato que encabeza la lista del PRO en la provincia de Buenos Aires, Francisco De Narváez, sigue dando que hablar en el mundillo político.


Un tipo de sorpresas dar resultó Cobos. Primero con el famoso voto “no positivo” en aquella madrugada del 17 de julio en el Congreso al momento de rechazar la resolución 125 impulsada por el oficialismo del que él mismo aún forma parte, y que le valió el mote de “traidor” por cierto sector del kirchnerismo. Luego fue el turno de que llegaran algunas visitas no gratas al despacho del presidente del Senado. Al poco tiempo de la anulación de las retenciones móviles, fue el Jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, quién se juntó con el mendocino para tratar una agenda común a nivel legislativo. La semana pasada se reunió con el radical Ricardo Gil Lavedra, candidato a diputado nacional por el Acuerdo Cívico y Social en las próximas elecciones. Y la visita del multimillonario empresario colombiano pareció ser la gota que colmó el vaso, tanto en la Casa Rosada como en varios Comités.


Vale aclarar que De Narváez es el enemigo número uno que eligió el Gobierno para defenestrar en esta campaña a la que le sobra agresividad, y que el propietario de Multimedios América visite al vice de Cristina Fernández en el propio despacho oficial, no resultó para nada grato. Fue toda una señal pensando en el futuro. Para el presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Fellner, se trató de una “torpeza institucional”, el hecho de que Cobos se haya “solidarizado” con el candidato del PRO por la supuesta persecución que está atravesando por la causa que lo vincula con “el Rey de la efedrina”.


En el Acuerdo Cívico también se mostraron molestos con el encuentro político de la semana. La candidata bonaerense, Margarita Stolbizer, calificó la reunión como “poco feliz”. Y desde la cúpula de la UCR entendieron la jugada de Cobos como “un pase de factura” por el retiro de algunos concejales aliados al ex gobernador de Mendoza que fueron borrados de la lista que definió Elisa Carrió para competir en la provincia de Buenos Aires.


Más allá de las declaraciones de cotillón que esgrimió el vicepresidente de la Nación para explicar la reunión con el aliado político y económico de Macri, que se excusó diciendo que “era su deber como funcionario” recibir a De Narváez como a cualquier otro legislador que lo requiera. No estamos hablando de carmelitas descalzas y las verdaderas causas del conclave seguramente vayan más allá de esas palabras de compromiso. Tan allá como el 2011.


Por escasos méritos propios y con una gran colaboración del Gobierno nacional y su coequiper de lujo, el juez Faggionato Márquez, De Narváez se convirtió de la noche a la mañana en el político del momento. Cobos apeló al oportunismo que caracteriza a los ávidos de esta raza, y no quiso perderse la posibilidad de charlar temas sensibles que podrían discutirse en el Congreso de acá a fin de año.


Como es sabido, el adelantamiento de las elecciones previstas para octubre que se llevarán a cabo el 28 de junio, no se traducen directamente en la caducidad de los mandatos actuales, por lo tanto hasta diciembre las cámaras permanecerán conformadas de la misma manera. Y no son pocos los interesados en que el oficialismo no avance en algunos proyectos puntuales, como por ejemplo la implementación de una nueva Ley de Comunicación Audiovisual o en la posible estatización de otras empresas privadas.


Está claro que es mucho más cómodo para ambos hablar de una “reunión institucional” entre dos funcionarios sin ribetes proselitistas, que blanquear una posible agenda política de intereses comunes. Mientras tanto Cobos sigue tachando posibilidades de que alguien lo llame para saludarlo el próximo 20 de julio.


(*) Artículo publicado en la revista política Cuarto Intermedio (www.cuartontermedio.com.ar)
Encuesta reaccionaria

Por Fernando Neira (*)


Los resultados del sondeo realizado por la consultora Poliarquía que fueron publicados el domingo en el diario La Nación que dan a la lista bonaerense del PRO de Francisco De Narváez con una leve ventaja en la intención de voto por sobre la nómina oficial, dejó sensaciones encontradas en todo el espectro político.


Esta claro que la noticia de los dos o tres puntos de ventaja que estaría sacando según la encuestadora privada el partido de Mauricio Macri por sobre el Frente Justicialista para la Victoria trajo un clima de alegría en el bunker del PRO. Aunque algunos miembros y asesores del partido hubiesen preferido que las cifras se dieran a conocer dentro de algunos días, para quitarle margen de maniobra al oficialismo. Apostar al factor sorpresa. Algo similar a lo que sucedió con la elección en primera vuelta para Jefe de Gobierno porteño que consagró al ex presidente de Boca, que en las semanas previas al escrutinio los sondeos le daban un número menor de puntos a los que realmente sacó.


En tanto desde el oficialismo salieron rápidamente a desacreditar la seriedad del sondeo, y a insistir en que la diferencia entre el ex presidente y el empresario colombiano sigue siendo de entre 7 y 10 puntos. Los kirchneristas intentan con esto dar por cerrada una batalla que parece va a tener un final más abierto que lo que se suponía. Con la sensación de la victoria consumada el oficialismo se aseguraba el voto de los empresarios, sindicalistas e intendentes que suelen apostar a ganador. Ahora el panorama no es tan claro.


Más allá de si las cifras son fehacientes o no, los verdaderos perjudicados con los resultados dados a conocer por Poliarquía son los integrantes del Acuerdo Cívico y Social de la provincia de Buenos Aires. Cuanto más se polarice la elección entre el PJ disidente y el oficialismo, menos margen le queda a la lista encabezada por Margarita Stolbizer. Reveladas estas cifras que consideraron como “manipuladas”, Carrió y los suyos optaron por la estrategia de colocar a Kirchner y De Narváez en la misma bolsa. “Votar por ellos es optar por más de lo mismo”, se escucha decir a los integrantes del Acuerdo, y hasta algunos aventuran que ambos frentes justicialistas podrían llegar a unificase después de las elecciones. Para tratar de contrarrestar la medición, el candidato Ricardo Alfonsín dijo que “lo preocupa la forma en la que se está induciendo al electorado” y pronosticó un “triple empate” en la provincia.


(*) Artículo publicado en la revista política Cuarto Intermedio (www.cuartointermedio.com.ar)


Nada nuevo bajo el sol

Por Fernando Neira (*)


Cuando restan solo veinte días para las elecciones, el análisis que puede hacerse de esta etapa proselitista es que fue caracterizada por tener un tono agresivo, destructivo para con el adversario, con escasas propuestas y con un alto grado de grasitud y belicosidad. Ahora bien, cabe preguntarse si esto es algo inédito en el país en tiempos de sufragios democráticos. Y aquellos que tengan algo de memoria política seguramente tengan la respuesta correcta: no lo es.


Si se quiere lo único novedoso fueron las famosas candidaturas testimoniales, que en realidad lo que tienen de nuevo es que ahora los propios protagonistas ya anunciaron antes de asumir un cargo que van a renunciar después de conseguirlo, porque el hecho en sí de que los políticos no terminen sus mandatos para los que fueron elegidos por el voto popular no es ninguna rareza. Lo bochornoso es que ahora algunos lo reconozcan de antemano.
Mauricio Macri discute en público y en plena campaña con la renunciante vicejefa de Gobierno de la Ciudad, Gabriel Michetti, que lidera la lista del PRO en Capital Federal. Elisa Carrió insiste con la teoría del apocalipsis mientras no logra disimular las fisuras con la facción de la UCR que la acompaña en el Acuerdo Cívico y Social. De Narváez no puede despegarse del todo de las denuncias que lo vinculan con “el rey” de la efedrina, mientras contraataca diciendo que las acusaciones son parte de una operación política para desprestigiarlo por su buen posicionamiento en las mediciones.


En la oposición atacan furiosos al ignoto candidato del Partido para Acción Solidaria Independiente Bonaerense, Fernando Narváez, por prestarse a una supuesta maniobra del oficialismo que confundiría a los votantes desprevenidos por tener el apellido homónimo al del postulante colombiano del PRO. Pero no se escuchó a nadie haciendo mención del aprovechamiento del apellido ilustre que utilizó Carrió en la conformación de las listas de la provincia de Buenos Aires. O realmente creen que la chaqueña hubiese colocado al hijo de Raúl Alfonsín en el segundo escalafón de la nomina si el ex presidente aún estuviese entre nosotros.


Pero más allá de los supuestos, el tono de la campaña no difiere mucho del pasado. Desde la recuperación de la democracia en el año 1983, vale recordar entre otros escándalos y exabruptos, la quema del cajón radical por parte del líder sindical, Herminio Iglesias, en el cierre de campaña del candidato justicialista Italo Luder en pleno Obelisco. Formulas que hacían bandera con la propuesta de recuperar las Islas Malvinas. En 1989 el ex presidente, Carlos Menem, prometiendo todo aquello que después haría a la inversa con la privatización a mansalva de todas las empresas e industrias nacionales y la dependencia absoluta de los organismos internacionales de crédito. Más acá en el tiempo, en 1995 la gente siendo concientizada que tenía que votar a favor del oficialismo para poder seguir pagando la cuota de la licuadora o poder seguir viajando a Miami. La Alianza asegurando que mantendría la convertibilidad, algo por supuesto insostenible. La elecciones parlamentarias del 2001, tristemente recordadas porque tuvieron un 40 por ciento de ausentismo. Y para coronar el anecdotario popular, el nuevo triunfo en primera vuelta de Menem en las presidenciales de 2003, que luego terminarían con la asunción del hasta entonces desconocido santacruceño, Néstor Kirchner, por el abandono del riojano en el ballottage.


Si transitamos este pasado tumultuoso, hoy no hay de que sorprenderse. ¿Será que en parte la grasitud de la campaña política es acorde con la sociedad que la padece? Considerando que una porción importante de la sociedad sólo consume política a través de un programa de televisión que se burla de los protagonistas, que en sus modales está lejos de la moderación y de la corrección, la hipótesis no es para nada descabellada.


(*) Artículo publicado en la revista política Cuarto Intermedio (www.cuartointermedio.com.ar)
El curioso caso de Alfonso Prat Gay

Por Fernando Neira (*)


A pesar de que las últimas mediciones de intención de voto indican que más de la mitad de los electores porteños dice no conocer al joven economista que encabeza la lista del Acuerdo Cívico y Social en la Capital Federal, la brecha entre el partido que lidera Elisa Carrió y el PRO de Gabriela Michetti es cada vez más corta. ¿Quién es el elegido por Lilila y por qué ocurre este fenómeno?


Prat Gay parece tener dos grandes estigmas que cargar sobre su espalda. Por un lado, según un sondeo realizado por Ricardo Rouvier & Asociados hay un 56 por ciento de las personas consultadas que dice no saber quién es el ex presidente del Banco Central durante el mandato de Néstor Kirchner en el año 2002. Y por otro, una porción importante de los que si lo conocen pero lo tienen identificado con la etiqueta del establishment y su pasado laboral en la banca de inversión del JP Morgan. Su trayectoria “conocida”, trajo consigo varias rupturas dentro de la propia Coalición Cívica cuando Carrió lo propuso para encabezar la lista, e incluso provocó el quiebre de algunas alianzas con el Socialismo porteño.

A pesar de que algunos miembros del ARI lo hayan incluido en las denuncias por fuga de capitales que sufrió el sistema financiero durante la crisis del 2001 y de haber sido señalado como impulsor de medidas económicas que favorecieron a la banca privada y provocaron la llegada del corralito ya siendo funcionario público, siete años después la chaqueña decidió sumarlo a su frente y ubicarlo nada menos que como cabeza de lista. Es una decisión que sólo Carrió sabe realmente porque tomó y que habrá que esperar al 28 de junio para ver si fue acertada o no.

La reducción de la brecha entre la formula que lidera las encuestas de la ex vicejefa de Gobierno y el Acuerdo Cívico en la Ciudad de Buenos Aires se pueden explicar por dos variables. Hasta antes de su renuncia a la jefatura, Michetti gozaba de una muy buena llegada al electorado, y a pesar de las contradicciones que provocó su postulación obligada por Mauricio Macri, igualmente mantuvo una imagen positiva. Por lo tanto el PRO no tenía mucho más para crecer en ese terreno, los personajes eran conocidos, y al fin al cabo es el partido que está gobernando la Capital. Entonces el estancamiento les llegó rápido en las mediciones. Está claro que es un porcentaje para nada despreciable el 33 por ciento que, estiman, sacaría la formula conformada por el binomio Michetti-Bullrich, ya que le aseguraría una victoria y varias bancadas.

Sin embargo, y sin explicaciones aparentes, en los últimos sondeos realizados por la mayoría de las consultoras privadas reflejaron un acercamiento de la nómina de Prat Gay-Gil Lavedra, que los ubican a sólo 6 o 7 puntos respecto del líder. El otro punto que puede explicar este fenómeno es el trabajo de campaña que viene haciendo Carrió y el Acuerdo Cívico en su conjunto para imponer en el ideario popular la imagen de este economista de 44 años, hijo de un ingeniero azucarero y de una ama de casa. Según los asesores con una buena campaña, el candidato escogido por Lilita tenía mucho más para crecer que la propia Michetti.

Más allá de la duplicidad de las conductas de propios y extraños para con la postulación de Prat Gay, es difícil interpretar la decisión de Carrió de acuerdo a su pasado y su ideología política. Más allá de su formación radical y de la alianza que refirmó en los últimos meses con parte de la UCR, el ARI de Lilita nació en el 2002 como una fuerza de centroizquierda, una alternativa que poco a poco se fue transformando en oposición. Pero el paso del tiempo parece haber virado también, entre otras cosas, el sentido y las bases de las ideas.

(*) Artículo publicado en la revista política Cuarto Intermedio (www.cuartointermedio.com.ar)

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